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martes, 10 de marzo de 2020

No hay aplazaos ni escalafón




CAMBALACHE PETROLERO: 


LA NUEVA APERTURA DE “PDVSA AD HOC”




¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao.
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remache ves llorar la Biblia contra un calefón.
“Cambalache” / Enrique Santos Discépolo 1934 [i]

En mis dos trabajos anteriores, “Cerco y Aniquilación”[1] y “Vuelan los Rebullones”[2], hice referencia a las “nuevas” propuestas de política petrolera que comienzan a florecer frente a la desastrosa situación de nuestra industria petrolera.
En el primero de ellos, refería que “2020 comienza con una creciente proliferación de las propuestas aperturistas y privatizadoras, apelando a todos los medios de presión y de convencimiento de la inevitabilidad de las mismas, tanto si se mantiene en funciones el actual gobierno, como si se dan los escenarios políticos alternativos y se implantan los programas prediseñados desde los centros de difusión del pensamiento neoliberal como CEDICE y las Universidades norteamericanas.  Vuelan los rebullones
Destacaba allí la relación que se hacía de una supuesta “propuesta de consenso”  de 10 de las principales empresas petroleras mundiales, para solucionar los problemas  de ese sector en Vene4zuela.
En dicha propuesta se resumen tanto las magnitudes  como las condiciones que debía cumplir Venezuela para obtener la “ayudita” de esas corporaciones: Reviving Venezuela’s Oil Sector; The Role Of Western Oil Majors / Lisa Viscidi & Nate Graham
Este informe…  busca comprender mejor el desafío que perciben las compañías petroleras extranjeras y las condiciones que serían necesarias para atraer la inversión privada a Venezuela bajo un nuevo gobierno.
Para… aumentar en 10 años la producción petrolera venezolana en 2 millones 600 mil barriles diarios, con una inversión de 90 mil millones de dólares en gastos de capital y 122 mil millones en gastos de operación, que incluyen la perforación de 13.400 pozos adicionales.
Remito al lector al enlace copiado para detallar el proyecto. Y llamo la atención sobre un agradecimiento de Interamerican Dialogue[ii], con un subrayado cuya pertinencia percibirá fácilmente el lector más adelante:
We would like to thank Francisco Monaldi of Rice University’s Baker Institute for Public Policy; Osmel Manzano of the Inter-American Development Bank; and David Voght, Patricia Ventura, and Joel Guedes of consulting firm IPD Latin America.
En el segundo de los artículos citados “Vuelan los rebullones…” hice referencia a toda nuestra historia de planificación ilusoria, de “pajaritos preñados” con ruinosos resultados, productos de una combinación de malicia interesada e ignorancia tecnocrática que ha sufrido nuestra industria petrolera desde 1979 hasta nuestros días: Vuelan los rebullones
De manera particular, destaqué allí la “apertura petrolera de los años 90 del siglo pasado, conducida por Luis Giusti”… y entonces me encuentro con la presentación que él mismo se hace, en una carta a sus compañeros petroleros, en la cual resume  su exitoso desempeño conduciendo ese proceso, difundida por Luis A. Pacheco, Ph.D.,[iii] “Presidente de la Junta Directiva ad hoc de PDVSA” y Nonresident Fellow en el Center for Energy Studies,  Baker Institute at  Rice University.
Como crítico contumaz de la planificación de “pajaritos preñados”, ya sabía que el Dr. Pacheco había sido uno de los tantos ingenieros Directores Ejecutivos de Planificación Corporativa de PDVSA y por tanto, corresponsable de los sucesivos fiascos reseñados en mis trabajos. Por ello, decidí estudiar sus propuestas y me encontré con su trabajo “Venezuela’s Oil Mythologie Have Hindered Its Development”[iv]
Para mi sorpresa, en seis cuartillas, el Dr. Pacheco hace tabla rasa con toda la producción intelectual venezolana en materia de historia, política económica y sociología, y reduce todo a unos supuestos ocho  mitos, sobre los cuales, sus descerebrados responsables apenas llegaron a balbucear unas impensadas e incoherentes consignas:
  • El petróleo destruyó la economía agrícola. (Alberto R. Adriani)
  • Debemos “sembrar” los ingresos del petróleo para asegurar riqueza futura (Arturo Uslar Pietri)
  • Debemos ahorrar petróleo para las generaciones futuras. (Celestino Armas)
