viernes, 15 de enero de 2010

DOCUMENTOS DEL BLOG FUNDAPATRIA - Comunicado Petrolero Nº 7 - 20/6/98

TODAVIA PODEMOS SALVAR A VENEZUELA DEL DESASTRE DE LA ACTUAL POLÍTICA PETROLERA

Las naciones industrializadas -como desarrolladas que son- están estrechamente unidas entre sí a través de una serie de organizaciones internacionales, perfectamente estructuradas y coordinadas. Entre otras, la OECD que las agrupa; el Grupo de los Siete (G-7); la Agencia Internacional de Energía (AIE), promovida en 1974 para hacer frente al poderío de la OPEP; la Organización del Atlántico Norte (OTAN); y asimismo la Organización de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en los cuales también participa, nominalmente y pagando sus respectivas cuotas de mantenimiento, el resto de las numerosísimas naciones del Tercer Mundo, pero que son controladas por el puñado de naciones poderosas, para dominar el mundo política, económica y militarmente, en desmedro frecuentemente de las primeras. Y, cuando existe el “riesgo” de que las naciones “tercermundistas” -o un grupo de ellas- puedan organizarse internacionalmente en defensa de sus intereses, las poderosas neutralizan estos esfuerzos. Ello pudo comprobarse claramente en los años ochenta, cuando unos cinco o seis países latinoamericanos, agobiados por el peso de la deuda externa promovida por los bancos de las naciones industrializadas, con la connivencia corrupta de los gobiernos de aquéllos, dichos institutos financieros y sus países de origen se opusieron tenazmente y con éxito a la formación de un “club de deudores” y en cambio crearon, también con éxito, organizaciones internacionales que agruparon a miles de bancos acreedores (bajo la denominación de “sub-comités de la deuda externa”), los cuales impusieron a nuestros países condiciones de refinanciamiento que hoy nos asfixian. Los pocos intentos de organización internacional de los países sub-desarrollados, como el grupo de Naciones No Alineadas (“UNCTAD”) fracasaron, en parte por las manipulaciones en contra de las naciones desarrolladas (cuyos órganos de comunicación social observaron su “inoperancia”, una vez concluída la guerra fría) y en parte por la falta de visión y solidaridad característicos del subdesarrollo de sus miembros.


Pero hubo un caso, una luminosa excepción a esta regla general del sub-desarrollo, quizá único en el mundo y en la historia ancestral de la “dependencia (término -léase bien- mucho más vigente hoy que cuando sus voceros lo promovían con libertad en los años sesenta). Ello ocurrió cuando un pequeño grupo de naciones subdesarrolladas pudieron -temporalmente- imponerse a las naciones poderosas. Fue este el caso de la OPEP, promovida en 1960 por un ilustre venezolano, Juan Pablo Pérez Alfonso, quien -léase bien, de nuevo- con una visión de futuro, que la coyuntura petrolera de hoy demuestra su vigencia, supo unir a los cinco países subdesarrollados más grandes exportadores de petróleo, para defender los precios de ese producto esencial para el funcionamiento de las grandes naciones. Y evitar así que, respecto al petróleo, se repitiera la historia de siempre: que los países poderosos alimentan su desarrollo a base de las materias primas que venden a precios deprimidos las naciones subdesarrolladas. Tuvo éxito la OPEP a partir de 1973. Es cierto que las circunstancias internacionales le fueron propicias; pero, existía esta organización, y supo aprovecharlas.


Pero el pequeño grupo de grandes consumidores, ante este golpe “insólito y sin precedentes”, decidió destruir a la OPEP (“la pondremos de rodillas”, clamó el Presidente Reagan); o al menos neutralizar su acción, como ha venido ocurriendo. Y fue así como esos países -además de disminuir su consumo y desarrollar nuevos centros propios de producción facilitados por los elevados precios impuestos por la OPEP- emprendieron dos estrategias básicas: por una parte, penetrar el mercado petrolero, despojarlo de sus características tradicionales, desnaturalizarlo, y convertir la comercialización de este producto en uno o más de esos “commodities” que, como los granos, se transan en mercados de materias primas a través de una multitud creciente y altamente especulativa de operaciones, especialmente a futuro, que han sido divorciadas del volúmen real de las correspondientes transacciones físicas de compra-venta. Esta transformación de la comercialización petrolera mundial, movilizada en las grandes bolsas altamente especulativas de productos (“commodities”) norteamericanas y de Londres, era ya una realidad en los primeros años de la década de los ochenta. Y por otra parte, se infiltraron en las entrañas mismas de la OPEP, penetrándola a través de algunos de sus miembros.


Existen evidencias de que en 1974 -en pleno embargo petrolero de los países árabes al occidente- los gobiernos de Arabia Saudita y los Estados Unidos estaban inmersos en una intensa colaboración financiera, la cual constituyó la base para la recirculación de los petrodólares, que dió origen a inmensos préstamos por los bancos de las naciones industrializadas a los países del Tercer Mundo y creó la bomba de la deuda externa que comenzó explotando en México en agosto de 1983. Esa estrecha relación entre Arabia Saudita y los Estados Unidos se fue ampliando luego al ámbito petrolero y dió lugar a que esa nación árabe - la mayor exportadora de la OPEP y del mundo-


fuera la responsable fundamental del derrumbe petrolero de 1986, al imponer, en ese año una política expansiva para recuperar mercados, que concluyó con la destitución del Ministro Yamani. En vista de la hecatombe, en diciembre de ese mismo año, la OPEP ratificó el sistema de cuotas, estableciendo una meta de precios para el crudo liviano de 18 dólares el barril. Sin embargo, Arabia Saudita propició, en los años subsiguientes, a través de sus estrechos aliados en la Organización -Kuwait y los Emiratos Arabes Unidos- la sobreproducción por parte de éstos últimos, en los comienzos de los años ochenta, en abierta violación de las cuotas convenidas con todos sus colegas en el seno de la OPEP. Este saboteo de las cuotas de la organización puede apreciarse en el cuadro siguiente:


VIOLACIONES DE LA CUOTA OPEP
( Miles de Barriles Diarios)

    Emiratos AU Kuwait Arabia S. TOTALES


1987   516       613         26   1.155


1988   517       496        743   1.756


1989   755       704        355   1.814


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Estas violaciones, conformaron un exceso de suministro al mercado que mantuvo la debilidad de los precios y colocó a diversos países productores en situación crítica. Ello fue esgrimido por Irak como una excusa para su invasión a Kuwait, al afirmar el dictador Saddam Hussein, con razón, que la guerra no se hacía sólo con cañones, sino también con la sobreoferta petrolera que estaba dañando a la economía de su país.

La conducta de estos reinados y emiratos - en encubierta connivencia con los Estados Unidos - obviamente fue una traición contra sus colegas de la OPEP, incluyendo a Venezuela. Pero debe observarse también que los monarcas de esos reinados y emiratos buscaban a cambio de su turbia acción, algunos beneficios para sus países, como la defensa de su territorio por parte de los Estados Unidos y aliados, frente a eventuales apetencias de Irak y, eventualmente, Irán. Ello quedó claramente demostrado durante la llamada “Guerra del Golfo” de 1990-91.


