martes, 15 de marzo de 2011

Memorias de la prédica en el desierto (IV)

En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios.
CMP 15 de marzo 2011


Nacionalización: parto de los montes.




Revista “Reflexiones”, Caracas 1977
Carlos Mendoza Pottellá


Enjuiciar la política petrolera oficial en estos tres años significa, en fin de cuentas, analizar los resultados del primer año de funcionamiento de la industria petrolera "en manos nacionales", porque esa nacionalización es presentada (y percibida por la mayoría:) como el mayor logro de la gestión que analizamos.






Las cifras oficiales que se pueden obtener, a pesar de la maraña de misterio y secreto con que se ha querido ocultar algunos aspectos de las actividades de la industria petrolera, tienden a mostrar que, a pesar del cambio de propietarios, en esa industria todo ha seguido funcionando como antes: los ingresos del país no han sufrido mermas considerables, se produjo, transportó, refinó y vendió el petróleo con toda normalidad. Casi se podría decir que "aquí no ha pasado nada". Pero la normalidad se extiende a otros aspectos, pues tampoco le pasó nada a las ex-concesionarias transnacionales, que siguieron percibiendo jugosos ingresos, con el agravante de que ahora esa percepción es sin contrapartida, sin comportar los riesgos de una inversión sino el simple compromiso de "portarse bien". Por esto y con toda razón, Martin K. King, Presidente de Exxon Services Co. declara:






"Yo creo que las dos partes están satisfechas. El gobierno ha logrado el control de la industria sin riesgo y nosotros hemos encontrado un atractivo ingreso por una tecnología que hubiéramos tenido que desarrollar de todas maneras. Esa es la dirección en que camina el mundo... Y es un negocio rentable".


Bussines Week, agosto 9, 1976,pag. 45



Es precisamente éste el elemento central de nuestra evaluación: los resultados reales, cualitativos de la nacionalización. Por ello, no podemos caer en una actitud fetichista ante las cifras presentadas y debemos hurgar entre ellas para descubrir su verdadera esencia. Veamos.


El volumen de la producción petrolera bajó respecto a la de 1975, y ello se asigna como efecto de la voluntad conservacionista del gobierno, pero la cifra total, 866 millones de barriles, es superior en 132 millones a la prevista inicialmente en el V Plan. A esto se le llama, en la jerga oficial, "conservacionismo con flexibilidad operativa". (En el año que transcurre, la excusa para el incremento, aún mayor, que ya se observa sobre las cifras previstas, ya está dada: el crudo invierno que azotó a los Estados Unidos y los compromisos con nuestros principales clientes).


El valor que se le fijó a nuestras exportaciones hubiera permitido, dado el volumen de las mismas, obtener un ingreso de 47.900 millones de bolívares. Sin embargo, lo realmente percibido fueron unos 37.300, lo que significa una pérdida de más de 10.600 millones de bolívares, unitariamente más dé tres dólares por barril Y está es una pérdida efectiva y a favor de las transnacionales, por cuanto estas corporaciones si aprovechan los valores nominales fijados para cargárselos al consumidor final. En esta brecha basan sus crecientes superbeneficios y encuentran la manera de ocultarlos. Pero esto demuestra, además, que eran ciertas las afirmaciones hechas por el estratega energético norteamericano, Frank Zarb, en el sentido de que Venezuela estaba conced¬iendo descuentos sobre los precios fijados por la OPEP. A pesar de los golpes de pecho y las reclamaciones por la “calumnia”, estas son las cifras:




Y así podríamos seguir: los pagos netos por tecnología alcanzaron, según las propias fuentes oficiales, a 750 millones de bolívares, lo cual representa un ingreso libre de polvo y paja de 22 centavos de dólar por barril exportado para las matrices de las antiguas concesionarias, a quienes se les puede aplicar exactamente el cuento del niño aquél de "tengo la chiva, tengo el chivito y siempre tengo mi real y medio": fueron jugosamente indemnizados por el traspaso de unos activos largamente depreciados y a través de los contratos de tecnología y comercialización se les garantiza el seguir percibiendo un ingreso fijo por cada barril que se produzca en Venezuela, además de que, como señalábamos antes, se le confiere descuentos en las ventas para que esquilmen al consumidor final con el “precio de la OPEP más sus moderados beneficios”.


Con todo esto, ¿cómo va a ser normal el desenvolvimiento de la industria? Con una nacionalización tan generosa con los nacionalizados ¿de dónde se espera entonces que vengan las supuestas maniobras desestabilizadoras? Queremos señalar precisamente este aspecto, porque en las apreciaciones de algunos pareciera que el gobierno venezolano hubiera ganado algún concurso de anti-imperialismo y que corre serios riesgos por su firme posición. Que ello no es claro lo confirma precisamente la actitud ante los acuerdos de la OPEP y en el seno mismo de la Organización: por un lado, como ya vimos, se acatan, pero no se cumplen, las resoluciones en cuanto a precios; y por el otro, la prensa reseña diariamente la posición intermedia conciliadora de Venezuela en el seno de la OPEP.


Pero no es sólo la complaciente actitud del gobierno venezolano lo que nos mueve a detectar zonas oscuras dentro de ese pacto que fue la nacionalización. Es además algo que se evidencia en la cita he¬cha anteriormente del Presidente de la Exxon Services y que han expresado claramente entre otros, James Akins, el Prof. Adelman, el Jeque Yamani y la Fundación Ford. Nacionalizaciones como estas son ne¬cesarias para la marcha sin tropiezos del negocio. Se liberan tensiones peligrosas a través de la satisfacción de los sentimientos nacionalistas con la transferencia de los títulos de propiedad sobre la industria. Además, con las generosas indemnizaciones se apartan de actividades cada vez más riesgosas y poco rentables, a corto plazo, recursos monetarios que pueden ser canalizados hacia el control de otras ramas industriales y especialmente las fuentes energéticas alternativas. Y… a pesar de todo eso, se puede mantener el control sobre la industria en cuestión a través de las ligazones tecnológicas y especialmente de los canales de comercialización Internacionales. En un informe sobre Proposiciones de Política Energética para EE UU la Fundación Ford señala que, además de liberar los precios petroleros del cerco de la reglamentación impositiva y permitir a las compañías un manejo más flexible en la comercialización, con las nacionalizaciones se tendrá la garantía que representarán en la nueva administración los equipos gerenciales formados en los métodos y sistemas de la compañía, lo cual supondrá la continuidad de esquemas de gestión adaptados al mantenimiento de las relaciones con la antigua casa matriz. .

