Cerco y aniquilación
Carlos Mendoza Pottellá
05/02/2020
La
situación de sálvese quien pueda que está viviendo el país es de tal magnitud y gravedad, a
niveles de Sodoma y Gomorra en los planos éticos y morales, que hace parecer intrascendentes
las discusiones neutras sobre la situación presente y futura de sus recursos petroleros y de su industria, principales motivadores de nuestros pecados capitales.
En
esta materia no se puede atravesar el charco sin salpicaduras. Por ello, si la charca tiene dos o más
orillas, debo advertir que yo trato de ubicarme en una de ellas, aquélla en la
cual considero que se agrupa, con todas sus falencias y contradicciones
internas, el nacionalismo petrolero.
Ello sin pretender ser árbitro imparcial,
dueño de la verdad y, mucho menos, hipócrita inquisidor de las culpas de los
demás.
Inmersos en el profundo abismo
donde han terminado los sueños de ser el primer país petrolero del mundo...
...es
muy fácil encontrar culpables, pero muy difícil establecer un diagnóstico
certero, que nos permita encontrar un piso sólido para remontar la cuesta y no
terminar, como Sísifo, de nuevo en el foso, con la roca a cuestas. Tal es la
magnitud del reto.
El comienzo de esta tercera
década del siglo es ocasión propicia para continuar desentrañando las claves de
una realidad que con frecuencia se nos hace inasible.
Al respecto, creo indispensable ratificar
mi visión y opinión sobre el estado actual de la industria petrolera
venezolana, registrada en trabajos publicados
en mi blog y en otros portales electrónicos como Aporrea.org y Costa del Sol, a
los cuales refiero a los lectores:
A partir de esas exposiciones, centradas
en un enfoque personal, con un balance crítico profundamente pesimista, al cual
deberé incorporar las más recientes manifestaciones de esa inenarrable catástrofe, creo
indispensable comenzar la tarea de este año y década por la revisión del
entorno en el cual se debe desempeñar nuestro país y su industria petrolera.
Vale decir, despejar el panorama de opciones que se nos plantean en los
espacios de lo económico, geopolítico y energético global.
En el más amplio de esos
espacios, el de la geopolítica, las condiciones para nuestro país han estado y
estarán determinadas por su pertenencia al patio trasero norteamericano. Así
nos lo recordó la declaratoria de Venezuela como una “amenaza inusual y
extraordinaria”, por parte de Barak Obama, ratificada ahora por su
caracterización como “país forajido” dentro de la política energética “Estados
Unidos Primero” de Donald Trump.
El Presidente Trump está comprometido con lograr la independencia energética del cartel de la OPEP y cualquier otra nación hostil a nuestros intereses. Al mismo tiempo, trabajaremos con nuestros aliados del Golfo para desarrollar una relación positiva sobre la energía como parte de nuestra estrategia antiterroristmo. [1]
Esa política, materializada en
las crecientes sanciones a funcionarios e instituciones gubernamentales y en el
bloqueo de las transacciones financieras y mercantiles de todo tipo, ha sido elemento
fundamental en la profundización, a partir de 1917, de la situación crítica que
confrontaba ya desde 2014 la economía venezolana y, en particular, su industria
petrolera, hundida -como he repetido
insistentemente- por la terca y ciega planificación de “pajaritos preñados”
(1981
-1999 y 2005-2018) [2],
... además de la siempre presente y rampante corrupción generalizada.
Hoy, el país todo –y no sólo el
gobierno- se encuentra con la soga al cuello, parado en tambaleante equilibrio
sobre una silla y tratando de eludir la patada fatal.
En tales circunstancias aparecen
todas las propuestas aprovechadoras posibles, sobre todo, las de quienes
consideran que “la oportunidad la pintan calva” y a las cuales me referí en
varios de los artículos anteriormente
citados [3]
2020 comienza con una creciente
proliferación de las propuestas aperturistas y privatizadoras, apelando a todos
los medios de presión y de convencimiento de la inevitabilidad de las mismas,
tanto si se mantiene en funciones el actual gobierno, como si se dan los
escenarios políticos alternativos y se implantan los programas prediseñados
desde los centros de difusión del pensamiento neoliberal como CEDICE y las
Universidades norteamericanas.[4]
Precisamente, el masaje mediático
recomenzó este año con un “tubazo” marca Bloomberg, fabricado sin ninguna
confirmación efectiva, a partir de hipótesis y especulaciones sobre una
realidad innegable: el gobierno, acorralado por las sanciones, está buscando
todos los medios para eludirlas y en ese intento, se encuentra en permanente
contacto con los operadores extranjeros que son sus socios en las empresas
mixtas ya constituidas, Chevron, ENI, Repsol, Rosneft, China National Petroleum
Corporation.