Pero a partir de la presente década y muy especialmente en los últimos cuatro años, ha ocurrido un hecho insólito: en una “democracia institucionalizada” como Venezuela, su cúpula dirigente petrolera, con el obvio apoyo del Ejecutivo, quizá desconocedor en parte (con excepción hecha del Ministro Arrieta) del alcance de los designios de los primeros, decide participar y completar con creces la faena de Arabia Saudita y de sus seguidores (Kuwait y Emiratos Arabes Unidos) y continuar -en grande- el saboteo de la OPEP, en perfecta armonía con los intereses de los Estados Unidos que han abierto las puertas de su mercado a PDVSA, la cual ostenta ahora el honor de ser el primer suplidor de dicho mercado, desplazando a la Arabia Saudita. Venezuela ha venido efectuando en los últimos años una sobreproducción petrolera que significa una extraordinaria violación de sus cuotas convenidas con la OPEP, que se acercó en el último año al millón de b/d:



VIOLACION DE LA CUOTA OPEP POR VENEZUELA
        (Miles de Barriles Diarios)


            1995    351


            1996    654


            1997    916


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Esta acción de nuestra dirigencia petrolera ha sido factor principal del derrumbe de los precios que han descendido, en términos nominales, por debajo de los prevalecientes en 1974, o sea a un nivel inferior a los 9 dólares. En términos reales, la caída es aun más dramática, estando de vuelta a los deprimidos niveles de los años sesenta que forzaron la creación de la OPEP. Este es, precisamente, el estrepitoso fracaso previsto en anteriores Comunicados Petroleros de FUNDAPATRIA. Ese fracaso es consecuencia -como lo viene afirmando FUNDAPATRIA- de la insistencia de la cúpula de PDVSA en su política negadora de la OPEP, y en la búsqueda de un imposible “Acuerdo OPEP No-OPEP” como es el que se intentó en Riad en marzo, y luego en Amsterdam en mayo de este año. Pero tiene su génesis real en un profundo desconocimiento de las leyes elementales de la economía. Desconocimiento del que hace gala Luis Giusti cuando declara que “ha quedado demostrada la fortaleza petrolera de Venezuela porque todos nuestros barriles están siendo colocados en el mercado” (El Nacional 17/6/98, pág. E-1). Definitivamente, si tal es el criterio del Presidente de Petróleos de Venezuela, jamás podremos esperar una rectificación, porque está mentalmente imposibilitado para entender que es, justamente, esa colocación de “todos nuestros barriles” la que mantendrá deprimidos los precios hasta más allá del año 2000. Este es el mismo tipo de razonamiento absurdo que ha dado lugar a políticas infructuosas como la del famoso “trato hemisférico” o el “diálogo entre productores y consumidores”, es decir, mecanismos con los cuales se pierde la fuerza de ser un polo del mercado, el de la oferta, y se dejan encandilar con la “tecnología” del otro polo, el de la demanda, el cual sí obtiene para sí, taimadamente, lo que quiere: precios bajos.

Esta situación representa una tragedia para Venezuela, pues no solamente está precipitando la ruina del Estado, sino, mucho peor aun, la del pueblo venezolano. Y para colmo, lo extraño de todo ésto es que esa “política” de nuestra dirigencia petrolera, que está arruinándonos, aparte de la irracional traición a la OPEP, no conlleva -como en el caso mencionado de Arabia Saudita y de sus dos aliados- ningún beneficio para los venezolanos, la nación o el Estado. Quedará entonces por aclarar cuáles beneficios puede producirle a la cúpula petrolera nacional, la cual ha manifestado cínicamente que las dos tímidas reducciones de nuestra producción antes aludidas acordadas recientemente por Arabia Saudita, Venezuela y México, principalmente, en ningún caso afectarán a los nuevos “socios” extranjeros de PDVSA, sino a dicha corporación.

Invitamos a los venezolanos que no están vinculados ni comprometidos con esta trágica “política petrolera” (que puede costarle este año ingresos de divisas al país y al fisco, de unos de 5.000 a 6.000 millones de dólares y de 3 a 3,5 billones de bolívares, respectivamente, con todas sus consecuencias sociales, económicas y políticas, y que ya hicieron polvo los $ 3.000 millones que ingresaron al Estado como adelanto por la entrega ilegal y perjudicial de los ocho bloques bajo el régimen de “ganancias compartidas” y de los veinte convenios operativos), pero que acompañan, en su carácter de comunicadores sociales, o de líderes políticos o de simples “compañeros de ruta”, a la “apertura petrolera”, a que reflexionen sobre esta situación y su alcance destructivo para nuestra patria. Y asimismo, invitamos a los venezolanos que creen que pueden subir de categoría y dar el “gran salto hacia el desarrollo”, sirviendo incondicionalmente los intereses de las transnacionales y de los países industrializados (cuyos dirigentes en el fondo los desprecian a pesar de los servicios que puedan prestarles), a que estén muy pendientes sobre la acción que desplegarán nuestros representantes petroleros (a quienes da grima el sistema de cuotas petroleras), en la próxima reunión de la OPEP que se realizará entre el 24 y el 26 del presente mes de junio, porque el país está en juego.

Nuestros dirigentes petroleros, como no quieren saber nada de esa “demodé” y “tercermundista” y “obsoleta” Organización, y mucho menos de cuotas petroleras, han venido recurriendo al artificio de “convenios de reducción de producción” entre países OPEP y no-OPEP. Es curioso que en esta “ nueva política” sus socios sean precisamente la Arabia Saudita, miembro de la OPEP cuyo rol histórico ya analizamos, y México, no miembro de la OPEP y país otrora nacionalista (como reacción principalmente al despojo de más de la mitad de su territorio por parte de su gran vecino), pero que desde hace unos cuantos años entregó la guardia y hoy su política obedece a los lineamientos trazados desde el norte.

Ya hemos visto los resultados desastrosos de esos convenios de reducción petrolera entre países OPEP y no-OPEP. Ante la presente hecatombe petrolera y por lo tanto económica que enfrenta el país, sólo resta recurrir a la única organización que cuenta -la OPEP- que es la única que podría y debería decidir retirar ya cantidades substanciales del mercado a través de cuotas a respetarse escrupulosamente, para elevar así, también substancialmente, los precios. Sólo así, pensando en los intereses de Venezuela, sin el deslumbramiento “primermundista” desnacionalizador e insensible a la pobreza creciente de la inmensa mayoría de nuestros compatriotas, y recurriendo a la organización y a los poderosos instrumentos de que dispone la OPEP, podremos comenzar a reconstruir nuestras finanzas; y, por lo tanto, a nuestra patria. Venezuela tiene que recuperar su credibilidad y su prestigio en el seno de la OPEP. Hoy, tal como lo revelan las acusaciones de Irán (El Nacional 17/6/98, pág. E-1) los miembros de la OPEP hoy desconfían de las intenciones de Venezuela, porque saben de sus trampas y argucias para no cumplirlas, tal como fuera denunciado FUNDAPATRIA en su Boletín Petrolero de Prensa Nº 1 (Quincenario FUNDAPATRIA 15.5.98, pág. 6), sobre el uso de los inventarios para no disminuir el suministro a los mercados internacionales, lo cual explica -de paso- cómo es que “seguimos colocando todos nuestros barriles”, según lo declarado por Giusti.


¡Estemos atentos!

Para salvar a Venezuela de los desastrosos resultados de la actual política petrolera es urgente, como lo ha venido planteando FUNDAPATRIA, el reemplazo de la dirigencia petrolera.

DOCUMENTOS DEL BLOG FUNDAPATRIA - Comunicado Petrolero Nº 6

LA INSOSTENIBLE REALIDAD PETROLERA-FISCAL

1) El déficit presupuestario nacional



De acuerdo a Ley de Presupuesto , en su versión original del 30 de noviembre de 1997, Venezuela exportaría 3.325.000 mil b/d de crudo y productos, en 1998 los cuales, a un precio promedio proyectado de 15,5 dólares por barril, producirían un ingreso de 18.811 millones de dólares.



Al sumar ese volumen exportado a los 400 mil b/d de consumo interno, la producción total alcanzaría, según dicho Presupuesto, a 3.700.000 b/d.