  • El petróleo es el excremento del diablo. (Pérez Alfonzo)
  • Debemos separarnos de la OPEP. (Sosa Pietri)
  • Los negocios autónomos de PDVSA son escondidos en una caja negra.
  • Es preferible que PDVSA invierta las rentas del petróleo en vez de que los políticos las desperdicien. (PDVSA y otros).
  • Ahora, el petróleo es verdaderamente nuestro. (Rómulo Betancourt, Pérez Rodríguez, Chávez Frías y otros).
El combate al irrespeto tecnocrático de “nosotros, quienes sabemos cómo se hacen las cosas”,  y a  la simplificación matemática de las ciencias sociales a pura paja inoficiosa, ha sido algo que me ha llevado a enfrentarme en muchas oportunidades, tanto desde los tiempos meritocráticos como en los actuales, con personalidades como Humberto Peñaloza, padre del dicho “PDVSA es una empresa de ingenieros para ingenieros”, Alberto Quirós Corradi, Calderón Berti, Luis Giusti, entre otros [v], hasta el “espía Salazar”[vi] rojo-rojito que en sus escritos de refutación, con la excelencia técnica  y la razón política que le asistía, a mis ignaras y ofensivas opiniones, en “Aporrea”, develó mi carácter de contrarrevolucionario infiltrado en el BCV, junto a no se sabe cuántos más…
Pero en esta oportunidad, con Pacheco, el nivel de simplificación e irrespeto llegan a niveles apoteósicos. Si este es el “Presidente de PDVSA Ad-Hoc”, podemos inferir lo que se nos viene encima.
Suponer que Adriani, nuestro primer economista, sólo levantó un mito agrarista, o que Juan Pablo Pérez Alfonzo consideraba al petróleo como un “excremento del Diablo [vii] es una falta de respeto insólita, algo que sólo puede ser producto de una ignorancia supina.
Pero llevarse en los cachos a diez generaciones de estudiosos y analistas socioeconómicos venezolanos, de todas las tendencias y con todas sus aciertos y limitaciones, es algo digno de alguien al que le han practicado una lobotomía y le han insertado todas las historias racistas y anacrónicas de Trucutú, Tarzán de los Monos, Superman, Los Picapiedras, Mandrake el Mago y El Fantasma que Camina, como sus referencias históricas y sociológicas, con postgrados televisivos como “Yo quiero a Lucy” y “The Big Bang Theory”, amén de rudimentos de la “Common Law” y de las técnicas de negociación de futuros en Wall Street.
Esa lista de “mitos” fue lo que trajo a mi memoria -sin alusiones a las respetables personalidades inconsultamente citadas- la letra del tango Cambalache, de Enrique Santos Discépolo, donde “no hay aplazaos ni escalafón” y donde da lo mismo -para colocar las mezclas del “cambalache” argentino de los años treinta en nuestra  contemporaneidad- el filósofo Yogui Berra (“el juego no termina hasta que termina”) y la teoría de la relatividad de Albert Einstein, Juan XXIII y Mussolini, Mozart y Daddy Yanqui, García Márquez y Delia Fiallo.
Sólo como referencia parcial del nivel de la insolencia, y con el perdón de muchas omisiones, producto de mis desviaciones profesionales, cito casi de memoria  a algunos de los implicados en la relación de los mitos venezolanos:
Alberto Adriani, Gumersindo Torres, José Antonio Mayobre, Ernesto Peltzer, Manuel Egaña, Néstor Pérez Luzardo, Román Cárdenas, José Rafael Pocaterra, Rufino Blanco Fombona, Tomás Enrique Carrillo Batalla, Juan Pablo Pérez Alfonzo, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Mariano Picón Salas, Rodolfo Quintero, Jóvito Villalba, Felipe Pazos, Salvador de la Plaza, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Andrés Eloy Blanco, Eduardo Arcila Farías, Luis Villalba V., Rufino González Miranda, Federico Brito Figueroa, Domingo Felipe Maza Zavala, Manuel Pérez Guerrero, Hugo Pérez La Salvia, César Balestrini, Francisco Mieres, Gastón Parra Luzardo, Pedro Esteban Mejía, Aníbal Martínez, Rigoberto Lanz, Hernán Méndez Castellanos, Chi Yi Chen, Ludovico Silva, Irene Rodríguez Gallad, Janette Abouhamad, Asdrúbal Baptista, Armando Córdova, Pbro. Manuel Pernaut, Manuel Caballero, Héctor Silva Michelena, Héctor Malavé Mata, Orlando Araujo, Carlota Pérez, Bernardo Ferrán, Pedro Miguel Pareles, Max Flores Díaz, Emeterio Gómez, Germán Carrera Damas, J. A. Silva Michelena, Diego Luis Castellanos, Arévalo Guzmán Reyes, Francisco Álvarez Chacín, Rubén Sader Pérez, Domingo Alberto Rangel, Eduardo Acosta Hermoso…
