viernes, 15 de enero de 2010

DOCUMENTOS DEL BLOG FUNDAPATRIA - Comunicado Petrolero Nº 6

LA INSOSTENIBLE REALIDAD PETROLERA-FISCAL

1) El déficit presupuestario nacional



De acuerdo a Ley de Presupuesto , en su versión original del 30 de noviembre de 1997, Venezuela exportaría 3.325.000 mil b/d de crudo y productos, en 1998 los cuales, a un precio promedio proyectado de 15,5 dólares por barril, producirían un ingreso de 18.811 millones de dólares.



Al sumar ese volumen exportado a los 400 mil b/d de consumo interno, la producción total alcanzaría, según dicho Presupuesto, a 3.700.000 b/d.



La estimación de un precio promedio de 15,5 dólares el barril para la cesta venezolana de crudos y productos resulta una equivocación inaceptable, tratándose de una empresa de la magnitud de PDVSA, cuyos dirigentes debían estar, para finales de 1997, al tanto de la grave situación en Asia, del incremento de la producción en países no-OPEP, de la enorme acumulación de inventarios de crudos y de las proyecciones de un clima benigno durante todo el invierno boreal. Más que una equivocación, ello representa la voluntad de engañar al gobierno y al país, que ya para el pasado mes de noviembre confrontaba un déficit fiscal inmenso. Esa voluntad de engaño es de la misma naturaleza que el saboteo inaudito y sin precedentes en su magnitud de la cuota OPEP.



De manera que no solamente engañó al Gobierno, sino también al Congreso Nacional, que aprobó el proyecto de presupuesto con proyecciones equivocadas y, en consecuencia, a la opinión pública. Pero además, con ese presupuesto falso se crearon las bases del desastre fiscal y financiero-petrolero actual, que ha sembrado la desconfianza en Venezuela y el mundo. Y curiosamente se ha premiado a los directivos de PDVSA, reeligiéndolos por un nuevo período.



2) Las violaciones de las cuotas de la OPEP



La previsión presupuestaria significaba la oficialización de la trampa a la OPEP, la cínica planificación de una nueva violación, del orden de 1.140.000 b/d durante 1998, de una cuota que se estaba conviniendo, por consenso, en esos mismos días, en Jakarta, Indonesia, de 2.580.000 b/d. Una nueva violación que superaba en 80.000 b/d a la de 1.060.000 b/d en 1997 y en 400.000 b/d a la de 740.000 b/d en 1996.



Los venezolanos deben saber que a principios de esta década, otros países de la OPEP



-notablemente Kuwait y Los Emiratos Arabes Unidos- violaron las cuotas convenidas. Deben saber también que la violación regular de las cuotas por estos países, que osciló entre los 300.000 y 360.000 b/d cada uno, fue pequeña, comparada con las enormes violaciones mencionadas de PDVSA en los tres últimos años. Venezuela, en general, cumplió con sus cuotas hasta la presente década, entre otras cosas porque no tenía la capacidad de producción ni siquiera para alcanzar los niveles que le autorizaba la OPEP, lo cual se debía a la desinversión de las concesionarias hasta 1976. Sería conveniente que, además de preguntar a los candidatos si van a respetar los acuerdos petroleros ilegales suscritos dentro de la Apertura Petrolera con los consorcios internacionales, se les pregunte también si van a respetar los acuerdos legales suscritos por Venezuela en la OPEP.



3) Acelerando la caída de los precios



A los anteriores factores debilitantes de los precios mencionados, incluyendo naturalmente la enorme sobreproducción de PDVSA durante los últimos años, se añaden los constantes anuncios de que la inundación petrolera continuará, pues forma parte del conocido ”Plan de Negocios” de PDVSA, que prevee una producción de 6,5 MM de barriles para el año 2000.