Hay quienes tienden a pensar que algunas concesiones son, el precio político mínimo por lograr una ansiada conquista, sin provocar a los "desestabilizadores". Tal es la excusa que el propio Presidente diera en uno de sus discursos por la firma de los contratos de tecnología.

"Uno de los problemas más graves que tuvo Venezuela y que el país ignoró en su gravedad, fue que para el 29 de diciembre, en una presión para obligarnos a bajar los precios y destruir a la OPEP, Venezuela no tenía vendidos sino 900 mil barriles diarios de petróleo, lo que significaba no solamente una catástrofe para la economía venezolana, sino una destrucción de la industria petrolera porque hu¬biese habido que cerrar muchos pozos de petróleo pesado que son los más abundantes en nuestro país y cerrar un pozo de petróleo pesado es acabar con él, luego habría que hacer de nuevo las perforaciones. Y tuvimos el coraje de mantenernos hasta última hora dispuestos a cualquier riesgo, precisamente para que la Nacionalización no estuviera mediatizada, y usamos de todas las presiones y de todos los derechos soberanos del país para que esta situación cambiara, y fue dos días antes de que el petróleo entrara en nuestras manos, cuando pudimos suscribir los contratos que elevaron las ventas a una cantidad mínima de un millón quinientos mil barriles de petróleo. De manera, pues, que estos contratos se firmaron dentro de esta grave circunstancia. Sin embargo, no quisimos firmarlos por más de dos años"...

Además de una confesión paladina de que los contratos no son más que el pago de un seguro contra la desestabilización a los propios desestabilizadores, estas palabras presidenciales nos confirman el calificativo de "pactada" que se le da a la nacionalización y su desnaturalización innata; en esos contratos ultra secretos se hicieron concesiones que convirtieron a la nacionalización en un simple artificio legal sin mayores repercusiones en lo esencial: quién controla, quién se beneficia.

Una nacionalización no tan nacional

Por último, habría que hacer una consideración sobre el contexto socioeconómico en que se produce esta nacionalización. Ello nos lleva a recordar que los canales a través de los cuales se ha distribuido el Ingreso petrolero nacional en la etapa anterior siguen siendo los mismos, y ese sistema de distribución y redistribución es el que ha producido esta sociedad que padecemos, con toda su carga de injusticias, de explotación y marginamiento de las mayorías. Ni la industria petrolera, ni los resultados de su operación han pasado a ser patrimonio de la Nación, del colectivo de los venezolanos, sino que continúa operando como antes, sus beneficios serán para el usufructo privado de la oligarquía criolla, para hacer aún más profunda la brecha entre opulencia y miseria.

Mientras todos los analistas al servicio de Fedecámaras confirman que los negocios marchan viento en popa y que el capital privado vive uno de sus mejores momentos, las grandes mayorías, sin necesidad de analistas, ven mermar sus ingresos reales, disminuir su poder adquisitivo, por la avalancha de incrementos en los precios. Cada día se crea un nuevo "Incentivo' para los inversionistas", un nuevo desgravamen, un nuevo subsidio a la economía privada. Cada día aumentan los precios de los artículos de primera necesidad. Así de simple es todo: cada día el petróleo es más de quienes ya lo tienen todo.


CMP 1977




Memorias de la prédica en el desierto (III)

En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios.

CMP 15 de marzo 2011



PDVSA 82, un informe revelador


Revista Punto Socialista - 1983
Carlos Mendoza Pottellá


Petróleos de Venezuela ha desatado una ofensiva multilateral por el rescate de su perdida “autonomía financiera”, de la cual fue despojada, según su versión, con el convenio cambiario que centralizó en el Banco Central las tenencias de divisas en el país. Haciendo caso omiso al hecho de que las reservas en divisas que había logrado acumular provenían de medidas del ejecutivo que redujeron la participación fiscal y aumentaron la participación empresarial, tales como la modificación del tipo de cambio, disminución de las tasas del Impuesto sobre la Renta y de los valores de exportación, la gerencia petrolera pretende hacer ver al país que ella es la generadora de la riqueza nacional. Que los excedentes de PDVSA son el resultado de su eficacia, más que del nivel de los precios de realización. Se escudan para ello en el amplio margen del excedente petrolero que permite ocultar “deslices” multimillonarios.


La aparición del Informe Anual 1982 de Petróleos de Venezuela, en donde el reclamo de esa autonomía se hace por todas las vías, nos permite retomar el hilo de las reflexiones iniciadas en “La Otra cara de la Luna Petrolera” (Punto Socialista N° 1)


Hacíamos referencia allí a la voluntad de ocultamiento, al secreto que, cual hoja de parra paradisíaca, cubre las partes pudendas del negocio petrolero en Venezuela y a lo que comenzaba a filtrarse en torno a la evaluación del potencial y las reservas convencionales de hidrocarburos. Pues bien, con el “Informe 82” las cosas toman un nuevo sesgo: el recurso a la capacidad de olvido. Allí se reconoce paladinamente que:


…las estimaciones anteriores hacían presumir que el potencial de estos crudos –livianos, medianos, n.n.- irían declinando rápidamente, haciendo necesaria la incorporación urgente de los crudos pesados y extrapesados. Sin embargo, y gracias a los esfuerzos de estos años, podemos ver ahora que también los crudos livianos y medianos han aumentado su potencial en vez de reducirlos. (loc. Cit., pág. 6).


Ahora las reservas probadas alcanzan oficialmente el nivel de 24,5 mil millones de barriles, los cuales, a la tasa de producción actual durarían unos 36 años… hasta el año 2019. Si a ello agregamos las reservas remanentes que en este lapso pueden ser ubicadas y las resultantes del aumento de los porcentajes de recuperación por mejoras tecnológicas y aplicación de procesos secundarios, podremos calibrar la magnitud de la distorsión de la realidad que se quiso imponer para justificar el drenaje de recursos -4.637 millones reconocidos hasta ahora entre 1979 y 1982- hacia los desbocados megaproyectos de la Faja Petrolífera.


En un país donde los escándalos milmillonarios son el pan de cada día, la sanción, la rendición de cuentas sobre este nuevo fiasco de los supereficientes gerentes petroleros se quedará en veremos. Todo pasará, como un incidente más, inadvertido por una opinión pública insensibilizada por el debate generalizado.