Protagonistas, o relatores y críticos de nuestra historia económica y social, a diversos niveles y desde las más variadas posiciones ideológicas y políticas, incluso antagónicas, contribuyeron a la gesta de nuestro actual ordenamiento  socioeconómico, constitucional y legal en materia de hidrocarburos.
Por cierto, y valga la aclaratoria, no ninguneo ni excluyo de esa lista a la autodenominada  “Gente del Petróleo” meritocrática, sino que ellos tienen suficientes medios para presentarse, tal como estamos viendo.
A la pulverización de ese ordenamiento anacrónico, -¡válgame Dios, hasta se remonta al Decreto sobre la propiedad de las Minas del Presidente de Colombia en 1829!-  incompatible con los nuevos tiempos, se encaminan  los proyectos aperturistas y abiertamente desnacionalizadores del clan “ad-hoc”, Giusti, Pacheco, Szabo, Calderón Berti,  con sus nuevos espadachines, como Gustavo Baquero, Leopoldo López y José Ignacio Hernández, “testigo experto independiente de derecho venezolano” utilizado por Cristallex en su demanda contra Venezuela y su “alter ego” Citgo, travestido ahora en “Procurador General de la República Ad Hoc”. Todos ellos sostenidos  por la prosapia neoliberal de nuestros Ph.D. criollos en  las universidades norteamericanas e inglesas, y en las nativas –públicas y privadas- munidos con la orientación CEDICE, centro de difusión de esa escuela de ese pensamiento económico.
Los simplones y malintencionados “mitos” de Pacheco deberían avergonzar al prestigioso Baker Institute que los publica y hablan muy mal de la excelencia académica de los Phylosophus Doctors  de la Rice University.
Pero sobre todo, dicen mucho de la calidad de la política petrolera que adelantará la“Junta Directiva Ad Hoc de PDVSA”.
Pero  la lluvia meritocrática aperturista no cesa. A estas alturas del presente escrito, me topo con otra buena nueva milagrosa:
Sale a la luz ahora Juan Szabo al frente del Plan País en materia petrolera:
“Aquí está el plan para que Venezuela vuelva a producir 3.000.000 de barriles diarios de petróleo”
alnavio.com/noticia/20517/informe-confidencial/aqui-esta-el-plan-para-que-venezuela-vuelva-a-producir-3.000.000-de-barriles-diarios-de-petroleo.html
Este plan se incorpora al festín de propuestas funambulescas a los cuales me he referido desde los años 80:
El plazo ahora es de 8 años, se perforarán 11.000 pozos en 4 años y la inversión requerida de 120.000 millones de dólares.
La desproporción, incluso con el proyecto de “consenso” de las transnacionales, antes citado por Interamerican Dialogue, es aplastante: 400.000 barriles diarios más, en dos años menos con una inversión de 90.000 millones de dólares menos.
El Plan País, presentado en Madrid ante un grupo de empresarios, establece requerimientos de inversión por 120.000 millones de dólares. Esos recursos no los tiene PDVSA. Ese dinero está en el mercado internacional. Ese dinero lo tienen las multinacionales. Y la empresa privada local. Para Juan Szabo, lograr el objetivo depende de una masiva participación de compañías privadas, tanto nacionales como internacionales.
Para estimularlas a que entren de lleno a operar, hay que cambiar de manera obligatoria el marco regulatorio y otorgar beneficios fiscales, y establecer reglas claras de juego.
El fuego graneado del “Plan País” es constante. Revisando la web encuentro su presentación en México por el  “Presidente de la Comisión Especial del Plan País Para Venezuela”  que, entre otras cosas, muestra la tendencia al otorgamiento indiscriminado de títulos presidenciales   para sus voceros.
La recuperación de la industria petrolera venezolana sería factible sólo con condiciones fiscales y esquemas que apoyen la mayor participación privada posible y adaptadas a las nuevas realidades de ese país, afirmó el representante de la Asamblea Nacional, Diputado Juan Andrés Mejía, durante la presentación del “Plan País” para Venezuela, este fin de semana en la Ciudad de México.
“Venezuela tiene la costumbre[de nuevo, ¡Válgame Dios!] como muchos países de Latinoamérica, de que sea el sector público el que lleve la bandera del sector petrolero. Nosotros queremos cambiar esa realidad; modificar la ley de hidrocarburos para permitir que el sector privado pueda invertir sin ningún tipo de restricciones.” Mejía recalcó que Venezuela necesita de unos 60 mil millones de dólares, por los próximos cinco años, para sacar al país adelante.