La primera de ellas, junto a las
prestadoras de servicios petroleros Schlumberger, Halliburton, Weatherford, ha
obtenido licencias sucesivas del propio gobierno norteamericano para posponer
la cancelación de sus operaciones en el país. (Una brillante muestra de que los
movimientos tácticos no deben comprometer a los intereses estratégicos).
Rosneft ha apelado a la excusa de
que los envíos petroleros que realiza son para cancelar deudas previas y
embarca crudo venezolano que luego vende a los clientes de PDVSA en China y la
India.
Repsol y ENI continúan en
operaciones en el Campo Gasífero Perla IX, del Bloque Cardón IV en el Golfo de
Venezuela, por muy buenas razones:
Repsol ha confirmado que el pozo Perla 1X en Venezuela es el mayor descubrimiento de gas de la historia de la empresa y el más grande jamás realizado en ese país. El campo podría contener reservas de gas recuperables de entre 1.000 y 1.400 millones de barriles equivalentes de petróleo, suficientes para satisfacer la demanda de gas en España durante 5 años.[5]
CNPC America Ltd., está
recuperando el “mejorador" de Petrosinovensa en Jose, utilizado hasta
ahora como “mezclador” de crudos livianos y extrapesados para producir crudo
Merey de 16° API.
Pues bien, es muy lógico inferir
que PDVSA y el Gobierno mantienen un
permanente contacto y negociación con esas empresas, sobre todo, en un ambiente
de cambiantes condiciones para su relación comercial.
Por tales razones, para la
periodista de Bloomberg no es nada descabellado colegir que, dadas las
presiones a que está sometido el gobierno, con la soga al cuello, como ya
mencioné, esté intentando un último
recurso para salvarse y esté explorando opciones extremas como la privatización
total de las asociaciones petroleras. De allí a darlo como un hecho inminente
no hay sino un paso.
Y así, sin citar fuentes, dada la
confidencialidad debida, Bloomberg presenta su “tubazo”:
“Venezuela analiza privatizar petróleo ante desplome económico”
Ante el colapso económico y rígidas sanciones, el gobierno socialista del presidente venezolano Nicolás Maduro propuso otorgar participaciones mayoritarias y el control de su industria petrolera a las grandes corporaciones internacionales, una medida que terminaría con décadas de monopolio estatal.
Representantes de Maduro han mantenido conversaciones con la rusa Rosneft PJSC, Repsol SA de España y Eni SpA de Italia. La idea es permitirles hacerse cargo de las propiedades petroleras controladas por el gobierno y reestructurar parte de la deuda de la compañía estatal, Petróleos de Venezuela SA, a cambio de activos, según personas con conocimiento del tema. (subrayado mío) [6]
Como se observa en lo subrayado,
no se trata ni siquiera de fuentes oficiosas, sino de personas “con
conocimiento del tema”.
El estilo de fabricación de un “tubazo”
cubierto de “investigación periodística” es característico de una de las
firmantes del reporte, como me consta personalmente, por la solicitud que esa
misma profesional me hiciera, de informarle, dada mi condición de Asesor del
BCV, sobre cómo y quiénes estaban sacando el oro de las bóvedas del Banco, tal
como se rumoraba insistentemente en
twitterlandia durante la “contingencia eléctrica” de abril del año pasado.
Mi desconocimiento de tales
“operaciones” me valió el calificativo de “cómplice encubridor”. ¡El posible
“tubazo” bien valía la pena el enojoso intento!
Lo cierto del caso es que, ahora
sí, la “matriz de opinión” privatizadora quedó establecida, y en los siguientes
días, hasta hoy, sigue siendo tema de renovadas discusiones e intercambio de diagnósticos
críticos, propuestas salvadoras, acusaciones y negaciones, entre “estatistas” y
“aperturistas”.
