lunes, 14 de marzo de 2011

DOCUMENTOS DEL BLOG - ENTREVISTA EN "LA RAZÓN" - 08/12/2002

Memorias de la prédica en el desierto (II)

En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios. 
CMP 14 de marzo 2011



Revista Punto Socialista -  1983
Carlos Mendoza Pottellá


El debate sobre el convenio de asociación suscrito con la empresa alemana Veba-Oel ha puesto en evidencia una vez más la pretensión de PDVSA y sus operadoras de convertirse en un Estado dentro del Estado, de operar con una soberanía particular basada en el manejo autónomo y sin control de una porción sustancial del Ingreso Nacional.


En este caso, el referido convenio es la primera expresión conocida de una estrategia decidida hace ya tiempo por la gerencia petrolera: la internacionalización de la industria. Esta estrategia aparece delineada, por lo que sabemos, desde abril de 1982 en las Premisas y Lineamientos Corporativos de la planificación a mediano plazo (1983-1988) de Petróleos de Venezuela, pero es sólo ahora, en medio de la polémica desatada por su aplicación, siendo ya un hecho cumplido, cuando es reconocida como tal por los :directivos de PDVSA. (Peñaloza y Quintero ante la Comisión Bicameral de de Energía y Minas).


En las interpelaciones promovidas en el Congreso ha quedado de manifiesto el hecho de que los consultores jurídicos de PDVSA y el Ministerio de Energía y Minas, de consuno con el Procurador General de la República, constituyeron un “jurado complaciente” para escudriñar en los vericuetos de la Constitución Nacional y las leyes específicas del sector petrolero a fin de encontrar una fórmula que permitiera a la industria eludir la obligatoriedad de someter un contrato de evidente interés nacional a la consideración y aprobación por parte del Poder Legislativo. Es la consecuencia en una voluntad de ocultamiento que se inició con la suscripción trascorrales, en 1975, de los contratos de asistencia técnica y comercialización que han garantizado la participación privilegiada del capital petrolero trans¬nacional en el usufructo y la determinación del destino de nuestra riqueza petrolera.


Las cúpulas gerenciales de PDVSA y sus operadoras se han convertido en cónsules de esa participación extranjera y en ella basan su poder. Por eso queremos decir abiertamente que es necesario desmantelar ese enclave enquistado en el corazón de la industria fundamental del país. Sólo así será posible un cambio de rumbo en los planes de la industria que los haga cónsonos con las verdaderas prioridades nacionales.


EL GRAN ENGAÑO DE LA FAJA
Sólo así será posible evitar, por ejemplo, fiascos tan ruinosos como el del “desarrollo acelerado de la Faja del Orinoco” que fuera impuesto por la gerencia petrolera pese a todas las advertencias que desde diversos sectores se hicieron en torno a la inviabilidad e inconveniencia de los faraónicos mega-proyectos en los cuales programaron invertir un promedio de 5.000 millones de dólares anuales hasta el fin de siglo: 100.000 millones de dólares en 20 años! (Rodríguez Eraso, Presidente de Lagoven, el 8 de enero de 1981, ante la Asociación Venezolana-Americana de los Estados Unidos: "The total investment program that we have undertaken will require some $ 25 billion over the next six years. Afterwards and until the end of this century, the yearly rate of investment is likely to average some $ 5 billion (in 1980 dollars)."


En un país acostumbrado a las corruptelas y desastres de la administración pública, los gerentes petroleros han logrado .establecer una imagen de profesionalismo, eficiencia y apoliticismo que les ha servido de plataforma para imponer todas sus proposiciones. Ahora, cuando la cancelación de los planes de la Faja pone de relieve el cúmulo de apreciaciones erradas que fueron establecidas como verdades por el sólo peso de su prestigio gerencial, quieren escurrir el bulto cargando las culpas sobre las limitaciones que les son impuestas por la difícil situación financiera que vive el país.


Decenas de miles de millones de bolívares se desviaron hacia los urgentes desarrollos de la Faja. Se multiplicaron los sueños de reanimación en el deprimido sur de Monagas. Los flujos demográficos cambiaron su tradicional sentido y sobre Maturín, Temblador' y otros pueblos de la región confluyeron ríos humanos atraídos por el resplandor de los megaproyectos.