Por lo visto, a la hora de citar cifras mil millonarias no hay ninguna restricción entre los proponentes de esta nueva apertura, ahora de puertas completamente abiertas.
Las condiciones siguen siendo las mismas:
Ellos las imponen y tú te callas. Luego te tocará pagar la deuda adquirida, para la cual tienes al Banco Mundial y al FMI listos para “auxiliarte” y amarrarte por los próximos 30 años, cuando ya no esté saliendo petróleo de esos nuevos pozos y se descubra, al fin, que la tasa interna de retorno de esas inversiones es negativa y que su saldo será una acumulación de deudas mil millonarias que deberán ser pagadas por las próximas tres o cuatro generaciones… quien sabe hasta cuándo.
Ya para entonces, ni yo ni  la mayoría de los proponentes de tales desaguisados, estaremos vivos para dirimir quién tenía la razón. Confiemos en la benevolencia y capacidad de perdón de nuestros descendientes.
Pero veamos otros “detalles” de este proyecto..
Los supuestos de ese “Plan País Petrolero” son tan auspiciosos, según Szabo, puesto que
Venezuela no logrará nunca sacar del subsuelo todo el petróleo que tiene en reservas. Pero se puede aprovechar una buena parte de ello, tomando en cuenta que el costo de producción de un barril no pasará de los 10 dólares. “Es un costo muy competitivo”, asegura.
Al parecer, el tiempo que ha pasado fuera de la gestión petrolera directa ha afectado su capacidad de reconocer los cambios que se han generado en la estructura de la producción petrolera venezolana, cada vez más pesada y extrapesada, en franca declinación por abandono de los yacimientos convencionales, cada día más complicada su reactivación, amén de  los cambios que también se han producido en el mercado petrolero mundial.
En este último aspecto, tanto por el lado de la oferta, con la plétora del “shale oil” norteamericano, el presal brasileño, los noruegos Johan Sverdlup ya en pleno desarrollo y Johan Catsberg inicíandose, las crecientes posibilidades del petróleo convencional Guyanés y las auspiciosa expectativas sobre el futuro desarrollo de los campos de Uganda,  enfrentadas todas a una competencia feroz, dadas las declinantes  perspectivas del crecimiento de la demanda global, que apenas superará el 1 millón de barriles diarios para el próximo año,  iniciando una irreversible tendencia al paulatino decrecimiento en períodos  subsiguientes, hasta alcanzar la meseta a partir de la cual se iniciará, por efectos de la transición energética en puertas, la declinación definitiva de ese indicador.
Corresponde ahora hacer aquí un inserto de actualidad que pone tintes dramáticos a esta argumentación y la que sigue: Las noticias sobre el desencuentro entre la OPEP y sus asociados rusos, quienes se niegan a aumentar el nivel de unos recortes que ellos tampoco han cumplido realmente, está conduciendo a un desmoronamiento brutal de los precios de futuro de los principales crudos marcadores, alcanzando al momento de escribir un nivel sólo visto hace más de 4 años, precisamente en marzo de 2016: 31,49 $/bl., para el West Texas y 34,89 para el Brent.
¿En dónde se ubicarán, dentro de cuatro años según el “Plan País”, los 2,2 millones de barriles diarios de petróleo que se producirán en los siguientes cuatro?
¿Declararemos una guerra petrolera simultánea contra la capacidad cerrada de Arabia Saudita, Kuwait, la Zona Neutra, Irak, Irán, Noruega, Brasil, Guyana, Uganda, Rusia y los Estados Unidos?
Pero sigamos:
Miente a mansalva Szabo cuando afirma que costo promedio de la producción de crudos venezolanos es de menos de 10 dólares.   Tanto como han mentido sus antecesores:
Esa es una  reiterada fábula, contada desde los tiempos de la apertura y repetida, sin pausa, durante los 20 años recientes. Un ectoplasma nunca materializado y mucho menos comprobado por ningún cazafantasmas…
La significación política y económica de estas presentaciones tramposas me induce a pedir la venia de los lectores para adelantar una exposición detallada de mis argumentos, sometiéndome a las seguras refutaciones de los técnicos puros, incontaminados de sandeces sociológicas:
Basta con revisar las estimaciones sobre el precio requerido en las distintas áreas del mundo para justificar una nueva inversión, el muy mentado punto de equilibrio o “breakeven value”, que publican las principales agencias analistas del mercado petrolero mundial, y la posición que en esas presentaciones ocupan los crudos extrapesados y convencionales venezolanos:
Desde luego, las anteriores son estimaciones, que en el caso venezolano se refieren  a la suma de costos, impuestos y tarifas de la producción de petróleo extrapesado.
Pero veamos el “optimismo”  o la capacidad de engaño de nuestros operadores, sostenidos por la “razón técnica que les asiste”, quienes sí saben  lo que hacen porque han tenido al petróleo en sus manos y reconocen sus olores y colores…
En 2016, la estimación del entonces Ministro, Eulogio Del Pino, era de un costo promedio de 13 dólares el barril:
El ministro del Poder Popular de Petróleo y Minería y presidente de Petróleos de Venezuela, S.A., (Pdvsa), Eulogio Del Pino, aseveró que el costo promedio de producción de petróleo en Venezuela es de 13 dólares por barril.
Del Pino explicó que este promedio incluye los costos de producción de distintos campos petroleros, que van desde un monto inferior a los 5 dólares por barril, y otros más altos, que incorporan recuperación mejorada y mejoramiento de crudos.[3]
Estos 13 dólares de Del Pino en 2016 ocultaban una minimización de los costos reales, incrementados por la creciente declinación de los campos convencionales, acentuada por décadas de abandono para privilegiar el “escenario Faja”,  y la complejidad, y por ende, mayores costos implícitos de los procesos de extracción y los procesos adicionales de dilución o mejoramiento y transporte de los crudos extrapesados de esa Faja.
Pero, ¿cómo producen esas cifras optimistas?  Reduciéndolas todas al costo del “levantamiento” del crudo, omitiendo todos esos costos adicionales requeridos para llevarlos a puertos y refinerías.
Ahora, en  2020, la estimación de la excelencia meritocrática Szabo, de un costo de producción menor a 10 dólares el barril, como promedio, para la producción total venezolana, es sólo una nueva añagaza demagógica, una más irreal que las anteriores.
Para tener una idea de la magnitud del bulo, es pertinente analizar la última presentación del Rystad Energy sobre los diversos niveles de cotización del crudo Brent, requeridas como “breakeven value”, precio de equilibrio para justificar la inversión en los campos actualmente en producción en el mundo y las posibilidades de incremento de la producción en regiones ordenadas por su nivel de factibilidades:
Veamos:
En el eje de las abscisas, vale decir en el ancho de cada franja, se representan, expresadas en miles de millones de barriles, las cantidades de recursos de hidrocarburos líquidos recuperables en cada una de las localizaciones consideradas.
En las ordenadas, el alto de las franjas, están registrados los niveles máximos, mínimos y promedio del precio de equilibrio, estimado en términos del marcador Brent, correspondiente a dichas localizaciones, sobre el cual se fundamentan los volúmenes estimados
De tal suerte, Rystad Energy estima que, en los campos actualmente en producción en el mundo, existen unos 800 mil millones de recursos remanentes, que requieren un “break-even Price” promedio de 26 dólares por barril para el crudo marcador Brent, dentro una franja que marca un mínimo de 10 y un máximo de 40 dólares el barril para ser desarrollados.
A ese precio promedio del Brent, esos 800 mil millones permitirían la producción de 110 millones de barriles diarios durante 20 años, justamente más que suficientes  para cubrir la demanda total actual y estimada en ese lapso.
Sucesivamente, se presentan los  niveles del precio de equilibrio promedio  requerido para hacer viable producciones nuevas en distintas áreas, ordenadas según su factibilidad.
Así, se tiene que en los campos en tierra del Medio Oriente, los menos costosos en el mundo,  el precio de equilibrio del Brent que justificaría nuevos desarrollos allí, es de 42 dólares el barril. Y el ancho de la franja representa unos 124 mil millones de barriles, que permitiría a esos países producir 17 millones de barriles diarios adicionales durante 20 años.
Sorpresivamente, como lo registran los comentaristas de esta presentación, el petróleo de las lutitas norteamericanas (el light tight oil) con 46 dólares el barril de crudo Brent, sería el segundo  nivel en cuanto a la justificación de nuevas inversiones.