No es pues una coincidencia que,
dos días después del tubazo, saliera a la luz un refrito académico de la opción
opuesta: lo que deberá hacer la “nueva administración” para recuperar la
industria petrolera, con el concurso de las “majors” petroleras occidentales y
el FMI.
Se trata de una reposición, al mejor estilo de
Hollywood, de los eternos planteamientos modernizadores citados en la nota 4 de
este trabajo.
Siempre con pretensiones de antiestatismo, pero efectivamente desnacionalizadores, acreditadas en esta oportunidad por universidades americanas e investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo y… ¡que casualidad! profusas citas de la corresponsal de Bloomberg en Caracas.
Siempre con pretensiones de antiestatismo, pero efectivamente desnacionalizadores, acreditadas en esta oportunidad por universidades americanas e investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo y… ¡que casualidad! profusas citas de la corresponsal de Bloomberg en Caracas.
El renacimiento del sector petrolero de Venezuela será la piedra angular de su recuperación económica cuando la transición política tenga lugar. Y dada la destrucción de la petrolera estatal venezolana, las empresas privadas extranjeras serán sin duda la clave para la reanimación de la industria petrolera.
Este informe, basado en entrevistas con representantes de importantes empresas petroleras internacionales, busca comprender mejor el desafío que perciben las compañías petroleras extranjeras y las condiciones que serían necesarias para atraer la inversión privada a Venezuela bajo un nuevo gobierno.[7]
La propuesta es sustanciosa:
aumentar en 10 años la producción petrolera venezolana en 2 millones 600 mil
barriles diarios, con una inversión de 90 mil millones de dólares en gastos de
capital y 122 mil millones en gastos de operación, que incluyen la perforación
de 13.400 pozos adicionales.
¡Nada que envidiar a los Planes
de la Patria de 2005, 2012, 2014 para alcanzar 7 millones de barriles diarios
en 2021 y menos al más moderado de la Agenda de Inversiones de PDVSA en 2018,
para alcanzar 5 millones de bd en 2025!
La pequeña diferencia es que,
ante la evidente incapacidad nativa, estos proyectos serán ejecutados por las
grandes corporaciones extranjeras occidentales,
generosamente remuneradas, según sus propios proyectos y presupuestos de costos
y gastos, con los recursos que obtenga la Nación de los también generosos
rescates del Fondo Monetario Internacional, a cuya ineludible honra quedará
atado el país durante varias décadas.
Además del levantamiento de las
sanciones norteamericanas, asegurado porque se trataría de un nuevo gobierno, las condiciones expresadas por los voceros de
las “western majors” consultadas comportan una limpieza previa total de riesgos,
que deberán ser asumidos por ese gobierno: un favorable régimen fiscal,
estabilidad política, solución de cuellos de botella infraestructurales, disposición
de adecuado capital humano, resolución de problemas de seguridad, remoción previa de peligros y riesgos
ambientales, etc.
Las decisiones de inversión en
Venezuela de estas corporaciones estarían condicionadas también por las
circunstancias externas, tales como la consideración de las perspectivas de alta competitividad que se avizoran en la oferta global, las
restricciones que afrontaría un petróleo de alto contenido de carbono, el nuevo
balance del mercado petrolero alcanzado después que las sanciones
norteamericanas fueron impuestas...
Los autores concluyen que el régimen fiscal establecido por un nuevo gobierno tendrá que ser más flexible y reducir el precio de equilibrio del petróleo extraído en el país, para compensar la cantidad de costos y riesgos que no existen en otras regiones productoras. Un nuevo gobierno tendrá que enviar señales de que allí habrá estabilidad política y una certidumbre regulatoria de largo plazo.
Como se puede observar, para
imponer condiciones al país si cuentan en estos proyectos las limitadas
expectativas de la demanda petrolera mundial y la plétora de oferta actual y de
nuevas localizaciones de crudos livianos en Noruega, Guyana y Brasil, para no
citar las recurrentes expansiones de los yacimientos sauditas y kuwaitíes en la
reabierta Zona Neutral, de Irak e Irán cuando se consolide la “pax americana” y
el “pasajero” boom norteamericano de las lutitas (shale oil) que ha convertido
a ese país en el mayor productor mundial.