Hoy todo ha concluido. Mientras el fantasma de la quiebra y la ruina se cierne sobre los empresarios venezolanos que se comprometieron en el empeño con ingentes sumas de dinero, mientras diez mil nuevos desempleados ven segadas repentinamente todas sus esperanzas, la gerencia petrolera habla de “diferimiento” y sigue alimentando el mito de su infalibilidad. Las multimillonarias pérdidas de la Nación no serán percibidas, se difuminarán entre las innumerables partidas de las holgadas disponibilidades del excedente petrolero que administran.

MANIPULACION DOLOSA DE LOS ESTADOS FINANCIEROS
La centralización en el BCV de las reservas en divisas de PDVSA ha dado pie para que los directivos petroleros desaten una campaña para demostrarle al país que “la gallina de los huevos de oro” se encuentra amenazada, que los recursos, que se destinan a la inversión petrolera no son suficientes para mante¬ner los niveles adecuados de funcionamiento de la industria. En esta campaña han apelado a todos sus recursos de presión y convicción. Las cifras que confirman la peligrosidad de la situación y en particular la “crítica evolución del flujo de caja de PDVSA" son datos que ya se manejan como confirmados y con gran preocupación por columnistas calificados, comentaristas de televisión y representantes de diversos sectores de la opinión pública.


Sin embargo, podemos demostrar que en la elaboración de tales cifras ha habido manipulación interesada, llegándose a la modificación “con efecto retroactivo” de los Estados Financieros de la industria. Así lo hicimos en nuestro artículo “PDVSA-82, un Informe Revelador”, aparecido en el número anterior de Punto Socialista:


Mediante el cómodo expediente de convertir Existencias de Materiales y Suministros en Propiedades, Plantas y Equipos, transfiriendo irregularmente 3.621,5 millones de bolívares en 1981 y7.472 millones en 1982 de una partida a otra se oculta el hecho de que la industria mantiene inventarios por más de 10.000 millones de bolívares y de paso se abulta dolosamente el monto de la inversión bruta fija efectivamente realizada. Hay que señalar que la magnitud de esos inventarios que ahora se quieren ocultar reflejan el manejo alegre de los recursos de que dispone la industria. Más de la mitad de esas existencias está compuesta por tabulares para labores de perforación que por un monto de 5.477 millones de bolívares se adquirieron en los años 81 y 82. Ese tipo de existencias son de difícil movilización y con la reducción de los niveles de actividad de la industria conforman un cuadro de congelación improductiva de varios mi¬les de millones de bolívares que han podido incorporarse efectivamente a las inversiones.


Esta transferencia, que infla el rubro Propiedades, Plantas y Equipos del Activo Fijo de la industria petrolera desde 22.889 millones de bolívares en 1980 a 53.849 millones de bolívares en 1982, es la que permite sostener que las inversiones requeridas en 1983 por PDVSA y sus operadoras, aún con reajustes, alcanzan a 15.000 millones de bolívares. Ante este tipo de maniobras efectuadas para PDVSA por la firma de auditores Espiñeira, Sheldon y Asociados, empresa filial de la mayor transnacional en ese campo, Price Waterhouse, no podemos menos que poner en duda los recaudos presentados por PDVSA para sostener sus exigencias: la "caja negra" de las manipulaciones financieras de PDVSA debe ser abierta ante el país.


DESBORDAMIENTO DE PAGOS


INJUST IFICADOS POR ASISTENCIA TECNICA


A pesar de la gravedad de lo expuesto, en nuestra opinión el aspecto más preocupante de la administración de la industria petrolera es la que sigue sucediendo con los contratos de asistencia técnica. Ellos sirvieron para hacer pagos injustificados a las exconcesionarias, las cuales registraron entre 1976 y 1979 un beneficio neto por este concepto de 3.020 millones de bolívares. Aparentemente, a partir de 1980, con la renegociación de dichos contratos, el monto neto de los pagos comenzó a disminuir, a cambio, entre otras cosas, de una exoneración parcial del Impuesto Sobre la Renta. Por cierto que esa exoneración se intentó hacer total, dando lugar a un affaire de Gacetas Oficiales impresas y reimpresas con enmiendas entre el 31 de diciembre de 1979 y el 9 de enero de 1980. Pero, en fin de cuentas, los resultados aparentes registrados en las estadísticas oficiales siguen la tendencia señalada: de 1.531 millones de bolívares en 1979, el costo del apoyo tecnológico pasó a 562 millones en 1980 y a 277 millones en 1982, según el último informe de PDVSA.