En la escala de probabilidades y precios aparecen sucesivamente, plataforma continental, con 49$/bl, aguas profundas con 58$/bl, Rusia en tierra con 59 $/bl  y  los crudos extrapesados, vale decir Faja Petrolífera, también con 59$/bl.
Analizando la gráfica en la amplitud de la abscisa correspondiente, es posible apreciar que la estimación de factibilidad que presenta Rystad  para este de crudo, es del orden de los 20.000 millones de barriles de recursos recuperables, suficientes para producir 2,8 millones de barriles diarios durante 20 años.
¡Y aquí es donde quería llegar!:
Si la mitad extrapesada de los tres millones de barriles que “planifican” producir los gestores del “Plan País” requieren  un precio de equilibrio promedio Brent de 59$ /bl, sea cual sea el mínimo  calculado para la otra mitad convencional y tomando en cuenta que, como ya se señaló, que para los crudos ya en producción en el mundo el breakeven price  promedio es de 26$/bl,  ¿De dónde sale ese nivel promedio de “menos de10$/bl” para los crudos venezolanos?
Conclusión:
Se trata de un ejercicio descarado de demagogia,  para alimentar sueños de un público desinformado por voluntad de sus dirigentes de todos los bandos, cada uno interesado en vender su propio paraíso terrenal.
¿Cómo se sostienen las ofertas de tirios y troyanos que todavía creen que reimpulsarán a la industria petrolera para “apalancar” el rescate de la economía nacional?
Lo triste del caso, para un economista, cochinamente interesado en la rentabilidad de los negocios  propios y los de su familia extendida, es que estos proyectos ruinosos hundirán más al país y serán pasto para el enriquecimiento privado de los pícaros proponentes que siempre estarán del lado de los que cobrarán financiamientos y ayudas desinteresadas, durante las próximas décadas.
Aunque ahora creo que ni para eso alcanzará…
Contemplando las circunstancias del momento, me viene a la memoria las imágenes de “Cuando el destino nos alcance”, protagonizada por Charlton Heston y Edward G. Robinson: la humanidad alimentándose de “Soylent Green” galletitas hechas con restos de otros humanos, muertos programadamente al cumplir los sesenta años.
Carlos Mendoza Pottellá
09/03/2020
[i] Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también;que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafáos, contentos y amargaos, valores y dublé. 
Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue,vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos. Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador.
¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao…
Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.
¡Pero que falta de respeto, qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón!
Mezclaos con Stavisky van don Bosco y la Mignon, don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín.Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remache ves llorar la Biblia contra un calefón.
Siglo veinte, cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil.
¡Dale nomás, dale que va, que allá en el horno nos vamo a encontrar!
¡No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura o está fuera de la ley. Enrique Santos Discépolo, 1934
Carlos Mendoza Pottellá: Vuelan los Rebullones…Sobre el petróleo venezolano
[ii] Interamerican Dialogue:  
[iii] Luis A. Pacheco, Ph.D., is a nonresident fellow at the Baker Institute Center for Energy Studies. He has more than 35 years of experience in the energy industry, including 17 years at Venezuela’s national oil company PDVSA, where he held a number of senior positions, such as CEO of BITOR, PDVSA’s heavy oil affiliate, and executive director of corporate planning. He was special advisor on strategy and energy to the president of Venezuela’s CANTV from 2005 to 2007 as well as advisor of the National Hydrocarbons Agency in Colombia. From 2004 to 2007, he was co-owner and president of a management consulting firm, working with companies such as Repsol, Pemex and the World Bank, amongst others. From 2008 to 2016, he was senior vice president of planning and information technology at Pacific Exploration & Production, formerly Pacific Rubiales Energy [Antes de la quiebra inducida por la asesoría meritocrática venezolana, Giusti, Pantin y… Pacheco] , the largest private oil and gas company in Colombia and Peru.

