sábado, 1 de abril de 2017

ENTREVISTA EN SÍNTESIS Nº 1




“La renta no es mala per se,
 malo es el adormecimiento en la renta”

Entrevista con Carlos Mendoza Pottellá

María Guevara - Síntesis

Carlos Mendoza Pottellá. Economista y analista petrolero. Magíster en Economía y Administración de los Hidrocarburos por la Universidad Central de Venezuela, en cuya Facultad de Ciencias Económicas y Sociales ha sido profesor de pregrado y posgrado, además de director del Posgrado en Economía y Administración de Hidrocarburos. Se ha desempeñado como embajador en Rusia y Arabia Saudita. Actualmente es asesor de la Presidencia del Banco Central de Venezuela y director de la Revista BCV, al tiempo que cumple funciones académicas en el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual.

El equipo de Síntesis fue recibido por Carlos Mendoza Pottellá, quien ha sido un destacado conocedor y experto en petróleo, pero particularmente ha trabajado y luchado para que en Venezuela se cultive la cultura petrolera desde lo político, económico y social. En esta entrevista el Prof. Mendoza Pottellá deja claro los pasos que debemos seguir para que nuestros recursos naturales eleven nuestra consciencia en lugar de adormecernos.

María Guevara: Usted ha manifestado la necesidad de diversificar la economía nacional en un complejo marco de dependencia de la renta petrolera, recalcando la sentencia de Juan Pablo Pérez Alfonzo que define como imposible la “siembra del petróleo” debido a que contamos, o contábamos, con una inmensa renta que no es producto del trabajo propiamente. ¿Es propicio entonces el escenario de la caída abrupta de los precios de nuestro petróleo para que surja en el país lo que el Presidente Chávez llamó una Nueva Cultura del Trabajo?

Carlos Mendoza Pottellá: Parece una ironía decirlo, pero realmente yo creo que nosotros necesitábamos un estremecimiento del acostumbramiento de un siglo al disfrute de una renta que no es producto del trabajo sino de una cierta fertilidad del suelo, que no la tienen todos, y por eso es una renta, porque se debe una fertilidad especial, que no la tiene otro país, sino nosotros. De doscientos países sobre la Tierra, nosotros tenemos un porcentaje gigantesco de ese bien que se ha convertido en un bien universal, que es el petróleo, y esas son las bases físicas, además de las bases empresariales –un monopolio– para que surja una renta: un valor mayor que el valor que le da el trabajo, por la monopolización y por la escasez, las dos cosas se conjugan y generan una inmensa renta que por definición legal, por nuestra historia, por nuestra juridicidad, nos pertenece como nación, lo que quiere decir que pertenece y perteneció, a todos los venezolanos que vivieron, que viven y que vivirán en este país. Esto es muy importante tenerlo en cuenta: esa es una renta que no pertenece exclusivamente a los 30 millones de habitantes actuales. Entonces, hay que verificar cómo utilizar esa renta de la manera más productiva para la nación, como un todo, para toda la nación: la que viene, la que vivirá en el futuro.

No podemos decir que es una maldición. Algunos han malinterpretado la frase de Pérez Alfonzo: “hundiéndonos en el excremento del diablo”, no era eso lo que él quería decir, con esa frase él quería significar que estábamos hundiéndonos en la mala administración de ese producto, lo de “excremento del diablo” viene porque hubo un cronista de Indias que dijo que así le decían los indígenas, pero no porque él considerara que era malo. La renta no es mala per se, malo es el adormecimiento en la renta, el que no despertemos y que necesitemos una medicina amarga hoy, que los recursos no son suficientes para seguir viviendo como vivíamos, y todavía no estamos preparados para seguir produciendo de otra forma, teniendo con qué.

MG ¿Estamos entonces ante la ausencia de una verdadera cultura petrolera, donde se considere no solamente el aspecto productivo, y de distribución de la renta, sino lo verdaderamente económico, dimensión que impacta en los ámbitos cultural y político?