Ahora bien, revisando el Cuadro 11-2 del Anuario de Series Estadísticas del BCV para 1981, “Balanza de Pagos, Sectorización de las Transacciones Internacionales", se observa que la industria petrolera venezolana está haciendo pa¬gos multimillonarios a extranjeros por un concepto denominado simplemente "Otros Servicios". Al indagar sobre la naturaleza de esos pagos, que para 1980 fueron de 661 millones de dólares, -2.842 millones de bolívares- nos hemos enterado que esos Otros Servicios no son otra cosa más que los pagos realmente hechos por Asistencia Técnica y Servicios Tecnológicos.


El mencionado rubro de la Balanza de Pagos está subdividido entre Apoyo Tecnológico y Servicios Diversos. La primera subdivisión corresponde a las cifras que públicamente se aceptan como pagadas por asistencia tecnológica, los 277 millones del año 82, por ejemplo. Pero los servicios diversos están compuestos a su vez por otros “pagos hechos a extranjeros por concepto de servicios técnicos, comisiones y otros servicios industriales o comerciales y por contratos especiales de asistencia técnica", 'distintos de los comprendidos dentro del apoyo tecnológico.






No queda pues la menor duda, los montos que aparecen como Otros Servicios pagados por la actividad petrolera a extranjeros son pagados efectivamente por Asistencia Técnica y montan a cifras tales como 736 millones de dólares en 1981 Y alrededor de 900 millones de ese mismo signo en 1982. Es decir, que en los tres años 80-82, y al cambio de 4,30 bolívares por dólar, la industria canceló por tecnología más de 9.000 millones de bolívares, tres veces lo pagado durante los cuatro años de vigencia de los primeros y supuestamente más desventajosos contratos.


Estas cifras escandalosas confirman las sospechas sobre transferencias ocultas que asentáramos en "La Otra Cara de la Luna Petrolera" -Punto So¬cialista N° 1-, al constatar la simultaneidad entre la baja de los pagos declarados por Asistencia Técnica y el violento incremento de los Costos de Operación. Ahora tenemos la explicación de tal crecimiento inusitado de gastos operativos en tiempos de contracción de los niveles productivos: ocultan la tajada del león transnacional en el negocio petrolero venezolano. Tal desbordamiento de pagos injustificados, constituyen la prueba más fehaciente de las complicidades antinacionales que apenas se disimulan tras las exigencias de autonomía y confidencialidad por parte de la cúpula directiva de Petróleos de Venezuela y sus filiales.

CMP - 1983


























En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios.

CMP 14 de marzo 2011

Memorias de la prédica en el desierto (I)

En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios.
CMP 14 de marzo 2011

 Se acabó el parasitismo
de la renta petrolera


Revista "Punto Socialista N° 4 - Agosto 1983
Carlos Mendoza Pottellá



Es evidente que, como partido con auténtica vocación de poder, el Movimiento Al Socialismo debe tener respuestas concretas para las urgencias coyunturales. Pero es ineludible que esas respuestas se correspondan con su condición de fuerza inequívocamente socialista. Todas las proposiciones del MAS tienen que prefigurar una voluntad política de transformación estructural, desde sus cimientos del sistema económico social imperante.
Es por ello que no concebimos dos discursos divergentes, uno coyuntural y otro para el largo plazo y no compartimos la idea de que debemos sumergirnos en el campo de las manipulaciones financieras y monetarias prescindiendo o disimulando nuestras concepciones globales. Mucho menos si consideramos que los largos plazos comienzan hoy y no pueden convertirse en una suerte de horizonte eternamente inalcanzable.


Tal es la orientación de la exposición que hacemos a continuación, para cuyo desarrollo utilizamos en extensas formulaciones hechas originalmente por el profesor Francisco Mieres en “Hacia una Sociedad Independiente y no Petrolera” y que aparecen parcialmente recogidas en la Revista Resumen No. 500.