Sin embargo, esta no es la más grave de las perlas con que PDVSA adorna su Informe 82. La supera, por ejemplo, la manipulación de los Estados Financieros para abultar las cifras de sus requerimientos de inversión que, por lo burdo, revelan que apenas están comenzando a aprender la técnica de transferencias ocultas en la que son expertos sus asesores tecnológicos. Veamos la historia


Con motivo de su interpelación por la Comisión de Energía y Minas del Senado, el Gral. Rafael Alfonzo Ravard expuso que la industria petrolera requería “entre 15 y 16 mil millones de bolívares anuales para mantener en nivel adecuado su capacidad de inversión” (El Nacional 18-5-83, pág. D-1). Según el General, a esa cifra se llega después de hacer recortes al presupuesto original de 19.000 millones… esta colosal cifra es el crecimiento natural de las inversiones, que en 1981 fueron de 13.521 millones y en 1982 alcanzaron a 17.036 millones (Informe 82, pág. 9). Analicemos pues una de las fuentes naturales de ese crecimiento.


La partida Existencia de Materiales y Equipos, del Activo Circulante, que para 1981 era de 5.442,8 millones de bolívares (Informe Anual 1981, PDVSA, Pág. 76) fue mermada en 3.621,5 millones, “reclasificada para fines comparativos” como Materiales y Equipos a ser capitalizados (Informe Anual 1982, PDVSA, pág. 76) Mediante esa reclasificación que para 1982 alcanza a 7.472 millones de bolívares, se infla en esos años el rubro propiedades, plantas y equipos neto, del Activo Fijo que se incrementa así, por este simple mecanismo, en más de 10.000 millones de bolívares.


En otras palabras, materiales y equipos en existencias, es decir, en depósito, mantenidos allí para su incorporación paulatina al proceso de inversión en el transcurso de los años, que constituyen un activo circulante acumulado durante varios ejercicios, se convierte, de golpe y porrazo, por una maniobra contable y sin salir de sus depósitos, incluso con efecto retroactivo hasta 1981, en activos fijos que abultan la inversión realizada en esos años.


La alharaca de Petróleos de Venezuela sobre su supuesta estrechez financiera, sobre el fantasma de un posible endeudamiento y pérdida de la capacidad de respuesta y la flexibilidad operativa se fundamentan en manipulaciones de este tenor.


Una visión corporativa (Informe 82, pág. 44) basada en una filosofía y objetivos particulares, que los conduce a sentirse un Estado dentro del Estado, con poder suficiente para eludir las disposiciones constitucionales, como en el caso de los Contratos de Asistencia Técnica, la Veba Oel y la Unión Carbide (Informe 82, pág. 8) es también la que determina esa búsqueda de autonomía financiera que no es más que la pretensión de eludir el control de los poderes públicos, de crear una soberanía especial, gerencial petrolera, cuya peligrosidad estriba en su estrecha y velada vinculación con el capital petrolero internacional.









En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios.
CMP 15 de marzo 2011

lunes, 14 de marzo de 2011

DOCUMENTOS DEL BLOG - ENTREVISTA EN "LA RAZÓN" - 08/12/2002

Memorias de la prédica en el desierto (II)

En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios. 
CMP 14 de marzo 2011



Revista Punto Socialista -  1983
Carlos Mendoza Pottellá


El debate sobre el convenio de asociación suscrito con la empresa alemana Veba-Oel ha puesto en evidencia una vez más la pretensión de PDVSA y sus operadoras de convertirse en un Estado dentro del Estado, de operar con una soberanía particular basada en el manejo autónomo y sin control de una porción sustancial del Ingreso Nacional.


En este caso, el referido convenio es la primera expresión conocida de una estrategia decidida hace ya tiempo por la gerencia petrolera: la internacionalización de la industria. Esta estrategia aparece delineada, por lo que sabemos, desde abril de 1982 en las Premisas y Lineamientos Corporativos de la planificación a mediano plazo (1983-1988) de Petróleos de Venezuela, pero es sólo ahora, en medio de la polémica desatada por su aplicación, siendo ya un hecho cumplido, cuando es reconocida como tal por los :directivos de PDVSA. (Peñaloza y Quintero ante la Comisión Bicameral de de Energía y Minas).


En las interpelaciones promovidas en el Congreso ha quedado de manifiesto el hecho de que los consultores jurídicos de PDVSA y el Ministerio de Energía y Minas, de consuno con el Procurador General de la República, constituyeron un “jurado complaciente” para escudriñar en los vericuetos de la Constitución Nacional y las leyes específicas del sector petrolero a fin de encontrar una fórmula que permitiera a la industria eludir la obligatoriedad de someter un contrato de evidente interés nacional a la consideración y aprobación por parte del Poder Legislativo. Es la consecuencia en una voluntad de ocultamiento que se inició con la suscripción trascorrales, en 1975, de los contratos de asistencia técnica y comercialización que han garantizado la participación privilegiada del capital petrolero trans¬nacional en el usufructo y la determinación del destino de nuestra riqueza petrolera.


Las cúpulas gerenciales de PDVSA y sus operadoras se han convertido en cónsules de esa participación extranjera y en ella basan su poder. Por eso queremos decir abiertamente que es necesario desmantelar ese enclave enquistado en el corazón de la industria fundamental del país. Sólo así será posible un cambio de rumbo en los planes de la industria que los haga cónsonos con las verdaderas prioridades nacionales.


EL GRAN ENGAÑO DE LA FAJA
Sólo así será posible evitar, por ejemplo, fiascos tan ruinosos como el del “desarrollo acelerado de la Faja del Orinoco” que fuera impuesto por la gerencia petrolera pese a todas las advertencias que desde diversos sectores se hicieron en torno a la inviabilidad e inconveniencia de los faraónicos mega-proyectos en los cuales programaron invertir un promedio de 5.000 millones de dólares anuales hasta el fin de siglo: 100.000 millones de dólares en 20 años! (Rodríguez Eraso, Presidente de Lagoven, el 8 de enero de 1981, ante la Asociación Venezolana-Americana de los Estados Unidos: "The total investment program that we have undertaken will require some $ 25 billion over the next six years. Afterwards and until the end of this century, the yearly rate of investment is likely to average some $ 5 billion (in 1980 dollars)."


En un país acostumbrado a las corruptelas y desastres de la administración pública, los gerentes petroleros han logrado .establecer una imagen de profesionalismo, eficiencia y apoliticismo que les ha servido de plataforma para imponer todas sus proposiciones. Ahora, cuando la cancelación de los planes de la Faja pone de relieve el cúmulo de apreciaciones erradas que fueron establecidas como verdades por el sólo peso de su prestigio gerencial, quieren escurrir el bulto cargando las culpas sobre las limitaciones que les son impuestas por la difícil situación financiera que vive el país.


