viernes, 6 de diciembre de 2019

FORJA ESTATISTA


La forja de un estatista (I)
 Con la deliberada intención de fundamentar mis actuales posiciones en materia petrolera y, asumiendo como propia la caracterización negativa que de las mismas hacen mis contradictores, comienzo esta serie de vueltas al pasado.
PDVSA:
¿Autonomía o Soberanía
Supranacional?

Carlos Mendoza Pottellá
Revista Punto Socialista N°3, Caracas, 1983

El debate sobre el convenio de asociación suscrito con la empresa alemana Veba-Oel ha puesto en evidencia una vez más la pretensión de PDVSA y sus operadoras de convertirse en un Estado dentro del Estado, de operar con una soberanía particular basada en el manejo autónomo y sin control de una porción sustancial del Ingreso Nacional.

En este caso, el referido convenio es la primera expresión conocida de una estrategia decidida hace ya tiempo por la gerencia petrolera: la internacionalización de la industria.

Esta estrategia aparece delineada, por lo que sabemos, desde abril de 1982 en las Premisas y Lineamientos Corporativos de la planificación a mediano plazo (1983-1988) de Petróleos de Venezuela, pero es sólo ahora, en medio de la polémica desatada por su aplicación, siendo ya un hecho cumplido, cuando es reconocida como tal por los directivos de PDVSA. (Peñaloza y Quintero ante la Comisión Bicameral de de Energía y Minas).

En las interpelaciones promovidas en el Congreso ha quedado de manifiesto el hecho de que los consultores jurídicos de PDVSA y el Ministerio de Energía y Minas, de consuno con el Procurador General de la República, constituyeron un “jurado complaciente” para escudriñar en los vericuetos de la Constitución Nacional y las leyes específicas del sector petrolero a fin de encontrar una fórmula que permitiera a la industria [Vale decir, a la meritocracia soberana – Nota mía 2019] eludir la obligatoriedad de someter un contrato de evidente interés nacional a la consideración y aprobación por parte del Poder Legislativo. [1]

Es la consecuencia en una voluntad de ocultamiento que se inició con la suscripción trascorrales, en 1975, de los contratos de asistencia técnica y comercialización que han garantizado la participación privilegiada del capital petrolero transnacional en el usufructo y la determinación del destino de nuestra riqueza petrolera.

Las cúpulas gerenciales de PDVSA y sus operadoras se han convertido en cónsules de esa participación extranjera y en ella basan su poder.

Por eso queremos decir abiertamente que es necesario desmantelar ese enclave enquistado en el corazón de la industria fundamental del país. Sólo así será posible un cambio de rumbo en los planes de la industria que los haga cónsonos con las verdaderas prioridades nacionales.

EL GRAN ENGAÑO DE LA FAJA



Sólo así será posible evitar, por ejemplo, fiascos tan ruinosos como el del “desarrollo acelerado de la Faja del Orinoco” que fuera impuesto por la gerencia petrolera pese a todas las advertencias que desde diversos sectores se hicieron en torno a la inviabilidad e inconveniencia de los faraónicos mega-proyectos en los cuales programaron invertir un promedio de 5.000 millones de dólares anuales hasta el fin de siglo: ¡100.000 millones de dólares en 20 años!

"The total investment program that we have undertaken will require some $ 25 billion over the next six years. Afterwards and until the end of this century, the yearly rate of investment is likely to average some $ 5 billion (in 1980 dollars)." [2]



En un país acostumbrado a las corruptelas y desastres de la administración pública, los gerentes petroleros han logrado establecer una imagen de profesionalismo, eficiencia y apoliticismo que les ha servido de plataforma para imponer todas sus proposiciones.

Ahora, cuando la cancelación de los planes de la Faja pone de relieve el cúmulo de apreciaciones erradas que fueron establecidas como verdades por el sólo peso de su prestigio gerencial, quieren escurrir el bulto cargando las culpas sobre las limitaciones que les son impuestas por la difícil situación financiera que vive el país.