El primer elemento a tener en cuenta a la hora de formular alternativas de política económica para la Venezuela actual es la constatación de que el país se enfrenta al definitivo colapso de una economía fundada en el parasitismo de la renta petrolera. Ese derrumbe previsto por algunos estigmatizados “profetas del desastre”, pero sorpresivo para quienes se hacen ilusiones desde los tiempos de “la gran Venezuela”, con una supuesta superación del subdesarrollo y la entrada triunfal de Venezuela al exclusivo círculo de países “modernos”, se manifiesta entre otras cosas en: 1) la desaceleración y caída de las tasas de crecimiento del producto territorial bruto, 2) el deterioro persistente del ingreso real de la mayoría de la población, 3) la reducción de la capacidad del gasto público para inducir el crecimiento económico y 4) la postración de la inversión privada.


Todas estas manifestaciones críticas están determinadas, en última y no muy lejana instancia por un proceso degenerativo que afecta al corazón de esta economía artificial, la industria petrolera, que se expresa en la declinación persistente, por más de una década, de la rentabilidad endógena real de la industria petrolera. (Mieres, loc. cit.)






Esa declinación es el resultado, en primer lugar, del agotamiento de los yacimientos petroleros convencionales, al cabo de más de 70 años de saqueo indiscriminado. Agotamiento que se manifiesta en una tendencia, contenida a duras penas, a la caída del potencial productivo, y por ende, a la elevación de los costos unitarios reales. Vale la pena señalar, de paso, que las expectativas de costos son mucho mayores en el área que se perfila como relevo de los viejos yacimientos: la Faja Petrolífera del Orinoco.


Viva expresión de este proceso evolutivo es la intensa campaña actual de Petróleos de Venezuela para demostrarle al país que las necesidades de la industria son cada día mayores y que se deben multiplicar los sacrificios fiscales si se quiere mantener con vida la menguada gallina de los huevos de oro, porque ya el petróleo no alcanza para todo.


Pero esa declinación de la rentabilidad del petróleo se produce también por el éxito de los países consumidores en sus políticas de ahorro energético, con las cuales han producido una modificación tecnológica que ha modificado sustancialmente el aprovechamiento de cada barril de petróleo y producto utilizado, disminuyendo sensiblemente los coeficientes energía/producto y avanzado en la sustitución del petróleo por otros energéticos. Todo ello unido a una concertada estrategia anti-OPEP, fundada en las propias debilidades de la organización que permitieron la acumulación de inventarios estratégicos que hoy son utilizados para debilitar aún más los precios y colocar a los países miembros de la OPEP en la condición de suplidores marginales, de última instancia.


El impacto de esas políticas se acentúa porque se generan en el marco de una crisis económica de magnitudes globales y de larga data por efecto de la cual las tasas de crecimiento de los principales países consumidores de petróleo se mantienen en niveles muy bajos. En el ínterin se consolida la reestructuración tecnológica a que hacíamos referencia y ello impedirá la vuelta a los niveles anteriores de consumo petrolero cuando se produzca la tan esperada reanimación de la economía.


Con tales elementos en cuenta es que afirmamos que son estériles los sueños de un nuevo “boom” petrolero que nos salvará en el último momento. Por tanto, debemos encarar desde ya la remodelación de la economía nacional, proponiendo medidas que abran el camino hacia una mayor emancipación, el autoabastecimiento, la austeridad y la redistribución social. Primera exigencia de ese camino es la maximización del rendimiento neto de la industria petrolera para poder cubrir los requerimientos de inversión implicados en el mismo.


Con lo dicho dejamos resumidos el diagnóstico y la concepción global que inspiran las propuestas de acción inmediata que a continuación detallamos.


*Reajustar drásticamente el gasto y la inversión públicas, en particular en la industria petrolera y en las industrias exportadoras y despilfarradoras de energía barata –hierro y aluminio fundamentalmente-


*Devaluar abiertamente y poner en práctica un efectivo control de cambios.


*Control de precios.


*Reestructuración del sistema bancario y financiero.


*Reevaluación del salario real de los trabajadores.


*Reforma tributaria.


*Modificación de las prioridades de financiamiento, privilegiando a la agricultura y a la industria nacional no importadora.


*Remodelación ecológica y energética de las actividades de producción, consumo, transporte y urbanización.


*Colonización agrícola y forestal, pesca y cría. Recuperación ambiental.
CMP










Revista "Punto Socialista" - N° 4 -  Agosto de 1983

En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios. 
CMP 14 de marzo 2011