La forja de un estatista (I)
Con la deliberada intención de
fundamentar mis actuales posiciones en materia petrolera y, asumiendo como
propia la caracterización negativa que de las mismas hacen mis contradictores, comienzo
esta serie de vueltas al pasado.
Carlos
Mendoza Pottellá
Revista Punto Socialista N°3, Caracas,
1983
El debate
sobre el convenio de asociación suscrito con la empresa alemana Veba-Oel ha
puesto en evidencia una vez más la pretensión de PDVSA y sus operadoras de
convertirse en un Estado dentro del Estado, de operar con una soberanía
particular basada en el manejo autónomo y sin control de una porción sustancial
del Ingreso Nacional.
En este caso,
el referido convenio es la primera expresión conocida de una estrategia
decidida hace ya tiempo por la gerencia petrolera: la internacionalización de
la industria.
Esta
estrategia aparece delineada, por lo que sabemos, desde abril de 1982 en las
Premisas y Lineamientos Corporativos de la planificación a mediano plazo
(1983-1988) de Petróleos de Venezuela, pero es sólo ahora, en medio de la
polémica desatada por su aplicación, siendo ya un hecho cumplido, cuando es
reconocida como tal por los directivos de PDVSA. (Peñaloza y Quintero ante la Comisión
Bicameral de de Energía y Minas).
En las
interpelaciones promovidas en el Congreso ha quedado de manifiesto el hecho de
que los consultores jurídicos de PDVSA y el Ministerio de
Energía y Minas, de consuno con el Procurador General de la República,
constituyeron un “jurado complaciente” para escudriñar en los vericuetos de la
Constitución Nacional y las leyes específicas del sector petrolero a fin de
encontrar una fórmula que permitiera a la industria [Vale decir, a la meritocracia soberana – Nota mía 2019]
eludir la obligatoriedad de someter un contrato de evidente interés nacional a
la consideración y aprobación por parte del Poder Legislativo.
Es la
consecuencia en una voluntad de ocultamiento que se inició con la suscripción
trascorrales, en 1975, de los contratos de asistencia técnica y
comercialización que han garantizado la participación privilegiada del capital
petrolero transnacional en el usufructo y la determinación del destino de
nuestra riqueza petrolera.
Las cúpulas
gerenciales de PDVSA y sus operadoras se han convertido en cónsules de esa
participación extranjera y en ella basan su poder.
Por eso
queremos decir abiertamente que es necesario desmantelar ese enclave enquistado
en el corazón de la industria fundamental del país. Sólo así será posible un
cambio de rumbo en los planes de la industria que los haga cónsonos con las
verdaderas prioridades nacionales.
EL
GRAN ENGAÑO DE LA FAJA
Sólo así será
posible evitar, por ejemplo, fiascos tan ruinosos como el del “desarrollo
acelerado de la Faja del Orinoco” que fuera impuesto por la gerencia petrolera
pese a todas las advertencias que desde diversos sectores se hicieron en torno
a la inviabilidad e inconveniencia de los faraónicos mega-proyectos en los
cuales programaron invertir un promedio de 5.000 millones de dólares anuales
hasta el fin de siglo: ¡100.000 millones de dólares en 20 años!
"The total investment program that we have
undertaken will require some $ 25 billion over the next six years. Afterwards and
until the end of this century, the yearly rate of investment is likely to
average some $ 5 billion (in 1980 dollars)."
En un país
acostumbrado a las corruptelas y desastres de la administración pública, los
gerentes petroleros han logrado establecer una imagen de profesionalismo,
eficiencia y apoliticismo que les ha servido de plataforma para imponer todas
sus proposiciones.
Ahora, cuando
la cancelación de los planes de la Faja pone de relieve el cúmulo de
apreciaciones erradas que fueron establecidas como verdades por el sólo peso de
su prestigio gerencial, quieren escurrir el bulto cargando las culpas sobre las
limitaciones que les son impuestas por la difícil situación financiera que vive
el país.