Decenas de miles de millones de bolívares se desviaron hacia los urgentes desarrollos de la Faja. Se multiplicaron los sueños de reanimación en el deprimido sur de Monagas. Los flujos demográficos cambiaron su tradicional sentido y sobre Maturín, Temblador' y otros pueblos de la región confluyeron ríos humanos atraídos por el resplandor de los megaproyectos.

Hoy todo ha concluido. Mientras el fantasma de la quiebra y la ruina se cierne sobre los empresarios venezolanos que se comprometieron en el empeño con ingentes sumas de dinero, mientras diez mil nuevos desempleados ven segados repentinamente todas sus esperanzas, la gerencia petrolera habla de “diferimiento” y sigue alimentando el mito de su infalibilidad. 

[Nota mía 2019: Lo del diferimiento se cumplió: en 2005 resucitaron los megadisparates de la Faja]

Las multimillonarias pérdidas de la Nación no serán percibidas, se difuminarán entre las innumerables partidas de las holgadas disponibilidades del excedente petrolero que administran.

[Nota mía, 2019: … y efectivamente así sucedió, nadie sintió, ni recuerda hoy, que haya habido pérdidas nacionales en ese megadisparate].

MANIPULACION DOLOSA DE
LOS ESTADOS FINANCIEROS

La centralización en el BCV de las reservas en divisas de PDVSA ha dado pie para que los directivos petroleros desaten una campaña para demostrarle al país que “la gallina de los huevos de oro” se encuentra amenazada, que los recursos, que se destinan a la inversión petrolera no son suficientes para mantener los niveles adecuados de funcionamiento de la industria.

En esta campaña han apelado a todos sus recursos de presión y convicción. Las cifras que confirman la peligrosidad de la situación y  en particular la “crítica evolución del flujo de caja de PDVSA" son datos que ya se manejan como confirmados y con gran preocupación por columnistas calificados, comentaristas de televisión y representantes de diversos sectores de la opinión pública.

Sin embargo, podemos demostrar que en la elaboración de tales cifras ha habido manipulación interesada, llegándose a la modificación “con efecto retroactivo” de los Estados Financieros de la industria.

Así lo hicimos en nuestro artículo “PDVSA-82, un Informe Revelador”, aparecido en el número anterior de Punto Socialista:

Mediante el cómodo expediente de convertir Existencias de Materiales y Suministros en Propiedades, Plantas y Equipos, transfiriendo irregularmente 3.621,5 millones de bolívares en 1981 y 7.472 millones en 1982, de una partida a otra, se oculta el hecho de que la industria mantiene inventarios por más de 10.000 millones de bolívares y de paso se abulta dolosamente el monto de la inversión bruta fija efectivamente realizada.

Hay que señalar que la magnitud de esos inventarios que ahora se quieren ocultar refleja el manejo alegre de los recursos de que dispone la industria.

Más de la mitad de esas existencias está compuesta por tubulares para labores de perforación que por un monto de 5.477 millones de bolívares se adquirieron en los años 81 y 82. Ese tipo de existencias son de difícil movilización y con la reducción de los niveles de actividad de la industria conforman un cuadro de congelación improductiva de varios miles de millones de bolívares que han podido incorporarse efectivamente a las inversiones.

Esta transferencia, que infla el rubro Propiedades, Plantas y Equipos  del Activo Fijo de la industria petrolera desde 22.889 millones de bolívares en 1980 a 53.849 millones de bolívares en 1982, es la que permite sostener que las inversiones requeridas en 1983 por PDVSA y sus operadoras, aún con reajustes, alcanzan a 15.000 millones de  bolívares.

Ante este tipo de maniobras efectuadas para PDVSA por la firma de auditores Espiñeira, Sheldon y Asociados, empresa filial de la mayor transnacional en ese campo, Price Waterhouse, no podemos menos que poner en duda los recaudos presentados por PDVSA para sostener sus exigencias: la "caja negra" de las manipulaciones financieras de PDVSA debe ser abierta ante el país.