CMP En ese sentido hemos involucionado, nosotros teníamos una cátedra de economía petrolera, en 1989 me sacaron de la UCV, con el argumento de que “el tema petrolero es un tema técnico, para expertos”, cuando el petróleo es nuestra vida. El petróleo ha construido la Venezuela de los siglos XX y XXI; en el siglo XIX éramos una cultura totalmente distinta, feudal, agroexportadora; el petróleo nos ha dado un nuevo perfil y sobre todo implanto el capitalismo más adelantado. Es la base de la transformación cultural del país, de cómo nos integramos a los circuitos de consumo de toda clase de productos. Desde luego, eso ya pasó. Somos el país que somos fundamentalmente por la forma como se utilizó el petróleo, eso determinó el establecimiento de una economía deformada, poco integrada, que no explora sus posibilidades más allá del aprovechamiento de la renta. Entonces el hecho de que la renta merme ahora, tal vez sea una oportunidad, aunque suene trágico, pero es una oportunidad que surge en el medio de las necesidades, de las flaquezas.
 MG Más allá de la obvia dificultad que representa el arraigo de una cultura rentista en nuestra sociedad ¿Estamos preparados para afrontar ese reto?
CMP No estamos preparados, tenemos que prepararnos; desarrollando una cultura distinta. Sobre todo tomando consciencia de lo que es eso. Nosotros teníamos un postgrado en economía y administración de hidrocarburos en la UCV que está totalmente mermado. Sin embargo aquí siempre ha habido gente interesada en que ese tema sea del conocimiento de todos los venezolanos. Recuerdo que cuando se hizo el cambio de la Escuela Primaria de seis grados a la Escuela Básica de nueve grados, el grupo de profesores de educación que diseñó ese proceso nos solicitó, al profesor Francisco Mieres y a mí, que los asesoráramos en el diseño de unas materias que incluyeran el tema petrolero, para 5to y 7mo grado, y con nuestra asesoría diseñaron esas materias y las presentaron dentro de ese proyecto que fue aprobado por completo, con excepción de esas materias, en una estrategia definida de promoción de la ignorancia petrolera. Porque mientras más ignorantes seamos en esa materia, más fácilmente nos controlan. Han convertido el tema petrolero en un tema para expertos, cuando es un tema que debe ser conocido por toda la sociedad.
En aquel postgrado nosotros teníamos la visión de que el petróleo es una materia para todos los venezolanos. Un compañero que cursó conmigo el postgrado era médico, y le preguntaban cómo era que un médico estaba haciendo un postgrado en economía petrolera, y él decía: “Es que yo voy a ser psiquiatra”, ¿y eso que tiene que ver?, y él respondía: “Antes de estudiar psiquiatría yo quiero conocer la base material del cerebro de los venezolanos, y esa base es el petróleo”. Nuestra cultura, nuestra sociedad completa está hecha de petróleo, y hasta nuestra literatura también, hasta la que no habla de petróleo está condicionada por las circunstancias sociales que establece el petróleo.
Yo he estado incluso en conversaciones con la Fundación Biblioteca Ayacucho, para recopilar las novelas del petróleo, que no son solamente Mene, Oficina No 1 y Casas Muertas, que tienen que ver con eso, hay incluso escritos anteriores a esos: El señor Rasvel, por ejemplo, y muchas otras, todavía inéditas.

MG A raíz de la caída de la renta petrolera el Presidente Maduro ha expresado su convencimiento de la necesidad de dejar atrás la cultura rentista. ¿Contradicen esa determinación los esfuerzos aparentemente exitosos para recuperar los precios del petróleo?