La estimación de un precio promedio de 15,5 dólares el barril para la cesta venezolana de crudos y productos resulta una equivocación inaceptable, tratándose de una empresa de la magnitud de PDVSA, cuyos dirigentes debían estar, para finales de 1997, al tanto de la grave situación en Asia, del incremento de la producción en países no-OPEP, de la enorme acumulación de inventarios de crudos y de las proyecciones de un clima benigno durante todo el invierno boreal. Más que una equivocación, ello representa la voluntad de engañar al gobierno y al país, que ya para el pasado mes de noviembre confrontaba un déficit fiscal inmenso. Esa voluntad de engaño es de la misma naturaleza que el saboteo inaudito y sin precedentes en su magnitud de la cuota OPEP.



De manera que no solamente engañó al Gobierno, sino también al Congreso Nacional, que aprobó el proyecto de presupuesto con proyecciones equivocadas y, en consecuencia, a la opinión pública. Pero además, con ese presupuesto falso se crearon las bases del desastre fiscal y financiero-petrolero actual, que ha sembrado la desconfianza en Venezuela y el mundo. Y curiosamente se ha premiado a los directivos de PDVSA, reeligiéndolos por un nuevo período.



2) Las violaciones de las cuotas de la OPEP



La previsión presupuestaria significaba la oficialización de la trampa a la OPEP, la cínica planificación de una nueva violación, del orden de 1.140.000 b/d durante 1998, de una cuota que se estaba conviniendo, por consenso, en esos mismos días, en Jakarta, Indonesia, de 2.580.000 b/d. Una nueva violación que superaba en 80.000 b/d a la de 1.060.000 b/d en 1997 y en 400.000 b/d a la de 740.000 b/d en 1996.



Los venezolanos deben saber que a principios de esta década, otros países de la OPEP



-notablemente Kuwait y Los Emiratos Arabes Unidos- violaron las cuotas convenidas. Deben saber también que la violación regular de las cuotas por estos países, que osciló entre los 300.000 y 360.000 b/d cada uno, fue pequeña, comparada con las enormes violaciones mencionadas de PDVSA en los tres últimos años. Venezuela, en general, cumplió con sus cuotas hasta la presente década, entre otras cosas porque no tenía la capacidad de producción ni siquiera para alcanzar los niveles que le autorizaba la OPEP, lo cual se debía a la desinversión de las concesionarias hasta 1976. Sería conveniente que, además de preguntar a los candidatos si van a respetar los acuerdos petroleros ilegales suscritos dentro de la Apertura Petrolera con los consorcios internacionales, se les pregunte también si van a respetar los acuerdos legales suscritos por Venezuela en la OPEP.



3) Acelerando la caída de los precios



A los anteriores factores debilitantes de los precios mencionados, incluyendo naturalmente la enorme sobreproducción de PDVSA durante los últimos años, se añaden los constantes anuncios de que la inundación petrolera continuará, pues forma parte del conocido ”Plan de Negocios” de PDVSA, que prevee una producción de 6,5 MM de barriles para el año 2000.



4) La necesidad urgente de corregir el rumbo



Ante la muy grave situación fiscal actual y la que se presenta al próximo gobierno, se requiere tomar ya medidas correctivas de emergencia, encaminadas a lograr el aumento de los precios petroleros y, en consecuencia, de los ingresos fiscales. Para ello, no es posible continuar con la quimera de acuerdos de reducción petrolera de países OPEP y No-OPEP. No existe ninguna organización de Países No-OPEP, sino un grupo de naciones productoras dispersas y con intereses muy diferentes. En cambio, existe una Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP),sobre la cual debe volcarse la acción de nuestro gobierno, en procura de un acuerdo de una intensa reducción de la producción petrolera de la Organización, que sea respetada escrupulosamente, lo cual es la única vía para una rápida recuperación de los precios. Las recientes declaraciones de 5 países miembros de la OPEP, que provocaron una momentánea alza de los precios, indican claramente que ello es posible.



Esa recuperación de los precios la necesita urgentemente Venezuela y nuestra empobrecida población y, más aún, si se tiene en cuenta el inminente cambio de gobierno, el cual deberá contar con un mínimo de independencia y capacidad de maniobra.



5) El déficit de los ingresos petroleros y fiscales



No estamos haciendo alardes catastróficos. La situación es realmente crítica. El aporte fiscal petrolero previsto en la citada Ley de Presupuesto 1998, aprobada el 30 de noviembre de 1997, era de 4 billones 240 mil millones de bolívares, inferior en más de un billón de bolívares al aporte fiscal petrolero de 1997. Ahora, con la caída de los precios en el primer trimestre, voceros oficiales, a pesar de su optimismo declarativo, señalan que ese aporte caerá, adicionalmente en una cifra superior al billón doscientos mil millones de bolívares. De tal manera que el aporte fiscal petrolero para 1998, ajustado a los niveles actuales de los precios será inferior, en 2 billones trescientos mil millones de bolívares al aporte de 1997, y podría ser aún mayor, si los precios continúan su descenso. Esta situación, aún sin tomar en cuenta el crecimiento simplemente vegetativo de las partidas presupuestarias, aumentará el inmenso hueco fiscal, que ahora pretende ser llenado estableciendo incrementos en las cargas impositivas que ya pesan gravemente sobre el pueblo venezolano. En vez de ir a las causas reales de la crisis, se acude a los paños calientes. En vez de destituir a los dirigentes petroleros culpables, se les premia y se les da un voto de confianza. En cualquier país serio, el Ministro Arrieta, su Viceministro, Giusti y la cúpula directiva de PDVSA, estarían destituidos desde antes del 23 de marzo. Aquí en Venezuela, siguen pontificando, siguen planteando ilusorias recuperaciones de los precios en donde todos ven inestabilidad y tendencias a la baja, soñando con que se producirían alzas milagrosas, sin necesidad de hacer ningún sacrificio. Por todo eso, los venezolanos debemos exigir que otros hombres, conscientes de las potencialidades con las cuales dotó la naturaleza a éste país, pero también de sus límites y de nuestros derechos soberanos sobre esas riquezas, se aboquen a la tarea de administrar ese portentoso tesoro, comenzando por una acción inmediata ante el instrumento -la OPEP- que un ilustre venezolano, con visión de futuro, creó oportunamente.



Mientras eso no suceda, el país continuará sometido a las patéticas ”equivocaciones” y apreciaciones erróneas de la realidad de nuestros dirigentes petroleros, quienes amenazan con seguir hundiéndonos en el caos.



Esto queda confirmado de manera contundente en las declaraciones del Ing. Luis Giusti sobre un supuesto ”Mercado en Recuperación” (El Nacional, 16 de mayo de 1998, pág. E-1) donde menciona, entre otros, el siguiente ”factor de recuperación”:



”Aumento de la demanda en el sureste asíatico. Antes de lo previsto, los países de Asia-Pacífico están incrementando en unos 200.000 barriles diarios sus compras”. Con esta afirmación, simplemente hace caso omiso de las inquietantes informaciones que diariamente reproducen todos los medios de comunicación universales sobre la situación en el sureste de Asia. Ella sólo puede explicarse por una deliberada voluntad de adulterar la realidad. Por ejemplo, la última edición de la revista Business Week, del 11 de mayo de 1998 aparece el siguiente titular: ”Están empeorando las cosas en Asia. Mientras las malas noticias vuelan, la vuelta a la normalidad parece alejarse”. Y las malas noticias reseñadas por Business Week no se refieren solamente a las trágicas protestas contra Suharto en Indonesia, sino que citan con alarma la disminución del ritmo de crecimiento en China y las caídas adicionales, durante el mes de abril y después de seis meses de calma, de las bolsas de Corea (27,3%), Singapur (16,5%), Japón (10,8%), Hong Kong (7,5%) e Indonesia (6,2%). Según la revista, la economía del Japón se encuentra oficialmente en recesión, al registrar un segundo trimestre seguido de contracción económica y crecimiento de la tasa de desempleo, constituyéndose, por lejos, en la mayor amenaza para la economía global.