Decenas de miles de millones de bolívares se desviaron hacia los urgentes desarrollos de la Faja. Se multiplicaron los sueños de reanimación en el deprimido sur de Monagas. Los flujos demográficos cambiaron su tradicional sentido y sobre Maturín, Temblador' y otros pueblos de la región confluyeron ríos humanos atraídos por el resplandor de los megaproyectos.


Hoy todo ha concluido. Mientras el fantasma de la quiebra y la ruina se cierne sobre los empresarios venezolanos que se comprometieron en el empeño con ingentes sumas de dinero, mientras diez mil nuevos desempleados ven segadas repentinamente todas sus esperanzas, la gerencia petrolera habla de “diferimiento” y sigue alimentando el mito de su infalibilidad. Las multimillonarias pérdidas de la Nación no serán percibidas, se difuminarán entre las innumerables partidas de las holgadas disponibilidades del excedente petrolero que administran.

MANIPULACION DOLOSA DE LOS ESTADOS FINANCIEROS
La centralización en el BCV de las reservas en divisas de PDVSA ha dado pie para que los directivos petroleros desaten una campaña para demostrarle al país que “la gallina de los huevos de oro” se encuentra amenazada, que los recursos, que se destinan a la inversión petrolera no son suficientes para mante¬ner los niveles adecuados de funcionamiento de la industria. En esta campaña han apelado a todos sus recursos de presión y convicción. Las cifras que confirman la peligrosidad de la situación y en particular la “crítica evolución del flujo de caja de PDVSA" son datos que ya se manejan como confirmados y con gran preocupación por columnistas calificados, comentaristas de televisión y representantes de diversos sectores de la opinión pública.


Sin embargo, podemos demostrar que en la elaboración de tales cifras ha habido manipulación interesada, llegándose a la modificación “con efecto retroactivo” de los Estados Financieros de la industria. Así lo hicimos en nuestro artículo “PDVSA-82, un Informe Revelador”, aparecido en el número anterior de Punto Socialista:


Mediante el cómodo expediente de convertir Existencias de Materiales y Suministros en Propiedades, Plantas y Equipos, transfiriendo irregularmente 3.621,5 millones de bolívares en 1981 y7.472 millones en 1982 de una partida a otra se oculta el hecho de que la industria mantiene inventarios por más de 10.000 millones de bolívares y de paso se abulta dolosamente el monto de la inversión bruta fija efectivamente realizada. Hay que señalar que la magnitud de esos inventarios que ahora se quieren ocultar reflejan el manejo alegre de los recursos de que dispone la industria. Más de la mitad de esas existencias está compuesta por tabulares para labores de perforación que por un monto de 5.477 millones de bolívares se adquirieron en los años 81 y 82. Ese tipo de existencias son de difícil movilización y con la reducción de los niveles de actividad de la industria conforman un cuadro de congelación improductiva de varios mi¬les de millones de bolívares que han podido incorporarse efectivamente a las inversiones.


Esta transferencia, que infla el rubro Propiedades, Plantas y Equipos del Activo Fijo de la industria petrolera desde 22.889 millones de bolívares en 1980 a 53.849 millones de bolívares en 1982, es la que permite sostener que las inversiones requeridas en 1983 por PDVSA y sus operadoras, aún con reajustes, alcanzan a 15.000 millones de bolívares. Ante este tipo de maniobras efectuadas para PDVSA por la firma de auditores Espiñeira, Sheldon y Asociados, empresa filial de la mayor transnacional en ese campo, Price Waterhouse, no podemos menos que poner en duda los recaudos presentados por PDVSA para sostener sus exigencias: la "caja negra" de las manipulaciones financieras de PDVSA debe ser abierta ante el país.


DESBORDAMIENTO DE PAGOS


INJUST IFICADOS POR ASISTENCIA TECNICA


A pesar de la gravedad de lo expuesto, en nuestra opinión el aspecto más preocupante de la administración de la industria petrolera es la que sigue sucediendo con los contratos de asistencia técnica. Ellos sirvieron para hacer pagos injustificados a las exconcesionarias, las cuales registraron entre 1976 y 1979 un beneficio neto por este concepto de 3.020 millones de bolívares. Aparentemente, a partir de 1980, con la renegociación de dichos contratos, el monto neto de los pagos comenzó a disminuir, a cambio, entre otras cosas, de una exoneración parcial del Impuesto Sobre la Renta. Por cierto que esa exoneración se intentó hacer total, dando lugar a un affaire de Gacetas Oficiales impresas y reimpresas con enmiendas entre el 31 de diciembre de 1979 y el 9 de enero de 1980. Pero, en fin de cuentas, los resultados aparentes registrados en las estadísticas oficiales siguen la tendencia señalada: de 1.531 millones de bolívares en 1979, el costo del apoyo tecnológico pasó a 562 millones en 1980 y a 277 millones en 1982, según el último informe de PDVSA.


Ahora bien, revisando el Cuadro 11-2 del Anuario de Series Estadísticas del BCV para 1981, “Balanza de Pagos, Sectorización de las Transacciones Internacionales", se observa que la industria petrolera venezolana está haciendo pa¬gos multimillonarios a extranjeros por un concepto denominado simplemente "Otros Servicios". Al indagar sobre la naturaleza de esos pagos, que para 1980 fueron de 661 millones de dólares, -2.842 millones de bolívares- nos hemos enterado que esos Otros Servicios no son otra cosa más que los pagos realmente hechos por Asistencia Técnica y Servicios Tecnológicos.


El mencionado rubro de la Balanza de Pagos está subdividido entre Apoyo Tecnológico y Servicios Diversos. La primera subdivisión corresponde a las cifras que públicamente se aceptan como pagadas por asistencia tecnológica, los 277 millones del año 82, por ejemplo. Pero los servicios diversos están compuestos a su vez por otros “pagos hechos a extranjeros por concepto de servicios técnicos, comisiones y otros servicios industriales o comerciales y por contratos especiales de asistencia técnica", 'distintos de los comprendidos dentro del apoyo tecnológico.






No queda pues la menor duda, los montos que aparecen como Otros Servicios pagados por la actividad petrolera a extranjeros son pagados efectivamente por Asistencia Técnica y montan a cifras tales como 736 millones de dólares en 1981 Y alrededor de 900 millones de ese mismo signo en 1982. Es decir, que en los tres años 80-82, y al cambio de 4,30 bolívares por dólar, la industria canceló por tecnología más de 9.000 millones de bolívares, tres veces lo pagado durante los cuatro años de vigencia de los primeros y supuestamente más desventajosos contratos.