CMP Para nada. Claro que tenemos que aumentar los precios del petróleo, si existe esa posibilidad. Estamos en una industria y tenemos que administrarla eficientemente. El hecho de considerar que no debemos seguir percibiendo acríticamente la renta y de que la utilicemos de una manera productiva y reproductiva hacia el futuro no quiere decir que la vamos a regalar. Esa renta se produce independientemente de nosotros, y eso determina que siempre habrá factores que se beneficien de esa renta privilegiadamente. Nosotros tenemos que actuar para obtener la mayor porción, la que nos corresponde.
MG ¿Por qué cree usted que 17 mil pozos de petróleo ya perforados e inactivos no son reactivados? ¿A qué obedece la apuesta del Gobierno Nacional por la Faja petrolífera Hugo Chávez, según su criterio la más costosa y arriesgada?
CMP Por unas circunstancias del mercado, del desarrollo de la industria petrolera, que determinó dentro de ese proceso que los precios del petróleo adquirieran una significación tal que permitiría la explotación de yacimientos muy costosos. Eso no sucedió sólo en Venezuela, sino a nivel global. De la producción petrolera original, sencilla, de extracción con bombas de succión del petróleo liviano, a medida que este recurso de consumo masivo podría acabarse, se comenzaron a explorar otros horizontes, y esos horizontes han llegado a Alaska, al mar del Norte, a las arenas bituminosas de Canadá, y a la Faja del Orinoco. Y la posibilidad de explotar esa inmensa masa de recursos que, según los técnicos del servicio geológico de los EE.UU., es más de la cuarta parte de todo el petróleo que existe en el mundo, representa una gran tentación. Pero un conjunto de cambios recientes en el mercado petrolero han determinado que los precios estén en un nivel actual y predecible para las dos próximas décadas, que hace poco viable la explotación completa de esa Faja. Más allá de lo que allí se ha desarrollado y de lo que se está produciendo (más del 40% de nuestro petróleo se produce desde allí), el continuar con los planes que había para llegar a 6 millones de barriles diarios no tiene viabilidad, ni por el costo, ni por la aspiración, porque las posibilidades de crecimiento del mercado petrolero global no llegan a 2 millones de barriles diarios, no hay espacio en ese mercado para que solamente Venezuela coloque 4 millones de barriles más. Ya el mundo se ha organizado para extraer petróleo liviano a mansalva, de países que el imperialismo ha destruido y mantiene bajo presión. Irán, Irak y Libia, por ejemplo, son productores de crudo liviano que van a aumentar su producción, controlados por el Imperio. Ya Libia e Irak están en sus manos, y aunque Irán sea “hostil” a los EE.UU. –como dice Trump– está dispuesto a producir masivamente su petróleo liviano. Entonces, nuestro petróleo de la Faja del Orinoco, siendo un valor no despreciable, no es factible hoy, y a lo mejor no lo será nunca, porque hay otros elementos: mientras se gaste ese petróleo convencional, de nuestros 13 mil pozos activos, de Irán, Irak, Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, y de los propios EE.UU., el petróleo va a dejar de ser una fuente energética, en unos 40 ó 50 años, tal vez, cada día va a ser menor la participación del petróleo en la matriz energética, en la dieta energética del mundo. El petróleo no va a crecer en su demanda, además ya han sido abandonadas inversiones en aguas profundas, del Golfo de México, de Angola, de Brasil; costa afuera de Alaska y del mar del Norte, el Ártico; más de un billón de dólares han sido retirados de esos gastos de capital que tenían previsto. Entonces, nosotros no debemos seguir insistiendo en el aumento de la extracción de petróleo de la Faja, en condiciones además lamentables, cuando tenemos la posibilidad de sacar de los pozos que tenemos cerrados, un petróleo, ciertamente con costos crecientes, pero de una vez utilizable, liviano, que no necesita ser mejorado. Claro, esos son yacimientos declinantes, con vida definida, determinada, pero de 40, 50 años. Siendo realistas, sacando ese petróleo en los próximos años podemos seguir siendo un país petrolero importante, sin ser el primero, ni el octavo, y mientras tanto, dedicarnos a construir otro país, con ese recurso, limitado pero aún muy grande para un país de incluso 100 millones de habitantes. Nosotros tenemos que concentrarnos en construir un país, complejo, que tenga agricultura, ganadería, minería, pero en las proporciones que implican las necesidades reales de 30 millones de habitantes. Somos un país todavía despoblado, con nuestra población concentrada en el eje centro-norte-costero, casi la mitad en la gran Caracas y prácticamente todo el resto entre Maracaibo y Los Andes, en el norte de Anzoátegui y Monagas… Saliendo de Villa de Cura, del Sombrero ya estamos en un país prácticamente despoblado, donde hay recursos inmensos: agrícolas, ganaderos, etc.