Apuntamos, así mismo, que el mismo día de la declaración de Giusti, todas las cotizaciones de precios efectivos a esa fecha y futuros para junio, julio y agosto de los principales crudos marcadores y productos (WTI, Brent, crudo liviano dulce, gasolina sin plomo, combustible de calefacción y gas natural) cerraron a la baja, en algunos casos, por debajo de 4% respecto a las cotizaciones anteriores (Oil Word, CNNfn Commodities). Ratificando esas tendencias, Bloomberg Energy informó el domingo 17 de mayo, que las cotizaciones del crudo cayeron, para esa fecha, en 4%, ”su mayor pérdida en dos meses”.



Después de dos meses del ineficaz recorte de producción aprobado por Riad, y ante las perspectivas descritas, es realmente infantil pretender, como lo hace Giusti, que ahora si veremos los efectos de aquel recorte.



En la entrevista citada, Giusti se ufana del tremendo éxito de la colocación de bonos hasta por 1.800 millones de dólares ( habiendo recibido ofertas por un monto mayor) en cinco tramos de 4,88; 7,13; 9,88; 17,38 y 29,63 años. FUNDAPATRIA está haciendo una investigación que dará a conocer en breve, pues esta operación, -situada en Gran Caimán, donde se realizan toda clase de transacciones financieras internacionales- y fruto de una compleja ingeniería legal, parece constituir una nueva violación de nuestra soberanía y nuestras leyes, a traves de una entrega virtual de garantías en factura petrolera a los bancos internacionales. Es de recordar que en 1986, cuando el país confrontaba una circunstancia petrolera crítica, similar al actual, el Presidente Lusinchi y el Directorio de PDVSA, presidido entonces por Juan Chacín, se negaron a suscribir préstamos por 1.200 millones de dólares que les ofrecían banqueros internacionales con garantía de la factura petrolera, como parece que se está haciendo hoy. Esa negativa del gobierno se debió al temor de que nuestro país se hiciera, de esta forma, más vulnerable frente a la banca extranjera.



Debemos estar conscientes de que, debido a la crítica situación de nuestras finanzas públicas, el próximo gobierno se verá compelido a contraer grandes nuevos préstamos, con el agravante que, de confirmarse nuestras sospechas, el precedente de una garantía de la factura petrolera puede inducir a los prestamistas a exigir garantías similares.



Ocurre el hecho insólito de que PDVSA viene disminuyendo sus aportes al Estado a través de reducciones fiscales y otros medios, hasta el extremo de que éstos representan hoy de un 50% de lo que pagaban las concesionarias extranjeras (las cuales como sabemos recurrían a diversos expedientes, como los costos inflados, para reducir sus cargas fiscales). Ello habría determinado la acumulación de Utilidades No Distribuidas en los balances de PDVSA, lo cual preparaba bien la cena para los consorcios que pugnan por adquirirla. Pero, ante la presión del creciente hueco fiscal, el Estado venezolano ahora necesita con urgencia recursos, y esto parece ser la razón principal de la “exitosísima” colocación de PDV Finance: hacerse de liquidez para traspasarla al Estado. Parecería entonces que no fue gratis la ratificación de Giusti.














DOCUMENTOS DEL BLOG FUNDAPATRIA - Comunicado Petrolero Nº 5 18/4/98

EL “HISTORICO” CONVENIO PETROLERO


1º El pasado 23 de marzo los máximos dirigentes de la política petrolera venezolana -Giusti y Arrieta- acompañados por sus asesores y máximos promotores de la privatización petrolera -Quirós Corradi y Calderón Berti- se sintieron compelidos a viajar a Arabia Saudita y negociar lo que llamaron un “Convenio Histórico entre países OPEP y no-OPEP”, a fin de intentar detener la violenta caída de los precios, que es consecuencia, primordialmente, de la POLITICA EXPANSIVA DE PDVSA Y DE SU CONSTANTE Y CRECIENTE VIOLACIÓN DE LA CUOTA CONSENSUALMENTE ACEPTADA POR VENEZUELA EN EL SENO DE LA OPEP. Este “Acuerdo Trascendental”, realizado fuera de la “anacrónica OPEP” (Erwin Arrieta, El Universal, 22.3.98), fue anunciado por Giusti y Arrieta con bombos y platillos, como el gran triunfo de la diplomacia petrolera venezolana.


2º En nuestro anterior Comunicado Petrolero del 28.3.98, publicado cuatro días después de conocerse ese “extraordinario acuerdo OPEP/no-OPEP”, Fundapatria señaló, con citas textuales, la GRAN CONTRADICCION existente entre todas las declaraciones de estos dirigentes petroleros hasta el 22 de marzo, y el acuerdo de restricción de la producción suscrito en Riad el 23 de mismo mes. Y que aunque pretendieran ocultarlo, el acuerdo le DABA NUEVA VIGENCIA AL SISTEMA DE CUOTAS DE LA OPEP, pues CONSTITUYE UNA REDUCCIÓN DE LA PRODUCCIÓN. La sola mención de un ACUERDO ENTRE EXPORTADORES reivindicaba la razón de ser de una organización como la OPEP, la cual, por cierto, fue la que ASUMIO EL 90% de las reducciones de ese “trascendental convenio” . Mentían pues los voceros oficiales cuando afirmaban que la OPEP no podía hacer nada, en vista de que los precios los determina “el mercado”, entendiendo por tal, sólo a los compradores y desconociendo lo que los analistas internacionales señalaron antes y después del acuerdo del 23 de marzo: la OPEP es la ÚNICA ORGANIZACIÓN DEL MERCADO a través de la cual los exportadores pueden concertar sus fuerzas y producir REALES MODIFICACIONES en las tendencias prevalecientes en un momento dado. (OIL-gasoline.com. Publicación On-Line, 22.3.98). Esta es una realidad, aunque a los dirigentes petroleros venezolanos no les guste.


3º ¿Qué ha ocurrido a partir de la fecha de conocerse el acuerdo? En los tres días subsiguientes (24.3.98/27.3.98) los precios de la cesta venezolana subieron de 12,22 a 13,32 dólares por barril: ¡un gran triunfo de la diplomacia petrolera venezolana! Pero a partir de entonces y hasta la fecha, los comenzaron a descender, tocando ln nivel de $ 11,60 y situándose en $ 12,50 por barril el pasado 16 de abril.


4º Repetimos que es un engaño más calificar el acuerdo como de “OPEP y de países no-OPEP”, pues la rebaja de México, es cuando menos inocua o simbólica (sólo 100.000 b/d dentro de un exceso de producción en el mercado de más de 2 millones b/d, exceso al cual Venezuela está aportando con sus violaciones más del 50% ), aparte de que existen posibilidades de que esa reducción mexicana sea simplemente producto de manipulaciones comerciales o contables, como ya señaló Fundapatria en su Comunicado nº 4. Ello, a pesar de las manifestaciones de colaboración intensa de los mandatarios de México y Venezuela (Acuerdo Bilateral de Cooperación Energética, de carácter “muy general”, como tuvieron la sinceridad de calificarlo) y de la declaración de la Cancillera mexicana Rosario Green, quien también calificó de “histórico” el acuerdo (Diario Abril del 14.4.98). En lo que respecta a Noruega, que es el único otro país importante exportador no-OPEP que se sumó al acuerdo (también por sólo 100.000 b/d), lo hizo aprovechando una política que había adoptado ese país varias semanas antes del acuerdo, como informa la publicación electrónica “Oil On Line” del 13.3.98, según la cual el gobierno noruego había anunciado la postergación de 12 proyectos de desarrollo de nuevos campos en el Mar del Norte por un año, como un paso para enfriar su recalentada economía. Es decir, que el recorte de producción de 100.000 barriles diarios llegó justo a tiempo cuando aplicaba una política macroeconómica que requería la disminución de la producción, por razones internas. En resumen pues, que HA SIDO LA OPEP, NUEVAMENTE, LA QUE HA ASUMIDO LA CARGA DEL RECORTE, PARA DETENER LA CAÍDA DE LOS PRECIOS. Pero, como se quiso dar un matiz ANTI-OPEP al acuerdo, y éste no fue suficiente para lograr una recuperación de los precios, tal iniciativa de la “diplomacia petrolera venezolana” ha resultado un fracaso. En efecto, la ya señalada evolución de los precios muestra que el recorte de producción acordado fue insuficiente, entre otras cosas porque se hizo, como lo sugieren las declaraciones de Giusti y Arrieta, para consagrar la anterior violación de las cuotas; y, por otra parte, porque buscaba que no se mencionara la palabra “cuota de producción petrolera”. Y nuevamente quisieron engañar al país presentando el acuerdo como un “triunfo”. Pero los hechos son tercos.