4) La necesidad urgente de corregir el rumbo



Ante la muy grave situación fiscal actual y la que se presenta al próximo gobierno, se requiere tomar ya medidas correctivas de emergencia, encaminadas a lograr el aumento de los precios petroleros y, en consecuencia, de los ingresos fiscales. Para ello, no es posible continuar con la quimera de acuerdos de reducción petrolera de países OPEP y No-OPEP. No existe ninguna organización de Países No-OPEP, sino un grupo de naciones productoras dispersas y con intereses muy diferentes. En cambio, existe una Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP),sobre la cual debe volcarse la acción de nuestro gobierno, en procura de un acuerdo de una intensa reducción de la producción petrolera de la Organización, que sea respetada escrupulosamente, lo cual es la única vía para una rápida recuperación de los precios. Las recientes declaraciones de 5 países miembros de la OPEP, que provocaron una momentánea alza de los precios, indican claramente que ello es posible.



Esa recuperación de los precios la necesita urgentemente Venezuela y nuestra empobrecida población y, más aún, si se tiene en cuenta el inminente cambio de gobierno, el cual deberá contar con un mínimo de independencia y capacidad de maniobra.



5) El déficit de los ingresos petroleros y fiscales



No estamos haciendo alardes catastróficos. La situación es realmente crítica. El aporte fiscal petrolero previsto en la citada Ley de Presupuesto 1998, aprobada el 30 de noviembre de 1997, era de 4 billones 240 mil millones de bolívares, inferior en más de un billón de bolívares al aporte fiscal petrolero de 1997. Ahora, con la caída de los precios en el primer trimestre, voceros oficiales, a pesar de su optimismo declarativo, señalan que ese aporte caerá, adicionalmente en una cifra superior al billón doscientos mil millones de bolívares. De tal manera que el aporte fiscal petrolero para 1998, ajustado a los niveles actuales de los precios será inferior, en 2 billones trescientos mil millones de bolívares al aporte de 1997, y podría ser aún mayor, si los precios continúan su descenso. Esta situación, aún sin tomar en cuenta el crecimiento simplemente vegetativo de las partidas presupuestarias, aumentará el inmenso hueco fiscal, que ahora pretende ser llenado estableciendo incrementos en las cargas impositivas que ya pesan gravemente sobre el pueblo venezolano. En vez de ir a las causas reales de la crisis, se acude a los paños calientes. En vez de destituir a los dirigentes petroleros culpables, se les premia y se les da un voto de confianza. En cualquier país serio, el Ministro Arrieta, su Viceministro, Giusti y la cúpula directiva de PDVSA, estarían destituidos desde antes del 23 de marzo. Aquí en Venezuela, siguen pontificando, siguen planteando ilusorias recuperaciones de los precios en donde todos ven inestabilidad y tendencias a la baja, soñando con que se producirían alzas milagrosas, sin necesidad de hacer ningún sacrificio. Por todo eso, los venezolanos debemos exigir que otros hombres, conscientes de las potencialidades con las cuales dotó la naturaleza a éste país, pero también de sus límites y de nuestros derechos soberanos sobre esas riquezas, se aboquen a la tarea de administrar ese portentoso tesoro, comenzando por una acción inmediata ante el instrumento -la OPEP- que un ilustre venezolano, con visión de futuro, creó oportunamente.



Mientras eso no suceda, el país continuará sometido a las patéticas ”equivocaciones” y apreciaciones erróneas de la realidad de nuestros dirigentes petroleros, quienes amenazan con seguir hundiéndonos en el caos.



Esto queda confirmado de manera contundente en las declaraciones del Ing. Luis Giusti sobre un supuesto ”Mercado en Recuperación” (El Nacional, 16 de mayo de 1998, pág. E-1) donde menciona, entre otros, el siguiente ”factor de recuperación”:



”Aumento de la demanda en el sureste asíatico. Antes de lo previsto, los países de Asia-Pacífico están incrementando en unos 200.000 barriles diarios sus compras”. Con esta afirmación, simplemente hace caso omiso de las inquietantes informaciones que diariamente reproducen todos los medios de comunicación universales sobre la situación en el sureste de Asia. Ella sólo puede explicarse por una deliberada voluntad de adulterar la realidad. Por ejemplo, la última edición de la revista Business Week, del 11 de mayo de 1998 aparece el siguiente titular: ”Están empeorando las cosas en Asia. Mientras las malas noticias vuelan, la vuelta a la normalidad parece alejarse”. Y las malas noticias reseñadas por Business Week no se refieren solamente a las trágicas protestas contra Suharto en Indonesia, sino que citan con alarma la disminución del ritmo de crecimiento en China y las caídas adicionales, durante el mes de abril y después de seis meses de calma, de las bolsas de Corea (27,3%), Singapur (16,5%), Japón (10,8%), Hong Kong (7,5%) e Indonesia (6,2%). Según la revista, la economía del Japón se encuentra oficialmente en recesión, al registrar un segundo trimestre seguido de contracción económica y crecimiento de la tasa de desempleo, constituyéndose, por lejos, en la mayor amenaza para la economía global.



Apuntamos, así mismo, que el mismo día de la declaración de Giusti, todas las cotizaciones de precios efectivos a esa fecha y futuros para junio, julio y agosto de los principales crudos marcadores y productos (WTI, Brent, crudo liviano dulce, gasolina sin plomo, combustible de calefacción y gas natural) cerraron a la baja, en algunos casos, por debajo de 4% respecto a las cotizaciones anteriores (Oil Word, CNNfn Commodities). Ratificando esas tendencias, Bloomberg Energy informó el domingo 17 de mayo, que las cotizaciones del crudo cayeron, para esa fecha, en 4%, ”su mayor pérdida en dos meses”.



Después de dos meses del ineficaz recorte de producción aprobado por Riad, y ante las perspectivas descritas, es realmente infantil pretender, como lo hace Giusti, que ahora si veremos los efectos de aquel recorte.



En la entrevista citada, Giusti se ufana del tremendo éxito de la colocación de bonos hasta por 1.800 millones de dólares ( habiendo recibido ofertas por un monto mayor) en cinco tramos de 4,88; 7,13; 9,88; 17,38 y 29,63 años. FUNDAPATRIA está haciendo una investigación que dará a conocer en breve, pues esta operación, -situada en Gran Caimán, donde se realizan toda clase de transacciones financieras internacionales- y fruto de una compleja ingeniería legal, parece constituir una nueva violación de nuestra soberanía y nuestras leyes, a traves de una entrega virtual de garantías en factura petrolera a los bancos internacionales. Es de recordar que en 1986, cuando el país confrontaba una circunstancia petrolera crítica, similar al actual, el Presidente Lusinchi y el Directorio de PDVSA, presidido entonces por Juan Chacín, se negaron a suscribir préstamos por 1.200 millones de dólares que les ofrecían banqueros internacionales con garantía de la factura petrolera, como parece que se está haciendo hoy. Esa negativa del gobierno se debió al temor de que nuestro país se hiciera, de esta forma, más vulnerable frente a la banca extranjera.



Debemos estar conscientes de que, debido a la crítica situación de nuestras finanzas públicas, el próximo gobierno se verá compelido a contraer grandes nuevos préstamos, con el agravante que, de confirmarse nuestras sospechas, el precedente de una garantía de la factura petrolera puede inducir a los prestamistas a exigir garantías similares.



Ocurre el hecho insólito de que PDVSA viene disminuyendo sus aportes al Estado a través de reducciones fiscales y otros medios, hasta el extremo de que éstos representan hoy de un 50% de lo que pagaban las concesionarias extranjeras (las cuales como sabemos recurrían a diversos expedientes, como los costos inflados, para reducir sus cargas fiscales). Ello habría determinado la acumulación de Utilidades No Distribuidas en los balances de PDVSA, lo cual preparaba bien la cena para los consorcios que pugnan por adquirirla. Pero, ante la presión del creciente hueco fiscal, el Estado venezolano ahora necesita con urgencia recursos, y esto parece ser la razón principal de la “exitosísima” colocación de PDV Finance: hacerse de liquidez para traspasarla al Estado. Parecería entonces que no fue gratis la ratificación de Giusti.














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