DESBORDAMIENTO DE PAGOS 
INJUSTIFICADOS 
POR  ASISTENCIA TECNICA
A pesar de la gravedad de lo expuesto, en nuestra opinión el aspecto más preocupante de la administración de la industria petrolera es la que sigue sucediendo con los contratos de asistencia técnica.

Ellos sirvieron para hacer pagos injustificados a las exconcesionarias, las cuales registraron entre 1976 y 1979 un beneficio neto por este concepto de 3.020 millones de bolívares. Aparentemente, a partir de 1980, con la renegociación de dichos contratos, el monto neto de los pagos comenzó a disminuir, a cambio, entre otras cosas, de una exoneración parcial del Impuesto Sobre la Renta.

Por cierto que esa exoneración se intentó hacer total, dando lugar a un affaire de Gacetas Oficiales impresas y reimpresas con enmiendas entre el 31 de diciembre de 1979 y el 9 de enero de 1980.

Pero, en fin de cuentas, los resultados aparentes registrados en las estadísticas oficiales siguen la tendencia señalada: de 1.531 millones de bolívares en 1979, el costo del apoyo tecnológico pasó a 562 millones en 1980 y a 277 millones en 1982, según el último informe de PDVSA.

Ahora bien, revisando el Cuadro 11-2 del Anuario de Series Estadísticas del BCV para 1981, “Balanza de Pagos, Sectorización de las Transacciones Internacionales", se observa que la industria petrolera venezolana está haciendo pagos multimillonarios a extranjeros por un concepto denominado simplemente "Otros Servicios".

Al indagar sobre la naturaleza de esos pagos, que para 1980 fueron de 661 millones de dólares, -2.842 millones de bolívares- nos hemos enterado que esos Otros Servicios no son otra cosa más que los pagos realmente hechos por Asistencia Técnica y Servicios Tecnológicos.

El mencionado rubro de la Balanza de Pagos está subdividido entre Apoyo Tecnológico y Servicios Diversos. La primera subdivisión corresponde a las cifras que públicamente se aceptan como pagadas por asistencia tecnológica, los 277 millones del año 82, por ejemplo.

Pero los servicios diversos están compuestos a su vez por otros “pagos hechos a extranjeros por concepto de servicios técnicos, comisiones y otros servicios industriales o comerciales y por contratos especiales de asistencia técnica", 'distintos de los
comprendidos dentro del apoyo tecnológico’.

No queda pues la menor duda, los montos que aparecen como Otros Servicios pagados por la actividad petrolera a extranjeros son pagados efectivamente por Asistencia Técnica y montan a cifras tales como 736 millones de dólares en 1981 Y alrededor de 900 millones de ese mismo signo en 1982.

Es decir, que en los tres años 80-82, y al cambio de 4,30 bolívares por dólar, la industria canceló por tecnología más de 9.000 millones de bolívares, tres veces lo pagado durante los cuatro años de vigencia de los primeros y supuestamente más desventajosos contratos.

Estas cifras escandalosas confirman las sospechas sobre transferencias ocultas que asentáramos en "La Otra Cara de la Luna Petrolera" -Punto Socialista N° 1-, al constatar la simultaneidad entre la baja de los pagos declarados por Asistencia Técnica y el violento incremento de los Costos de Operación.

Ahora tenemos la explicación de tal crecimiento inusitado de gastos operativos en tiempos de contracción de los niveles productivos: ocultan la tajada del león transnacional en el negocio petrolero venezolano.

Tal desbordamiento de pagos injustificados, constituyen la prueba más fehaciente de las complicidades antinacionales que apenas se disimulan tras las exigencias de autonomía y confidencialidad por parte de la cúpula directiva de Petróleos de Venezuela y sus filiales.

cmp/ 1983 / Reedición 6/12/2019



[1] Mendoza Pottellá, C., Cuatro décadas de nacionalismo petrolero venezolano. ColecciónVenezuela y su Petróleo, BCV, Caracass 2017. Págs.. 77-82. 

[2] Rodríguez Eraso, Presidente de Lagoven, el 8 de enero de 1981, ante la Asociación Venezolana-Americana de los Estados Unidos:


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