Estas cifras escandalosas confirman las sospechas sobre transferencias ocultas que asentáramos en "La Otra Cara de la Luna Petrolera" -Punto So¬cialista N° 1-, al constatar la simultaneidad entre la baja de los pagos declarados por Asistencia Técnica y el violento incremento de los Costos de Operación. Ahora tenemos la explicación de tal crecimiento inusitado de gastos operativos en tiempos de contracción de los niveles productivos: ocultan la tajada del león transnacional en el negocio petrolero venezolano. Tal desbordamiento de pagos injustificados, constituyen la prueba más fehaciente de las complicidades antinacionales que apenas se disimulan tras las exigencias de autonomía y confidencialidad por parte de la cúpula directiva de Petróleos de Venezuela y sus filiales.

CMP - 1983


























En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios.

CMP 14 de marzo 2011

Memorias de la prédica en el desierto (I)

En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios.
CMP 14 de marzo 2011

 Se acabó el parasitismo
de la renta petrolera


Revista "Punto Socialista N° 4 - Agosto 1983
Carlos Mendoza Pottellá



Es evidente que, como partido con auténtica vocación de poder, el Movimiento Al Socialismo debe tener respuestas concretas para las urgencias coyunturales. Pero es ineludible que esas respuestas se correspondan con su condición de fuerza inequívocamente socialista. Todas las proposiciones del MAS tienen que prefigurar una voluntad política de transformación estructural, desde sus cimientos del sistema económico social imperante.
Es por ello que no concebimos dos discursos divergentes, uno coyuntural y otro para el largo plazo y no compartimos la idea de que debemos sumergirnos en el campo de las manipulaciones financieras y monetarias prescindiendo o disimulando nuestras concepciones globales. Mucho menos si consideramos que los largos plazos comienzan hoy y no pueden convertirse en una suerte de horizonte eternamente inalcanzable.


Tal es la orientación de la exposición que hacemos a continuación, para cuyo desarrollo utilizamos en extensas formulaciones hechas originalmente por el profesor Francisco Mieres en “Hacia una Sociedad Independiente y no Petrolera” y que aparecen parcialmente recogidas en la Revista Resumen No. 500.


El primer elemento a tener en cuenta a la hora de formular alternativas de política económica para la Venezuela actual es la constatación de que el país se enfrenta al definitivo colapso de una economía fundada en el parasitismo de la renta petrolera. Ese derrumbe previsto por algunos estigmatizados “profetas del desastre”, pero sorpresivo para quienes se hacen ilusiones desde los tiempos de “la gran Venezuela”, con una supuesta superación del subdesarrollo y la entrada triunfal de Venezuela al exclusivo círculo de países “modernos”, se manifiesta entre otras cosas en: 1) la desaceleración y caída de las tasas de crecimiento del producto territorial bruto, 2) el deterioro persistente del ingreso real de la mayoría de la población, 3) la reducción de la capacidad del gasto público para inducir el crecimiento económico y 4) la postración de la inversión privada.


Todas estas manifestaciones críticas están determinadas, en última y no muy lejana instancia por un proceso degenerativo que afecta al corazón de esta economía artificial, la industria petrolera, que se expresa en la declinación persistente, por más de una década, de la rentabilidad endógena real de la industria petrolera. (Mieres, loc. cit.)






Esa declinación es el resultado, en primer lugar, del agotamiento de los yacimientos petroleros convencionales, al cabo de más de 70 años de saqueo indiscriminado. Agotamiento que se manifiesta en una tendencia, contenida a duras penas, a la caída del potencial productivo, y por ende, a la elevación de los costos unitarios reales. Vale la pena señalar, de paso, que las expectativas de costos son mucho mayores en el área que se perfila como relevo de los viejos yacimientos: la Faja Petrolífera del Orinoco.


Viva expresión de este proceso evolutivo es la intensa campaña actual de Petróleos de Venezuela para demostrarle al país que las necesidades de la industria son cada día mayores y que se deben multiplicar los sacrificios fiscales si se quiere mantener con vida la menguada gallina de los huevos de oro, porque ya el petróleo no alcanza para todo.


Pero esa declinación de la rentabilidad del petróleo se produce también por el éxito de los países consumidores en sus políticas de ahorro energético, con las cuales han producido una modificación tecnológica que ha modificado sustancialmente el aprovechamiento de cada barril de petróleo y producto utilizado, disminuyendo sensiblemente los coeficientes energía/producto y avanzado en la sustitución del petróleo por otros energéticos. Todo ello unido a una concertada estrategia anti-OPEP, fundada en las propias debilidades de la organización que permitieron la acumulación de inventarios estratégicos que hoy son utilizados para debilitar aún más los precios y colocar a los países miembros de la OPEP en la condición de suplidores marginales, de última instancia.


El impacto de esas políticas se acentúa porque se generan en el marco de una crisis económica de magnitudes globales y de larga data por efecto de la cual las tasas de crecimiento de los principales países consumidores de petróleo se mantienen en niveles muy bajos. En el ínterin se consolida la reestructuración tecnológica a que hacíamos referencia y ello impedirá la vuelta a los niveles anteriores de consumo petrolero cuando se produzca la tan esperada reanimación de la economía.


Con tales elementos en cuenta es que afirmamos que son estériles los sueños de un nuevo “boom” petrolero que nos salvará en el último momento. Por tanto, debemos encarar desde ya la remodelación de la economía nacional, proponiendo medidas que abran el camino hacia una mayor emancipación, el autoabastecimiento, la austeridad y la redistribución social. Primera exigencia de ese camino es la maximización del rendimiento neto de la industria petrolera para poder cubrir los requerimientos de inversión implicados en el mismo.


Con lo dicho dejamos resumidos el diagnóstico y la concepción global que inspiran las propuestas de acción inmediata que a continuación detallamos.


*Reajustar drásticamente el gasto y la inversión públicas, en particular en la industria petrolera y en las industrias exportadoras y despilfarradoras de energía barata –hierro y aluminio fundamentalmente-


*Devaluar abiertamente y poner en práctica un efectivo control de cambios.


*Control de precios.


*Reestructuración del sistema bancario y financiero.


*Reevaluación del salario real de los trabajadores.


*Reforma tributaria.


*Modificación de las prioridades de financiamiento, privilegiando a la agricultura y a la industria nacional no importadora.


*Remodelación ecológica y energética de las actividades de producción, consumo, transporte y urbanización.