Decenas de
miles de millones de bolívares se desviaron hacia los urgentes desarrollos de la
Faja. Se multiplicaron los sueños de reanimación en el deprimido sur de
Monagas. Los flujos demográficos cambiaron su tradicional sentido y sobre
Maturín, Temblador' y otros pueblos de la región confluyeron ríos humanos
atraídos por el resplandor de los megaproyectos.
Hoy todo ha
concluido. Mientras el fantasma de la quiebra y la ruina se cierne sobre los
empresarios venezolanos que se comprometieron en el empeño con ingentes sumas
de dinero, mientras diez mil nuevos desempleados ven segados repentinamente
todas sus esperanzas, la gerencia petrolera habla de “diferimiento” y sigue
alimentando el mito de su infalibilidad.
[Nota
mía 2019: Lo del diferimiento se cumplió: en 2005 resucitaron los
megadisparates de la Faja]
Las
multimillonarias pérdidas de la Nación no serán percibidas, se difuminarán
entre las innumerables partidas de las holgadas disponibilidades del excedente
petrolero que administran.
[Nota mía,
2019: … y efectivamente así sucedió, nadie sintió, ni recuerda hoy, que haya
habido pérdidas nacionales en ese megadisparate].
MANIPULACION DOLOSA DE
LOS ESTADOS FINANCIEROS
La
centralización en el BCV de las reservas en divisas de PDVSA ha dado pie para
que los directivos petroleros desaten una campaña para demostrarle al país que
“la gallina de los huevos de oro” se encuentra amenazada, que los recursos, que
se destinan a la inversión petrolera no son suficientes para mantener los
niveles adecuados de funcionamiento de la industria.
En esta
campaña han apelado a todos sus recursos de presión y convicción. Las cifras
que confirman la peligrosidad de la situación y en particular la “crítica evolución del flujo
de caja de PDVSA" son datos que ya se manejan como confirmados y con gran
preocupación por columnistas calificados, comentaristas de televisión y representantes
de diversos sectores de la opinión pública.
Sin embargo,
podemos demostrar que en la elaboración de tales cifras ha habido manipulación
interesada, llegándose a la modificación “con efecto retroactivo” de los
Estados Financieros de la industria.
Así lo hicimos
en nuestro artículo “PDVSA-82, un Informe Revelador”, aparecido en el número
anterior de Punto Socialista:
Mediante el
cómodo expediente de convertir Existencias de Materiales y Suministros en
Propiedades, Plantas y Equipos, transfiriendo irregularmente 3.621,5 millones
de bolívares en 1981 y 7.472 millones en 1982, de una partida a otra, se oculta
el hecho de que la industria mantiene inventarios por más de 10.000 millones de
bolívares y de paso se abulta dolosamente el monto de la inversión bruta fija
efectivamente realizada.
Hay que
señalar que la magnitud de esos inventarios que ahora se quieren ocultar
refleja el manejo alegre de los recursos de que dispone la industria.
Más de la
mitad de esas existencias está compuesta por tubulares para labores de
perforación que por un monto de 5.477 millones de bolívares se adquirieron en
los años 81 y 82. Ese tipo de existencias son de difícil movilización y con la
reducción de los niveles de actividad de la industria conforman un cuadro de
congelación improductiva de varios miles de millones de bolívares que han
podido incorporarse efectivamente a las inversiones.
Esta
transferencia, que infla el rubro Propiedades, Plantas y Equipos del Activo Fijo de la industria petrolera
desde 22.889 millones de bolívares en 1980 a 53.849 millones de bolívares en
1982, es la que permite sostener que las inversiones requeridas en 1983 por
PDVSA y sus operadoras, aún con reajustes, alcanzan a 15.000 millones de bolívares.
Ante este tipo
de maniobras efectuadas para PDVSA por la firma de auditores
Espiñeira, Sheldon y Asociados, empresa filial de la mayor transnacional en ese
campo, Price Waterhouse, no podemos menos que poner en duda los recaudos
presentados por PDVSA para sostener sus exigencias: la "caja negra"
de las manipulaciones financieras de PDVSA debe ser abierta ante el país.