5º Y ahora, ante la evidencia del fracaso de sus políticas, cuando comienzan a sacarse las cuentas del déficit de ingresos petroleros y los graves problemas presupuestarios que ello generará como consecuencia de la caída de los precios (más de 2 billones de bolívares, según declaración televisada del Ministro Petkoff; o sea un 25% del Presupuesto Nacional), nuestros dirigentes petroleros, CULPABLES ANTE EL PAÍS DEL GRAN DAÑO que le ocasiona esas pérdidas billonarias, están tratando de seguir manipulando a la opinión pública, echando las culpas sobre otros. Así, de manera insólita, comienzan a filtrar informaciones, basadas en “fuentes oficiales”, según las cuales Arabia Saudita estaría ofreciendo descuentos adicionales en el mercado nortemericano; “descubren” ahora que la crisis del Japón es muy profunda; que los inventarios están repletos y que a pesar del inicio de la temporada de la gasolina, el mercado sigue sobresaturado y los precios de ese combustible alcanzarán niveles sumamente bajos; mencionan nuevamente el clima benigno del invierno pasado y a los especuladores (con lo cual atacan a su admirado “mercado” y olvidan que la especulación se lleva a cabo con precios hacia arriba o hacia abajo); etc.


6º En una declaración que constituye una intromisión inaceptable en los asuntos internos de Venezuela, la firma norteamericana Merril Lynch, uno de los bancos de inversión más grandes del mundo y ligada a casi todas las grandes operaciones de privatización, afirma que Luis Giusti debe ser candidato presidencial y cuenta con “LA MAYOR RESONANCIA EN EL MUNDO DE LAS FINANZAS Y ENTRE LOS INVERSIONISTAS GLOBALES” (El Nacional, 15.4.98). Como sabemos, Giusti es el promotor fundamental de la entrega por pedazos de nuestro máximo y muy lucrativo patrimonio -la industria petrolera- a los consorcios extranjeros, a través de la Apertura Petrolera. Nuestros lectores sacarán sus propias conclusiones, pero los invitamos a tener en cuenta también que los millones de dólares que como adelanto pagaron los consorcios petroleros en 1995 por los 8 bloques de nuestros mejores y muy conocidos yacimientos de crudos medianos y livianos, bajo el esquema de Ganancias Compartidas, y por los últimos 20 convenios operativos en 1996, se pierden con creces como consecuencia en gran parte de la sobreoferta petrolera venezolana que debilitaron los precios mundiales. Y, asimismo, que reflexionen sobre el hecho de que, si alguna vez llega a aplicarse correctamente la justicia en Venezuela, es probable que sean declaradas con lugar las demandas por inconstitucionalidad e ilegalidad del Acuerdo del Congreso que autorizó la contratación de los mencionados 8 bloques.


7º ¿Qué están buscando ahora nuestros dirigentes petroleros con su nuevo engaño a la opinión pública? ¿Apuntalar a la OPEP, como debería ser, para lo cual contarían con el apoyo de Fundapatria? ¿Ganar tiempo para seguir haciendo trampas a la OPEP y a Venezuela, a fin de cumplir con los convenios suscritos con los consorcios extranjeros y continuar sus designios privatizadores? Todo parece indicar que ésto último es lo que ellos quieren y están decididos a hacer, a pesar de que atenta flagrantemente contra los intereses nacionales.


Muchos venezolanos, desconocedores del tema petrolero, están desconcertados ante el DOBLE DISCURSO GUBERNAMENTAL, que propicia dos políticas petroleras contradictorias: una real, expansiva, a favor de los consorcios y de la privatización, y otra de aparente asociación con la OPEP, cuya misión fundamental consiste en la DEFENSA DE LA PARTICIPACIÓN DE SUS MIEMBROS EN CADA BARRIL PRODUCIDO, cuyos acuerdos irrespeta. Por ello ratificamos nuestra petición de que sean destituidos los máximos dirigentes petroleros, cuya renuncia ha sido pedida, entre otros, por el Gobernador del Estado Aragua. (El Universal, 16.4.98)





DOCUMENTOS DEL BLOG Entrevista en "Panorama", 2003

"Ningún gobierno puede aceptar una guardia pretoriana en Pdvsa"


El ex director de Pdvsa cree que existe un 'poder petrolero' constituido por ex presidentes de la estatal que diseñaron el "golpe petrolero". Considera que los gerentes, por ser hombres de confianza, no deben sindicalizarse.

Afirma que la calificación de "saboteadores" ha sido ligera.


Orángel Márquez

Isaura Rodríguez



Carlos Mendoza Potellá, nombrado embajador de Venezuela en Rusia y director de Pdvsa durante el breve periodo de la junta directiva presidida por Gastón Parra Luzardo justificó la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de ordenar a los empleados de la estatal Petróleos de Venezuela retornar a sus labores.

Al expresar sus opiniones a PANORAMA acerca de la situación actual, dijo que los gerentes de la empresa han conformado una "casta de fascistas".

- ¿Cuál cree que fue la intención de haber publicado que existía una junta paralela en Pdvsa de la que usted era miembro?


Eso fue una provocación. Nos pusieron el estigma de talibanes. Había interés de descalificarnos, de ponernos en la condición de interventores, de abusadores, de los que se meten donde no deben, de que los hacen lo que no saben. Eso es chantajismo, igual al del hombre que te pone un cuchillo en la garganta y dice que si te mueves, morirás. Ellos paralizan un buque y el culpable de lo que pueda suceder es el gobierno.

- ¿Cómo observa que los gerentes rebeldes quieren participar en la mesa de negociación y acuerdos?

Ellos se creen el poder omnímodo de Venezuela. Ellos se llamaban meritocracia por oposición a la corrupción política de la cuarta república. Montaron un barrera para no permitir el ingreso de los que tenían carnets blancos o verdes, pero ahora descubren que la oposición está llena de adecos y copeyanos y entonces dicen que quieren un gobierno de ellos para imponer un programa racista y fascista.

- Miembros del MVR proponen que en el Código Penal se incluyan sanciones para quienes atenten contra Pdvsa, ¿cómo ve eso?

- Debería existir, porque Pdvsa es una empresa básica del país. Lo que está sucediendo no debe volver a ocurrir bajo ningún régimen. Estoy seguro que otro gobierno impedirá que esto vuelva a suceder. No es posible que una gerencia alzada de una empresa pretenda imponerle al país condiciones. Ellos no son la gente del petróleo, la gente del petróleo somos los 24 millones de venezolanos.

- ¿Quiénes cree usted que diseñaron el plan de saboteo como lo ha calificado el gobierno?

- Lo de la junta directiva paralela y lo de Pérez Issa eran excusas para provocar a la gente. Después del golpe de abril se inició un periodo de paz petrolera, porque muchos de ellos fueron ascendidos y les pagaron los bonos, pero esa paz duró hasta que los convencieron de que la intención del gobierno era liquidarlos.