*Colonización agrícola y forestal, pesca y cría. Recuperación ambiental.
CMP










Revista "Punto Socialista" - N° 4 -  Agosto de 1983

En el espíritu general de este blog, de reiterar posiciones asumidas en décadas pasadas. En testimonio, también, de que no fueron escuchadas por sus destinatarios. 
CMP 14 de marzo 2011

jueves, 10 de marzo de 2011

Revista "Punto Socialista" N° 1, Mayo 1983

LA OTRA CARA DE LA LUNA PETROLERA


(Viejas y nuevas reflexiones sobre la marcha de la industria petrolera)
Carlos Mendoza Pottellá




Todas las ilusiones desarrollistas se han hecho añicos. Los pronósticos sobe el inevitable colapso de una economía fundada en el parasitismo de la renta petrolera se han confirmado y el país comienza a calibrar la certeza de la percepción perezalfonciana sobre la imposibilidad de sembrar el petróleo.


Sin embargo, como la fuerza de la inercia es muy poderosa y todavía no llega a ser convicción generalizada la necesidad de una revisión profunda de los postulados que han sido el basamento de la conducción del país durante más de cuatro décadas, es imprescindible volver sobre viejas constataciones. Corriendo el riesgo de ser repetitivos, pero con la esperanza de que en el amargo despertar del desvarío petrolero puedan servir como elementos para la reflexión.


Uno de esos postulados es el que versa sobre la ínevitabilidad de la asociación del Estado venezolano con el capital petrolero internacional para el manejo y disposición de sus recursos de hidrocarburos. Con diversos argumentos, tal asociación se ha presentado como un dato inmodificable de la realidad y ello ha sido asumido así, en nombre del realismo, por todo el espectro político nacional. Las diferencias en tal sentido son de grado. Tanto quienes aceptan sin chistar toda proposición de las corporaciones porque en su condición de principales beneficiarios internos del negocio consideran, que esa será siempre la mejor de las opciones, como quienes se han batido por conquistar términos más equitativos y una mayor autonomía para el Estado venezolano, se ubican, si bien en polos opuestos, en un mismo plano: no es posible explotar el petróleo venezolano sin el concurso de las transnacionales.


No es pues de extrañar el hecho de que al agotarse el viejo trato petrolero, el régimen concesionario en general, se arribara a una nueva fase de esa asociación donde, con las galas de la nacionalización, esas corporaciones se dieron maña para retener en sus manos el mango de la sartén.


Los contratos de Asistencia Técnica y Comercialización, suscritos como parte del pacto nacíonalizador y tantas veces denunciados infructuosamente ante los oídos sordos de los gobernantes de turno y una nación convencida de que "ahora el petróleo es nuestro", se convirtieron en modelo general de la asociación Estado-transnacionales para administrar la industria petrolera nacionalizada, como puede constatarse al analizar los planes y programas de PDVSA y sus operadoras.


La racionalidad transnacional se le impuso a esa industria desde el vamos. La CVP, con sus quince años de experiencia en el manejo nacional de los hidrocarburos, fue borrada del mapa y reorganizada, junto con las trece ex filiales corporativas, de acuerdo con los intereses de las cuatro principales compañías con intereses en Venezuela. De esa reorganización surgieron cuatro operadoras que correspondían plenamente al mantenimiento; y a contratos de un vínculo muy especial: Lagoven-Exxon, Maraven-Shell, Corpoven-Mobil, Meneven-Gulf. A partir de entonces, toda la planificación de la industria es a cuatro.


En vez de realizar un programa de cambio generalizado del patrón de refinación, como recomendaban consultores privados norteamericanos, y como aconseja la simple lógica de homogeneización de una actividad que ahora debe responder a un solo dueño, se planificó y está en marcha la realización de cuatro cambios de patrón, con tecnologías no compatibles y sin un nivel adecuado de coordinación entre los mismos. La exploración costa-afuera -la exploración en general-, emprendida solitariamente durante mucho tiempo por la fenecida CVP, también fue repartida sin ninguna justificación y el gran proyecto de investigación y desarrollo que debía ser la Faja Petrolífera del Orinoco fue convertido en cuatro frentes de operación para producir a mediano plazo bajo la supervisión, planificación, asistencia técnica, suministro de tecnología y control de gestión de las cuatro transnacionales mencionadas y de asociadas suyas en otros campos.


La transnacionalización se ha extendido inexorablemente a otras áreas: el Instituto Venezolano de Petroquímica, elefante blanco sin atenuantes, fue convertido en Pequiven, Filial de PDVSA y colocado bajo la férula asesora de la PhilIips Petroleum Corporation. Los ejemplos pueden extenderse a la mediatización de la investigación petrolera independiente que se realizaba en el país en sitios como el IVIC, LUZ y la UCV, a la pedevización de FONINVES, etc. Pero donde ese proceso adquiere contornos más graves es en el desmantelamiento del Ministerio de Energía y Minas, en la minimización de su capacidad fiscalizadora y el despojo de su condición de ente formulador de la política petrolera nacional, convirtiéndolo en una entelequia santificadora de las decisiones cocinadas por PDVSA, sus operadoras y sus asesores extranjeros


Como hemos dicho en otras oportunidades la gravedad de la situación no está en la minusvalía de un órgano del Estado frente a otro, sino en el hecho de que ese novedoso poder de la gerencia petrolera se alimenta de la relación subordinada con los consorcios transnacionales establecida en los contratos mencionados.


Nuestra intención es justamente destacar Ia inconveniencia para el país de tales circunstancias.


El continuo incremento de los ingresos fiscales provenientes del petróleo, debido a los sucesivos aumentos de precios decididos por la OPEP, fue hasta 1981 el tambor batiente de la euforia desarrollista y sus más descabellados proyectos, desde la siembra de siete petroquímicas a lo largo de las costas del país hasta el proyecto siderocarbonífero antizuliano y el puente contra Margarita. Pero esos ingresos caídos del cielo también sirvieron para cubrir los baches de una gestión de la industria petrolera lerda en la defensa del patrimonio colectivo por su complacencia frente al capital extranjero, permitiendo hacer ostentación de una eficiencia y tecnicismo en nombre de los cuales se desestimaba toda critica y se asignaban los sueldos que Gonzalo Barrios calificara de "ultra-dispendiosos"


Durante esos años de bonanza sólo algunos escapes estadísticos permitían vislumbrar la verdadera situación, pero a partir de 1982, cuando la cobija comenzó a recogerse, aparecieron con más claridad las cortas patas del mito gerencial.


Intentamos resumir algunos botones de muestra del papel pernicioso de estos nuevos cónsules de la dependencia que copan la escena de la política petrolera venezolana actual.



*La Faja Petrolífera del Orinoco.