jueves, 6 de febrero de 2020

PETROLEO VENEZOLANO EN LA TERCERA DÉCADA


Cerco y aniquilación
Carlos Mendoza Pottellá
05/02/2020


La situación de sálvese quien pueda que está viviendo  el país es de tal magnitud y gravedad, a niveles de Sodoma y Gomorra en los planos éticos y morales, que hace parecer intrascendentes las discusiones neutras sobre la situación presente y futura de  sus recursos petroleros y de su industria, principales  motivadores de nuestros pecados capitales.

En esta materia no se puede atravesar el charco sin salpicaduras.  Por ello, si la charca tiene dos o más orillas, debo advertir que yo trato de ubicarme en una de ellas, aquélla en la cual considero que se agrupa, con todas sus falencias y contradicciones internas, el nacionalismo petrolero. 

Ello sin pretender ser árbitro imparcial, dueño de la verdad y, mucho menos,  hipócrita inquisidor de las culpas de los demás.

Inmersos en el profundo abismo donde han terminado los sueños de ser el primer país petrolero del mundo...



...es muy fácil encontrar culpables, pero muy difícil establecer un diagnóstico certero, que nos permita encontrar un piso sólido para remontar la cuesta y no terminar, como Sísifo, de nuevo en el foso, con la roca a cuestas. Tal es la magnitud del reto.

El comienzo de esta tercera década del siglo es ocasión propicia para continuar desentrañando las claves de una realidad que con frecuencia se nos hace inasible.

Al respecto, creo indispensable ratificar mi visión y opinión sobre el estado actual de la industria petrolera venezolana, registrada en  trabajos publicados en mi blog y en otros portales electrónicos como Aporrea.org y Costa del Sol, a los cuales refiero a los lectores:




A partir de esas exposiciones, centradas en un enfoque personal, con un balance crítico profundamente pesimista, al cual deberé incorporar las más recientes manifestaciones de esa  inenarrable catástrofe,   creo indispensable comenzar la tarea de este año y década por la revisión del entorno en el cual se debe desempeñar nuestro país y su industria petrolera. Vale decir, despejar el panorama de opciones que se nos plantean en los espacios de lo económico, geopolítico y energético global.