- Usted dijo en una entrevista anterior que ex presidentes de Pdvsa buscan anular al sector nacionalista, ¿por qué cree eso?.

- Nosotros vamos a quedar marcados con el estigma de chavistas. Estamos marcados porque el chavismo es nacionalista, de defensa del petróleo, mientras ellos buscan garantizar que pueden hacer la privatización de la industria petrolera, en nombre de la modernidad, de la atracción del capital internacional.

- ¿Qué responsabilidad cree usted que tiene Estados Unidos en esta situación?

- Estados Unidos simpatiza con esta gente, aunque quiere que salga Chávez, pero por vía electoral.

- ¿Quiénes tienen negocios antinacionales?

- José Toro Hardy, Humberto Calderón Berti, Luis Giusti, quien es el capo máximo y Alberto Quirós Corradi, el teórico de la privatización de Pdvsa. En nombre del antiestatismo quieren privatizar la industria.

- Humberto Calderón Berti denunció el interés de vender Citgo, ¿cree usted que el Gobierno tenga esa intención?

- No hay interés en vender Citgo, lo que hay es la intención en eliminar la condición de Citgo como sumidero de recursos del país, porque el peor negocio que se ha hecho es la internacionalización. En nombre de tener un mercado garantizado se le dan descuentos de tres y cuatro dólares a Citgo, para que puede demostrar que tiene ganancias. Citgo no puede ser vendida porque los convenios a largo plazo nos tienen amarrados. Ese fue el mejor negocio del poder petrolero, sencillamente porque las instalaciones de la internacionalización percibieron ingresos en el 2001 de 26 mil millones de dólares, pero las ganancias sólo fueron de 638 millones.

- ¿Quiénes conforman ese poder petrolero, porque usted parece referirse a él como si fuera otro poder público?

- Es un poder privatizante y en él están la Shell, ExxonMobil, Luis Giusti, Quirós Corradi, Sosa Pietri. Ese poder petrolero está utilizando a Juan Fernández y a esos muchachos. Los gerentes están siendo utilizados por el poder petrolero, constituido por los caimacanes que diseñaron el golpe petrolero.

- Cuando Rodríguez Araque asumió la presidencia de Pdvsa anunció que se realizaría una evaluación cuyos resultados se presentarían este mes. ¿Durante la gestión de Parra Luzardo fue propuesta esa auditoría?.

- La versión de Sosa Pietri de vender más barriles aunque sea a dos dólares es una falacia. Cuando los precios estaban cayendo, Luis Giusti dijo que compensarían el efecto con más producción, eso es echarle más gasolina al fuego para apagarlo. Dos millones se favorecerían por la política expansiva, pero no los otros 22 millones que viven del presupuesto público.

- ¿Cuánto se han elevado los costos de producción desde la nacionalización hasta la fecha?

- De 7.000 a 35.000 millones de dólares en el 2001, ahí están incluidos los costos de la internacionalización. El problema en sí no es la producción de petróleo, sino el conjunto de negocios inviables. Por la vía de los contratos, tercerización y asociaciones se ha provocado un derrame de costos.

- ¿Cuántos gerentes cree que sobran en Pdvsa?

- En Caracas hay 4.000 gerentes. La nómina mayor está compuesta por 17.000 empleados. Los de la nómina contractual son menos de la mitad del total del personal de Pdvsa.

- ¿Cómo ve la actuación de Unapetrol y Gente del Petróleo?

- Hay que preguntarle a la Shell y ExxonMobil si permitirán que sus gerentes se sindicalicen. Los obreros y técnicos tienen derecho a sindicalizarle, pero no los gerentes, si representan al dueño. Se supone que son hombres de confianza y deben hacer cumplir la política del propietario. Tienen sueldos y privilegios por su condición, pero están traicionando la confianza que pusieron en sus manos.

- Chávez mencionó que de ser necesario sería despedido 80% del personal de Pdvsa ¿cómo ve ese anuncio?

- Si la gente no quiere trabajar habrá que ver que se hace. No se puede aceptar que paralicen a la industria petrolera, que hayan chantajistas dentro. Otro gobierno no aceptaría esto, por ejemplo sale Chávez y viene Salas Römer, si al otro día no les gusta a la gente del petróleo, entonces inmediatamente van a pedir su salida. Ningún gobierno puede aceptar la existencia de una guardia pretoriana en Pdvsa que es la que pone y quita Césares.

- ¿Cree que los empleados han sido más subversivos que saboteadores?

-Han sido más terroristas que subversivos. Una casta de fascistas chantajistas no puede imponer el destino de este país. Si ellos se salen con las suyas, van a imponer el destino de este país por siglos.

- ¿La calificación que les ha dado el gobierno ha sido ligera?

- Ha sido ligera. Ellos son tan terroristas como quien amenaza a alguien con un cañón.

- ¿Cómo evalúa la actitud del gobierno en vista de que hasta ahora se han anunciado más de 100 despedidos?

- El gobierno ha actuado con prudencia. El colectivo está bombardeado por la prédica de la oposición.


PERFIL

Economista con maestría en Economía y Administración de Hidrocarburos de la
Universidad Central de Venezuela.
Profesor asociado (jubilado) de la UCV donde dictó clases de Economía y
Petróleo durante 28 años. Fue miembro del equipo de investigación, docente y
Director del postgrado en Economía e Hidrocarburos;
Profesor temporal de la cátedra Economía Política IV.Docente de Economía y
Política Petrolera y Minera. Coordinador del área de postgrados en Ciencias
Económicas y Jefe de la Cátedra de Políticas Económicas de la Escuela de
Economía de la UCV.
Autor de más de 23 publicaciones y trabajos de investigación en materia
petrolera, incluidos un par de libros.
Desde octubre de 2000 hasta febrero de 2002 se desempeñó como embajador de
Venezuela en Arabia Saudita y embajador concurrente en Bahrein y Omán.
Designado director de Petróleos de Venezuela durante el periodo
febrero-abril de 2002.
Último nombramiento: embajador en Rusia.



DOCUMENTOS DEL BLOG Entrevista en "Panorama" - Exxon-Mobil vs. PDVSA

CARLOS MENDOZA POTELLÁ, EX DIRECTIVO DE PDVSA:


“Giusti, Calderon Berti y Quirós Corradi desmontaron todo el sistema tributario petrolero”

Texto: Wilmer Ferrer

“La última decisión de la antigua Corte Suprema fue declarar improcedente un recurso contra estos contratos lesivos al país”. “Con ponencia de Cecilia Sosa Gómez en combinación con Román Duque Corredor que era defensor de Pdvsa decidió el tribunal”. “Allí Pdvsa se hizo parte contraria al juicio”.

Caracas

Para el asesor del Banco Central de Venezuela, y ex integrante de la junta directiva de Pdvsa, Carlos Mendoza Potellá, hablar de la Exxon es referirse a: “Una compañía con 100 años de experiencia tumbando gobiernos, asesinando presidentes, sobornando diputados, ministros, coroneles y generales en todo el mundo, saboteando la nacionalización mexicana en 1938, asesinando a Enrico Mattei, un empresario italiano que quería llegar a negocios cónsonos con Libia, derrocando a Mohammed Mossadegh, en Irán; y a Rómulo Gallegos, en Venezuela, ésa es la compañía con la que nos estamos enfrentando ahorita”.

Mendoza Potellá opina que Venezuela tiene que llevar de nuevo a la Exxon Mobil a la situación de arbitraje porque si Pdvsa fue amenazada tiene que responder, será en ese momento cuando se verá “quien pierde más”.

Igualmente, consideró que al haber llegado a instancias internacionales judiciales “nos está ocasionando daños, como ocurrió con los bonos (que bajaron) aunque ya se recuperaron”.