Aquí la imaginación corrió libremente para presentarnos el angustioso panorama de los demandantes de energía, para verticalizar las tendencias, ascendente de los precios del petróleo y declinante de las reservas convencionales. Para magnificar las perspectivas de crecimiento del mercado interno y consecuentemente la brecha que se abría entre nuestras crecientes necesidades de ingresos y la menguante capacidad de exportar crudo generador de divisas. Incluso cuando la situación se hizo claramente desfavorable para este tipo de proyectos y las transnacionales abandonaran los suyos sobre los esquistos de Colorado y las arenas bituminosas de Atabasca, la miope conclusión de los planificadores petroleros venezolanos fue la que ahora seríamos los únicos productores de ese tipo de petróleos.


Ahora que ya los tercos hechos comienzan a imponerse y los fantásticos megaproyectos son redimensionados, el monto de los recortes anunciados nos da una idea del incontrolable desbordamiento gerencial:


“La industria tenía programadas inversiones de 160.000 millones de bolívares para el quinquenio 83-88. Fueron reducidas a 90.000 millones y es posible que lleguen hasta 70.000 millones". (El Diario de Caracas, 13-12-82).


Incluso la última y más baja de las estimaciones luce abultada ante las declinantes perspectivas del ingreso petrolero a corto plazo. Pero la inquietud que nos inspira esta ronda mil millonaria es de otra índole: ¿En qué instancia de los poderes públicos nacionales se decidieron montos de inversión de ese calibre? ¿Quién otorgó a la gerencia petrolera la potestad de tomar decisiones que comprometen sustantivamente las disponibilidades del país?

Otro aspecto grave de la cuestión es el que ya comienza a filtrarse hasta los simples mortales, ajenos al secreto petrolero, sobre la evaluación hecha en torno a las reservas convencionales. Todo parece indicar que se ha ocultado información sobre localizaciones hechas en zonas adyacentes a los viejos campos y en áreas nuevas con la intención de minimizar esas reservas, cuya declinación no se producirá a la velocidad anunciada. Mucho menos con las actuales tasas de producción ¿A qué intereses responde la voluntad de engañar al país para imponerle un rumbo de enajenación ruinosa de sus recursos?¿Ante quienes rendirán cuenta los responsables de tales maniobras?


*La Asistencia Técnica


En paquete con los contratos de comercialización, este ha sido, según un vocero de la Exxon, el mejor negocio realizado por su compañía en toda su existencia. El cuadro que insertamos resume la situación hasta 1981: las compañías obtuvieron 3.774 millones de bolívares netos en seis años sin ninguna inversión sustancial. Una rentabilidad muy cercana al infinito por ciento.


EL NEGOCIO DE LA ASISTENCIA TECNOLOGICA

Beneficio Neto 76-81 3.774



FUENTE: BCV Informe Económico 1980, págs. A-242 y A-312


BCV Anuario de Series Estadísticas 1981, págs. 72 y 342


a) De 1976 a 1979 estuvieron en vigencia los “primeros contratos”, que constituyeron la vía oculta escogida para “resarcir” a las concesionarias por lucro cesante que públicamente se les había negado.


b) A partir de 1980 entran en vigencia “nuevos contratos”, en los cuales se eliminan los aspectos más leoninos y desacreditados de los anteriores, a cambio, entre otras cosas, de un tratamiento privilegiado que permita a las suministradoras pagar un mínimo porcentaje de sus ingresos brutos como Impuesto sobre la Renta (14,85 en 1981)


Como muestra el cuadro anterior, las aguas de la exacción tecnológica volvieron aparentemente a su cauce a partir de 1981. Pero la simultánea y violenta elevación de los costos de operación, de naturaleza no discriminada en las estadísticas disponibles, nos pone a dudar sobre esa regularización. Los previos intentos de la gerencia petrolera de justificar la necesidad de los contratos y minimizar el monto de sus pagos nos dan pie para exigir una aclaratoria de estos mecanismos. Mucho más si recordamos que durante la renegociación de estos contratos, en 1980, se produjeron una serie de manipulaciones, decretos y contra-decretos y hasta reimpresiones de la Gaceta Oficial por “errores de copia” para establecer reducciones del impuesto sobre la renta que deben pagar estas compañías, cuya experiencia en transferencias ocultas es proverbial. Veamos las cifras en cuestión.


Costos y Gastos de la Industria Petrolera


                                            1977   1978    1979    1980   1981


Totales                             18.319 19.266 23.596 28.398 29.871


Operación                          5.162   6.742   8.448 12.509 13.167


Asistencia Tecnológica        1.457  1.384    1.531    561      478






FUE}NTE: BCV, Anuario de Series Estadísticas 1981, pág. 342






Estos son solo aspectos del nuevo trato vigente en la industria petrolera venezolana. Los contratos de comercialización, negociables cada tres meses violando nuestros compromisos en la OPEP, son otra cara igualmente negativa que analizaremos en otra oportunidad para completar el cuadro de compromisos y dejaciones de soberanía que caracterizan a la política petrolera hoy en día.


CMP Mayo 1983











domingo, 13 de febrero de 2011

DOCUMENTOS DEL BLOG - ENTREVISTA EN "TAL CUAL", 16/12/2002

"Quieren acabar con el nacionalismo petrolero"



Para Carlos Mendoza Potellá, el poder petrolero, un concubinato "mal habido" entre el capital petrolero internacional y sectores nacionales, busca poner a Pdvsa a las órdenes de sus propios intereses


Jeanne G. Liendo P.


Ilich Otero/TalCual


A juicio del experto petrolero, no puede ser que Pdvsa se convierta en un coto cerrado, donde quienes la administran y reciben privilegios exorbitantes, se apropien de la empresa para hacer los negocios que más convienen a sus intereses y a las compañías a los cuales ellos están asociados


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Sus ideas sobre el manejo del negocio petrolero venezolano se han mantenido por más de tres décadas y han sido compartidas por Francisco Mieres y Gastón Parra Luzardo. En este sentido, ha acusado la nacionalización, a su juicio "chucuta", la internacionalización, la apertura, entre otros temas, como negocios que poco favorecen al Estado venezolano.


Fue co-fundador del postgrado de Hidrocarburos de la UCV y aprendiz de Juan Pablo Pérez Alfonzo -fundador de la OPEP. Este año, varios han sido los cargos: ex embajador de Venezuela en Arabia Saudita, ex director de la Junta Directiva de Pdvsa, recientemente designado embajador en Rusia, y muy nombrado últimamente a propósito de una supuesta junta paralela en el holding estatal.