DESBORDAMIENTO DE PAGOS
INJUSTIFICADOS
POR ASISTENCIA TECNICA
A pesar de la
gravedad de lo expuesto, en nuestra opinión el aspecto más preocupante de la
administración de la industria petrolera es la que sigue sucediendo con los
contratos de asistencia técnica.
Ellos
sirvieron para hacer pagos injustificados a las exconcesionarias, las cuales
registraron entre 1976 y 1979 un beneficio neto por este concepto de 3.020
millones de bolívares. Aparentemente, a partir de 1980, con la renegociación de
dichos contratos, el monto neto de los pagos comenzó a disminuir, a cambio,
entre otras cosas, de una exoneración parcial del Impuesto Sobre la Renta.
Por cierto que
esa exoneración se intentó hacer total, dando lugar a un affaire de Gacetas
Oficiales impresas y reimpresas con enmiendas entre el 31 de diciembre de 1979
y el 9 de enero de 1980.
Pero, en fin
de cuentas, los resultados aparentes registrados en las estadísticas
oficiales siguen la tendencia señalada: de 1.531 millones de bolívares en 1979,
el costo del apoyo tecnológico pasó a 562 millones en 1980 y a 277 millones en
1982, según el último informe de PDVSA.
Ahora bien,
revisando el Cuadro 11-2 del Anuario de Series Estadísticas del BCV para 1981,
“Balanza de Pagos, Sectorización de las Transacciones Internacionales", se
observa que la industria petrolera venezolana está haciendo pagos
multimillonarios a extranjeros por un concepto denominado simplemente
"Otros Servicios".
Al indagar
sobre la naturaleza de esos pagos, que para 1980 fueron de 661 millones de
dólares, -2.842 millones de bolívares- nos hemos enterado que esos Otros
Servicios no son otra cosa más que los pagos realmente hechos por Asistencia
Técnica y Servicios Tecnológicos.
El mencionado
rubro de la Balanza de Pagos está subdividido entre Apoyo
Tecnológico y Servicios Diversos. La primera subdivisión corresponde a las
cifras que públicamente se aceptan como pagadas por asistencia tecnológica, los
277 millones del año 82, por ejemplo.
Pero los
servicios diversos están compuestos a su vez por otros “pagos hechos a
extranjeros por concepto de servicios técnicos, comisiones y otros servicios
industriales o comerciales y por contratos especiales de asistencia
técnica", 'distintos de los
comprendidos
dentro del apoyo tecnológico’.
No queda pues
la menor duda, los montos que aparecen como Otros Servicios pagados por la
actividad petrolera a extranjeros son pagados efectivamente por Asistencia
Técnica y montan a cifras tales como 736 millones de dólares en 1981 Y
alrededor de 900 millones de ese mismo signo en 1982.
Es decir, que
en los tres años 80-82, y al cambio de 4,30 bolívares por dólar, la industria
canceló por tecnología más de 9.000 millones de bolívares, tres veces lo pagado
durante los cuatro años de vigencia de los primeros y supuestamente más
desventajosos contratos.
Estas cifras
escandalosas confirman las sospechas sobre transferencias ocultas que
asentáramos en "La Otra Cara de la Luna Petrolera" -Punto Socialista
N° 1-, al constatar la simultaneidad entre la baja de los pagos declarados por
Asistencia Técnica y el violento incremento de los Costos de Operación.
Ahora tenemos
la explicación de tal crecimiento inusitado de gastos operativos en tiempos de
contracción de los niveles productivos: ocultan la tajada del león
transnacional en el negocio petrolero venezolano.
Tal
desbordamiento de pagos injustificados, constituyen la prueba más fehaciente
de las complicidades antinacionales que apenas se disimulan tras
las exigencias de autonomía y confidencialidad por parte de la cúpula directiva
de Petróleos de Venezuela y sus filiales.
cmp/ 1983 / Reedición 6/12/2019
Rodríguez Eraso, Presidente de Lagoven, el 8 de enero
de 1981, ante la Asociación Venezolana-Americana de los Estados Unidos:
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