No obstante, en opinión de Mendoza Potellá, la situación ha favorecido “la posición firme de Venezuela y ha determinado el aumento de los precios del petróleo”.

—¿Ve usted una solución en el corto plazo de la diferencia entre Exxon Mobil y Pdvsa?

—No. Se trata de un caso que puede durar cuatro años o mas, y depende de la voluntad de las partes. Exxon tiene una mayor tradición de imponer su voluntad y cuesta más negociar con ella; dependiendo de eso se podrá llegar a un arreglo.

—¿Cómo interpreta la reacción de la Exxon Mobil?

—Muy normal y típica de sus conductas. Se trata de un diferendo que suele suceder entre Estados y corporaciones, sobre todo por las ambiciones extremas de las corporaciones en cuanto a obtener el máximo beneficio, es ley de toda corporación capitalista y no es ilegal, pero los Estados también se defienden cuando ese máximo beneficio ataca su soberanía. Estas cosas no son nuevas, y tienen mucho que ver con la apertura petrolera de Luis Giusti, Alberto Quirós Corradi y Humberto Calderón Berti.

—¿Por qué los menciona?

—Esta gente negoció en los años 90 con las corporaciones petroleras y montaron todo un aparataje legal para desmontar nuestro sistema tributario, llevaron la regalía al 1% y el impuesto sobre la renta lo llevaron de 67% a 34%.

—Cuando se aprobó la apertura ustedes introdujeron por ante la Corte Suprema de Justicia una demanda de nulidad. ¿Qué pasó con eso?

—Ésa fue la última decisión de la CSJ antes de dejar de ser y convertirse en Tribunal Supremo de Justicia, declarando improcedencia de la demanda por parte de la doctora Cecilia Sosa en combinación con Román Duque Corredor que era defensor de Pdvsa. Al día siguiente desaparecieron.

Ése era un juicio de interés público que no podía tener contraparte y era para proteger a la nación de unos convenios que nosotros considerábamos lesivos. Allí la vieja Pdvsa se hizo parte contraria al juicio.

—¿Qué pasó entonces?

—Llegó un momento en que este Gobierno decidió que eso no podía seguir. La excusa en aquellos tiempos era que se trabajarían campos marginales o que los crudos de la faja eran extrapesados y, por tanto, no eran rentables, por lo que había que estimular a las transnacionales, pero, con el petróleo a 100 dólares eso no tiene ninguna justificación.

Por lo tanto, soberanamente decidimos llevar eso a otros niveles e, incluso, con una figura complaciente para ellos: a 23 asociaciones estratégicas y convenios operativos se les ordenó convertirse en empresas mixtas asociadas con el Gobierno aceptando 30% de regalía, 50% de Islr y rescatando nuestra soberanía impositiva.

De esas asociaciones, 21 aceptaron, pero ConocoPhillips y Exxon Mobil, que se sienten más fuertecitas y con más capacidad para negociar y para aplastar, no lo aceptaron.

Sin embargo, Conoco plantea el diferendo y se va a un arbitraje en el que mantienen una posición distinta.

Exxon es una compañía con 100 años de experiencia tumbando gobiernos, asesinando presidentes, sobornando diputados, ministros, coroneles y generales en todo el mundo, saboteando la nacionalización mexicana en 1938, asesinando a Enrico Mattei, presidente de una empresa italiana porque quería llegar a negocios cónsonos con Libia, derrocando a Mohammed Mossadegh, en Irán; y a Rómulo Gallegos, en Venezuela, ésa es la compañía con la que nos estamos enfrentando ahorita.

—¿Fue manipulado el Congreso de entonces cuando se otorgaron los convenios?

—Fue manipulado y se le ocultaron cosas. Cuando se compraron activos a la Veba Oel, Humberto Calderón Berti escondió todo al Congreso. Formó un tribunal particular para modificar las leyes y no someter esa compra al Parlamento que, por Constitución, tenía que aprobarlo.

Con los abogados de las compañías, la Consultoría Jurídica de Pdvsa y el procurador de la época (en el gobierno de Luis Herrera) formaron un tribunal complaciente y modificaron las cosas.

Debate 2002: Amigos y enemigos "de la industria"

De un “tradicional enemigo de la industria petrolera”

para un veterano aprovechador del negocio petrolero público



Carlos Mendoza Pottellá

2002

A propósito de la “Junta Directiva Paralela de PDVSA” y otras infamias del poder petrolero.

Desde marzo de 1971, fecha en la cual tuve la inmensa suerte de integrarme como aprendiz a un equipo de análisis e investigación sobre el tema petrolero liderado por el Dr. Juan Pablo Pérez Alfonzo y conformado por veteranos políticos e investigadores universitarios, quedé automáticamente ubicado en un sector bastante conflictivo, el cual es, según la matriz de opinión promovida e impuesta por el poder petrolero venezolano, el de los “enemigos de la industria”. No en balde, la Creole Petroleum Corporation ya difundía, desde 1960, fecha de la fundación de la OPEP, la imagen del “brujo de Los Chorros” como un profeta loco.

En muchas oportunidades, esa poderosa matriz de opinión ha penetrado hasta muy cercanos amigos y compañeros políticos e ideológicos, en los cuales cunde la duda sobre la cordura de mi insistente discurso “anti-industria”.

En efecto, comencé a aprender, con el ácido estilo de Juan Pablo Pérez Alfonzo, con su discurso sin concesiones a las solidaridades grupales automáticas, los rudimentos del análisis de la política petrolera venezolana desde posiciones nacionalistas. Fui un privilegiado testigo de su mano firme al hundir el estilete en las más profundas llagas del negocio petrolero.

Así, por ejemplo, la caracterización de los “contratos de servicio” otorgados en 1970 por la CVP como instrumentos para eludir el principio constitucional de “no más concesiones” fue uno de las primeras asignaturas que recibí de ese magisterio. A propósito de las “informaciones” elaboradas por una asesora de imagen de Luis Giusti para "El Nacional", quiero referirme especialmente a un evento de esa oscura historia de hace treinta años.

En 1976, confirmando las aprehensiones de Pérez Alfonzo, el Presidente Carlos Andrés Pérez, presenta al Congreso de la República una denuncia sobre la estafa a la Nación que la transnacional Occidental Petroleum consumó en los lotes del Sur del Lago de los Contratos de Servicio, con la complicidad de algunos funcionarios públicos, entre ellos, uno que recibió como pago 600 acciones de una compañía denominada “Perforaciones Altamar”. José Toro Hardy, que así se llama el funcionario en cuestión, huyó del país, eludiendo la condena que si alcanzó a uno de sus cómplices y regresó, de una manera muy conveniente, cuando la pena por su delito había prescrito. Desde entonces se ha convertido en un destacado vocero del Poder Petrolero y es, desde luego, supremo juez a la hora de calificar a los amigos o enemigos de PDVSA. Este es el hombre que hoy organiza foros para defender la apertura, la ruptura con la OPEP y, en general, la privatización de la industria petrolera nacional, además de denigrar de los críticos de la gestión de PDVSA en los últimos 26 años, presentándonos como talibanes irresponsables. Por todo ello, no tengo la menor duda de que, como integrante del gabinete, no tan en la en la sombra, de Luis Giusti, este señor haya colaborado con la periodista y asesora de imagen Mary Mogollón, en la confección de esa olla podrida de El Nacional sobre la “directiva paralela” de PDVSA.