Carlos Mendoza Potellá considera que "ese es un mecanismo chantajista, para colocarlo a uno en condiciones de minusvalía, para que no tenga derecho a decir nada, porque uno es un talibán, porque cuando uno habla incendia. Eso es lo que ellos andan buscando, y va más allá del golpe, lo que andan buscando es anular al sector nacionalista de la opinión petrolera".


-Cuándo usted dice "ellos" ¿a quiénes se refiere?


-Al poder petrolero. A Alberto Quirós Corradi, a José Toro Hardy, a Luis Giusti, a (Humberto) Calderón Berti, a (Andrés) Sosa Pietri, al poder petrolero.


-¿Qué es el poder petrolero?


-Un concubinato entre el capital petrolero internacional y sectores nacionales que viven de aprovechar privadamente el negocio petrolero de todos los venezolanos.


-Hubo un conflicto en abril; a finales de noviembre hubo otros intentos. Estamos frente a otro conflicto. ¿Usted cree que todo esto está armado por el poder petrolero?


-El poder petrolero está en la base de todas estas planificaciones. El Departamento de Estado, el embajador, el propio presidente de los Estados Unidos (George W. Bush), están tratando de evitar que el conflicto se extienda; pero ellos, no. Quieren que el conflicto se extienda para terminar de matar por la cabeza la culebra del nacionalismo petrolero.


Nunca se fueron


Mendoza Potellá, libro en mano, prefiere no contar la historia que ya está escrita sobre la industria petrolera venezolana, y trata de darle respuesta a algunas interrogantes. "¿Por qué nos llaman la junta petrolera maldita? ¿Por qué se desata un golpe de Estado para sacarnos de la junta directiva? Por nuestro historial de denuncias, por tratar de decir lo que está oculto en Pdvsa. Yo no soy enemigo de la industria, sino de los negocios antinacionales en el seno de la industria".


-Ciertamente la industria petrolera privada ha entrado en Venezuela...


-No ha entrado, nunca ha salido...


-Pero Pdvsa sigue controlada por el Estado...


-El control del Estado jamás ha estado, antes sí tenía control el Estado... Mira las ganancias de los ingresos por la internacionalización en 2001: 26 mil 927 millones de dólares en ingresos; y mira lo que supuestamente son las ganancias: 638 millones de dólares. Esas ganancias no son ciertas, están financiadas con el descuento que se le da sobre las ventas directas a la internacionalización. Esto es el corazón de lo que yo iba hacer en Pdvsa, ponerle la mano a Citgo, decir: ¡Citgo, señores, qué es esto!


-Eso no tiene que ver con la imposibilidad que tenía la empresa para repatriar dividendos, a falta de un acuerdo para evitar la doble tributación.


-Pero es que no había posibilidad de repatriar dividendos, porque esas refinerías fueron compradas en condiciones de deterioro espantoso. Ahí no hubo beneficios porque había que repotenciar las plantas. Pero resulta que en EEUU hay una Security Exachange Comision (Comisión Nacional de Valores), que vigila que las compañías sean rentables; si no las obligan a declararse en bancarrota. Para que eso no ocurriera con Citgo, se le daban descuentos de 3 y 4 dólares. Yo no tengo problemas de orden político, ni de implantar el comunismo dentro de la industria. Mira lo que ha pasado de 1976 para acá. Esta es la causa del golpe de abril, y es la causa del golpe que están montando ahora. ¿Qué han hecho ellos? Han aumentado la producción petrolera, y más que proporcionalmente los costos, y disminuido la participación fiscal. En 1976, teníamos 76,2% de participación fiscal y 17,5% de costos; y en 1999, tuvimos unos costos que representaron 84,3% del ingreso bruto, y 22,2% la participación fiscal.


Una nómina privilegiada


Para Mendoza Potellá el mérito de la meritocracia es la siembra del petróleo en el petróleo, porque los beneficios que obtuvo la empresa se han ido en costos. "Qué son los costos: pagos de regalías tecnológicas a terceros, pagos de asistencia, pero también son contratos, sueldos y salarios, en una corporación que tiene 40 mil empleados, de los cuales 17 mil son de la nómina mayor, y mil y tantos de la nómina ejecutiva".


-Pero el mayor peso de la nómina de Pdvsa se la lleva la nómina contractual...


-Eso no es cierto. El mayor peso lo tienen la nómina mayor y ejecutiva. Cómo es posible que esa empresa tenga 4 mil gerentes en Caracas. Tu sacas 3 mil gerentes y no pasa nada.


-¿Eso era lo que querían hacer en la junta directiva?


-No es que queríamos organizar una degollina. Pero sí era necesario sincerar la estructura de costos de la empresa.


-¿Se llegó a pedir una auditoría?


-No llegamos a hacer nada. Desde el segundo día, estábamos enfrentados a 37 meritócratas que estaban pidiendo nuestras cabezas.


-¿Usted cree que se creó un golpe de estado para sacarlos a ustedes de la junta directiva de Pdvsa?


-No fue sólo para eso, pero se planificó un golpe de estado con la excusa de sacarnos de la junta directiva.


-¿Cuál cree que pudiera ser la solución, no sólo del conflicto de la industria, sino del país?


-Creo que tenemos que buscar la manera de dialogar. Creo que tenemos que buscar soluciones políticas, a una crisis que es política. Pero eso sí: aquí no se puede anular una opinión.


-¿Después que usted salió de Pdvsa ha tenido contacto con el presidente de la república?


-No. Nunca.


El germen político


-¿Cree que los malos negocios para la nación, son la causa de que los venezolanos no puedan recibir la renta petrolera?


-No. Esa no es toda la causa, es parte de la causa. Hay una élite aprovechadora, y hay una élite corrupta. AD y Copei tienen que ver con eso. Lo peor del caso es que los meritócratas utilizaron la corrupetela de AD y Copei para contrarrestar que el Estado entrara en Pdvsa. Ahora dejaron de ser apolíticos. ¿Cómo es eso de un sindicato de gerentes petroleros? Esos gerentes están ahora en contra de nosotros, y nos llaman la junta directiva maldita, pero eso va a crear el germen de una conciencia política en el seno de Pdvsa.


-¿Usted está de acuerdo con la creación de ese sindicato?


-No estoy de acuerdo, porque se hizo con toda la mala intención. Simplemente, lo que digo es que la consecuencia de eso es que va a meter el germen de la política-política en Pdvsa. Van a tener que discutir por qué se hace una cosa que es negativa para el país.


Si ellos siguen siendo consecuentes con ese discurso de que están defendiendo la Pdvsa que es de todos los venezolanos, van a tener que enfrentarse a los aprovechadores del negocio petrolero.