MG Usted recomienda la creación de un fondo de inversiones para iniciar un lento proceso de diversificación económica. ¿La llamada Agenda Económica Bolivariana, impulsada por el Gobierno Nacional, y el actual Presupuesto de la Nación para este año 2017 – calculado con base en 30 dólares por barril de petróleo y sustentado en este rubro sólo en 17%– son pasos acertados y viables en esa dirección?
CMP No he analizado esos factores en detalle, pero sí creo que hay que ir por ese camino: debemos apretarnos el cinturón y comenzar a explorar otras posibilidades de ingreso. No podemos esperar que nos venga de afuera la imposición, debemos asumirla nosotros mismos, crearla, asumirla y ejecutarla.

MG ¿Es una utopía pensar en las energías limpias?
CMP No, en el mundo eso avanza muy lentamente, pero avanza. Debido al calentamiento global hubo la Convención de París, que estableció algunas metas, y fundamentalmente los dos países más contaminantes de la Tierra, EE.UU. y China, se comprometieron allí. Pero entonces ahora viene Trump, que niega todo eso. Pero yo creo que el curso de la sociedad va a seguir ese camino, y que Trump es simplemente un accidente. Hay muchas fuerzas dentro la propia sociedad norteamericana que van a impulsar el uso cada vez mayor de energías limpias, que es una necesidad que parte de una realidad. Incluso la industria automovilística está desarrollando carros distintos, autónomos, informatizando sus movimientos, etc. El desarrollo tecnológico no será el del acero, del cemento. El desarrollo será cada vez más informatizado, internetizado, donde se requiere menos movimiento y por lo tanto menos gasto energético. En las perspectivas, los pronósticos, para el año 2040, 2045, que hacen empresas como British Petroleum, por ejemplo, la utilización de energía procedente del carbón, del petróleo y del gas natural, no va a caer radicalmente, pero no va a crecer como venía creciendo. La humanidad no da saltos, pero para esas fechas se espera que empiece a declinar el uso de energía contaminante. Hasta ahora las energías no convencionales han venido creciendo muy lentamente, y los pronósticos dicen que si hoy son el 15% de todas las fuentes –incluyendo la hidroeléctrica– para el año 2045 serían el 18%. Muy recientemente han estado apareciendo nuevos proyectos, nuevas actitudes que muy posiblemente aumenten la tasa de crecimiento de uso de energías limpias. Por ejemplo el carbón, lo más contaminante que hay, inició la era industrial hace casi 300 años y todavía hoy el carbón representa el 25% de todas las fuentes de energía, y todavía para 2045 seguirá siendo una fuente energética, aunque cada vez menor; crecerá el gas natural; disminuirá también el petróleo, pero los hidrocarburos seguirán siendo para esa fecha 75 a 80%.

MG En un artículo de 2015, publicado en su blog, usted argumenta que “la ética socialista tiene que ser promovida, justificada por la acción ejemplar de sus promotores y de hecho, impuesta por medios coercitivos, antes de convertirse en conciencia social”. Si no son las leyes existentes esos medios, ¿cuáles podrían ser?, siendo justamente, como usted dice, personeros del gobierno en todas sus instancias los promotores de la ética comercial capitalista.

 CMP Tiene que ser coercitivo ciertamente. La ética capitalista se ha formado en seiscientos años, no es algo que nació espontáneamente, para eso hubo necesidad de guerras, de monarquías, de inquisición, de imposición de valores morales e inmorales de todo tipo, de costumbres. Fue un proceso civilizatorio que nos convirtió de siervos feudales a siervos capitalistas, obreros. Si vamos a construir un socialismo tenemos que promover la ética, tenemos que promover la solidaridad, el combate al egoísmo, al individualismo, a la discriminación por cualquier razón, y desde luego tenemos que combatir la corrupción. No puede alguien ser un promotor de una sociedad más justa y al mismo tiempo un acaparador de renta para fines personales, usando los mecanismos del Estado. Y ¿cuáles son los métodos coercitivos? La justicia, la aplicación severa de la Ley, que tiene que ser igual para todos, y por eso allí es el primer ámbito de la sociedad donde la corrupción tiene que ser desterrada, y mucho más en una sociedad que pretende ser una de iguales. Los valores hay que difundirlos, pero las condiciones para que estos surjan hay que imponerlas.