Por mi parte, y a mucha honra, desde 1971 he participado, con gente como el propio Pérez Alfonzo, Francisco Mieres, Gastón Parra Luzardo, y muchos otros, en la denuncia de cuanta trapacería hemos podido detectar dentro de la maraña de velos corporativos con los cuales el poder petrolero venezolano cubre el aprovechamiento privado de la mayor riqueza colectiva del país. Y para muestra, varios botones, a saber:

• La nacionalización “chucuta” y los ruinosos contratos de comercialización y asistencia técnica que le acompañaron y significaron “el mejor negocio de la Exxon en toda su historia”, pues además del cuantioso y continuado botín de miles de millones de dólares, obtuvieron participación privilegiada en todos los negocios de la futura operadora nacionalizada que la sustituiría, Lagoven. Tal como harían las otras exconcesionarias, Shell, Mobil, Gulf, etc. con sus respectivas operadoras, Maraven, Llanoven, Meneven …

• El super sobrefacturado “cambio de patrón de refinación”, cuyos gigantescos costos tecnológicos todavía pagamos, con onerosas regalías, en una operación que drena hacia el exterior todo el “valor agregado” nacional y nos deja una refinación con permanentes saldos rojos en sus cuentas de resultados.

• Los “megaproyectos” de la Faja del Orinoco, epítome de la irresponsabilidad planificadora de los promotores de negocios privados a costa de PDVSA: una inversión que se programó a razón de 5.000 millones de dólares anuales entre 1980 y el año 2000, sobre la base del supuesto de que el precio del crudo de 24 grados API alcanzaría los 50 dólares el barril en los años 90. Cuando la realidad les dio en las narices, la “Orimulsión” fue el escuálido ratón sin beneficios que parió esa montaña de recursos petroleros dilapidados.

• La Internacionalización, otra estafa continuada y asegurada por décadas, mediante la cual el PDVSA transfiere beneficios al exterior, otorgando descuentos que han promediado más de dos dólares por barril desde 1989 hasta hoy, con los cuales se financian unas supuestas pírricas ganancias e importa costos para minimizar su contribución fiscal.

• La apertura petrolera, con sus asociaciones estratégicas, convenios de asociación y tercerización, (outsorcing) como un programa más dentro de la vieja estrategia privatizadora de PDVSA y expropiadora del patrimonio colectivo de los venezolanos, y mediante la cual casi un tercio de la producción petrolera venezolana escapa al control estatal y se realiza en condiciones de costos que minimizan la participación nacional.

• Todo lo anterior, en el contexto de una estrategia antiestatal que llevó a vaciar de capacidades técnicas y de atribuciones al Ministerio de Energía y Minas, colonizándolo, y minimizando sus potestades de control y fiscalización. A la eliminación del Valor Fiscal de Exportación, la reducción de la Regalía hasta un 1% en las asociaciones estratégicas y, en general, a la aplicación de toda clase de argucias y consolidaciones contables para minimizar la participación fiscal petrolera. Añádase a esto las trampas a la OPEP con las cuales escupimos al cielo… y a los precios, y pare Ud. de contar.

Las consecuencias son evidentes: revertir por completo el reparto de los resultados del negocio petrolero venezolano, de un 80% de participación de la Nación venezolana en 1976 hasta un mísero 20% en 1998.

Si. Por todas estas denuncias, para Luis Giusti, Toro Hardy y compañía, somos enemigos de la industria. Enemigos de “su industria” y de sus guisos particulares.

Si. Somos enemigos de quienes han manejado a la industria petrolera venezolana durante los últimos 26 años privilegiando el aprovechamiento privado de un bien colectivo, en beneficio de los grandes negocios, de las corporaciones petroleras y de un privilegiado sector que integran hoy miembros de la Junta Directiva Internacional del Grupo Royal Dutch Shell, asesores energéticos de G. W. Bush, miembros de la realeza holandesa y pequeños accionistas de pequeñas compañías contratistas, como “Perforaciones Altamar”.

Botones de muestra:

Comprobado Soborno de la Occidental a Funcionarios de Menor Jerarquía.

El Nacional, Domingo 15 de Febrero de 1976, Página D-1


El Presidente Carlos Andrés Pérez entregó ayer en la mañana al Fiscal General de la República, doctor José Ramón Medina, el resultado de la investigación de apoyo a la labor jurisdiccional correspondiente al Congreso Nacional y a la Fiscalía, relacionada con la denuncia de un presunto soborno por parte de la Occidental Petroleum a funcionarios venezolanos para el otorgamiento de bloques en la zona sur del Lago de Maracaibo.


Al respecto, la Presidencia de la República entregó ayer un comunicado en el cual da cuenta del documento entregado y la nota explicativa que el presidente Pérez agrega a los informes relativos a la señalada investigación. En esta nota se señala que “dicha averiguación ha concluido y ella arroja importantes elementos de convicción para la fundamentación del proceso, sin perjuicio de que por la naturaleza de las investigaciones sea necesario que usted instrumente lo conducente para atribuirle valor probatorio a las informaciones obtenidas por vía confidencial”.


...

LOS PRESUNTOS IMPLICADOS
... una fuente oficial que pidió no ser identificada reveló que dentro de la investigación señalada se incluyen como presuntos sobornados al doctor ...
... y al doctor José Toro Hardy, quien para la época del otorgamiento de los contratos de servicio en el Bloque “E” del Lago era asesor contratado del Ministerio de Hacienda.
...
En relación al doctor José Toro Hardy, quien también tuvo actuación política como líder del Movimiento Desarrollista, la fuente reveló que éste habría recibido 600 acciones de la empresa Perforaciones Altamar. La fuente no precisó el valor de estas acciones ni de lo que significarían, en relación al capital de esa empresa. Es oportuno recordar que en declaraciones formuladas a “El Nacional” el día 18 de octubre del año pasado, el doctor Toro Hardy expresó que era un “accionista minoritario de Perforaciones Altamar, ya que poseía sólo un seis por ciento”. (El Nacional, Domingo 15 de Febrero de 1976, Página D-1



"La apertura petrolera deberá apuntar hacia una política de privatización de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y sus empresas filiales, aseguró ayer el presidente del holding estatal, Luis Giusti.

'Debemos diseñar una política más agresiva para la apertura de Pdvsa y las empresas filiales al sector privado' dijo el máximo representante de la petrolera estatal... al referirse a la significación del proceso de licitación que se viene realizando para la adjudicación de las 10 áreas con potenciales reservas de crudos livianos y medianos"
(Economía Hoy, 25 de enero de 1996, pág. 10.)

"La exagerada presión fiscal sobre la industria petrolera es el más persistente de los mitos petroleros en Venezuela. No hay hueco fiscal ni presupuestario que haga voltear la mirada hacia las cuentas de costos abultados e inversiones inviables de la industria petrolera. Y las propuestas con más "punch" y entrada en los medios de comunicación son aquellas que tienden hacia sucesivos recortes de la participación fiscal, el verdadero ingreso neto de la Nación en materia petrolera.

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Pero otro es el caso de los ejecutivos en función política, aquéllos que, en tanto que planificadores y estrategas, han tomado las decisiones trascendentales en cuanto a embarcar a la industria en megaproyectos inviables con tal de acrecentar su poder. Esos sí son responsables de la sangría fiscal, producto de una explosión no justificada de costos y proyectos. Son responsables del mantenimiento de una estructura burocrática de altísimo costo y ninguna necesidad. Son responsables de la proliferación de campañas para anteponer la "visión corporativa" a la de los poderes públicos en materia de política petrolera y económica en general. Son responsables de diseñar escenarios políticos en los cuales la alternativa Caldera era denominada "Democracia Ineficiente" y la alternativa Muñoz León "Dictadura Ilustrada", ofreciendo ésta última el mejor de los mundos posibles para el desarrollo de la industria y el posterior surgimiento de una "nueva democracia".

Por ello, insistimos, una cosa son los técnicos de la industria y otra sus políticos, la cúpula gerencial con pretensiones antiestatales y visión privatizante orientada más hacia el "negocio" que a las conveniencias nacionales. Carlos Mendoza Pottellá, “Petróleo, Actualidad y Desconcierto”, Octubre 1994