Las demás precondiciones de inversión
que se mencionan en el documento citado como consenso de las corporaciones
consultadas son contundentes, e incorporan un cambio radical de la cultura
política venezolana, que alcance hasta
la modificación del ordenamiento legal y constitucional histórico, el
cual establece la propiedad de la Nación sobre sus recursos minerales de
cualquier tipo:
Venezuela tiene una larga historia de nacionalismo de los recursos y expropiaciones en el sector petrolero. Esta ideología podría seguir siendo popular en sectores de la población, incluso después de una transición política.
La afirmación de que los recursos naturales de Venezuela son propiedad del pueblo y que el Estado debe ejercer un alto grado de control sobre ellos, es uno de los pilares del chavismo y sirvió de justificación para la expropiación de algunos proyectos de compañías petroleras extranjeras bajo el presidente Hugo Chávez.
Para no dejar nada al azar, y al
arbitrio de la tradicional irresponsabilidad planificadora de los gerentes petroleros
nativos...
...advierten:
...advierten:
Los autores también consideran que hay numerosos retos para recuperar el sector petrolero venezolano, y que tomará meses, e incluso años para que un monto sustancial de inversiones fluya hacia el mismo, razón por la cual, manejar las expectativas de la población y encontrar fuentes alternativas de ingresos pueden ser la clave.
El mensaje a los venezolanos en
general es claro: Señores, los que
proclaman que somos Salvador con su arpa los están engañando, ¡pónganse a
trabajar en otras cosas y dejen de estar contando con una renta que ya no
existe para ustedes, sino para alimentar nuestros negocios!
Con todo eso en consideración, asegurados
los rendimientos óptimos de su inversión,
a ninguno de los proyectistas importa la tasa interna de retorno neta negativa
para el país en toda la vida útil del proyecto, y mucho menos, los activos
varados después de esta década, que seguirán el destino, ya presente, de los
que constituyeron la capacidad instalada
de 1 millón 400 mil barriles diarios de la Faja del Orinoco, la cual está
siendo utilizada actualmente, a lo sumo en un 20 por ciento, sin perspectivas
de remontar esa cuesta.
Total…, la chatarra puede ser
procesada para producir acero nuevo, budares y ollas mondongueras de aluminio.
Pero tranquilos, ¡que es jugando!.
Venezuela vencerá todos esos
obstáculos y augurios agoreros. Su industria petrolera, con una gerencia
moderna, sin tiquismiquis socialistoides
y patrioteros capturará todo el crecimiento de la demanda petrolera mundial de
aquí al 2030, tal como se ha propuesto varias veces y ha sido saboteada por fuerzas oscuras, como las de ciertos pronosticadores coludidos contra la Patria:
Después de eso, transición
energética de por medio, el que venga atrás que arree. Pérez Alfonzo dixit.
CMP - 05/02/2020
[1] http://www.lacasablanca.com/america-first-energy En su versión original -aquí modificada- publicada
por la Página de la Casa Blanca el primer día de la administración Trump, se
mencionaban específicamente a Irán, Venezuela y Rusia como “rogue states” que
serían combatidos directamente.
[4] González Cruz, Diego, PROPUESTAS PARA
VENEZUELA, CÓMO RESCATAR A LA INDUSTRIA PETROLERA NACIONAL, http://petroleumag.com/wp-content/uploads/2018/08/cedice_petroleo.pdf. Comentadas por mí en: Mendoza P., Carlos, “Agencia Venezolana
de Hidrocarburos ... Marca A.C.M.E.” https://petroleovenezolano.blogspot.com/2019/11/agencia-venezolana-de-hidrocarburos.html
[6]
https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-01-27/venezuela-analiza-privatizar-petr-leo-ante-desplome-econ-mico-k5wvx14l Fabiola Zerpa, Lucia Kassai y Ben Bartenstein
January
27, 2020, 4:08 PM GMT-4
Lisa Viscidi & Nate Graham, REVIVING
VENEZUELA'S OIL SECTOR, The Role of Western Majors. © 2020, Inter-American
Dialogue.
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