En el más amplio de esos espacios, el de la geopolítica, las condiciones para nuestro país han estado y estarán determinadas por su pertenencia al patio trasero norteamericano. Así nos lo recordó la declaratoria de Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria”, por parte de Barak Obama, ratificada ahora por su caracterización como “país forajido” dentro de la política energética “Estados Unidos Primero” de Donald Trump.

El Presidente Trump está comprometido con lograr la independencia energética del cartel de la OPEP y cualquier otra nación hostil  a nuestros intereses. Al mismo tiempo, trabajaremos con nuestros aliados del Golfo para desarrollar una relación positiva sobre la energía como parte de nuestra estrategia antiterroristmo. [1]




Esa política, materializada en las crecientes sanciones a funcionarios e instituciones gubernamentales y en el bloqueo de las transacciones financieras y mercantiles de todo tipo, ha sido elemento fundamental en la profundización, a partir de 1917, de la situación crítica que confrontaba ya desde 2014 la economía venezolana y, en particular, su industria petrolera, hundida  -como he repetido insistentemente- por la terca y ciega planificación de “pajaritos preñados” (1981
-1999 y 2005-2018) [2]


... además de la siempre presente y rampante corrupción generalizada.


Hoy, el país todo –y no sólo el gobierno- se encuentra con la soga al cuello, parado en tambaleante equilibrio sobre una silla y tratando de eludir la patada fatal.

En tales circunstancias aparecen todas las propuestas aprovechadoras posibles, sobre todo, las de quienes consideran que “la oportunidad la pintan calva” y a las cuales me referí en varios  de los artículos anteriormente citados [3]

2020 comienza con una creciente proliferación de las propuestas aperturistas y privatizadoras, apelando a todos los medios de presión y de convencimiento de la inevitabilidad de las mismas, tanto si se mantiene en funciones el actual gobierno, como si se dan los escenarios políticos alternativos y se implantan los programas prediseñados desde los centros de difusión del pensamiento neoliberal como CEDICE y las Universidades norteamericanas.[4]

Precisamente, el masaje mediático recomenzó este año con un “tubazo” marca Bloomberg, fabricado sin ninguna confirmación efectiva, a partir de hipótesis y especulaciones sobre una realidad innegable: el gobierno, acorralado por las sanciones, está buscando todos los medios para eludirlas y en ese intento, se encuentra en permanente contacto con los operadores extranjeros que son sus socios en las empresas mixtas ya constituidas, Chevron, ENI, Repsol, Rosneft, China National Petroleum Corporation.

La primera de ellas, junto a las prestadoras de servicios petroleros Schlumberger, Halliburton, Weatherford, ha obtenido licencias sucesivas del propio gobierno norteamericano para posponer la cancelación de sus operaciones en el país. (Una brillante muestra de que los movimientos tácticos no deben comprometer a los intereses estratégicos).

Rosneft ha apelado a la excusa de que los envíos petroleros que realiza son para cancelar deudas previas y embarca crudo venezolano que luego vende a los clientes de PDVSA en China y la India.

Repsol y ENI continúan en operaciones en el Campo Gasífero Perla IX, del Bloque Cardón IV en el Golfo de Venezuela, por muy buenas razones:

Repsol ha confirmado que el pozo Perla 1X en Venezuela es el mayor descubrimiento de gas de la historia de la empresa y el más grande jamás realizado en ese país. El campo podría contener reservas de gas recuperables de entre 1.000 y 1.400 millones de barriles equivalentes de petróleo, suficientes para satisfacer la demanda de gas en España durante 5 años.[5]

CNPC America Ltd., está recuperando el “mejorador" de Petrosinovensa en Jose, utilizado hasta ahora como “mezclador” de crudos livianos y extrapesados para producir  crudo  Merey de 16° API.

Pues bien, es muy lógico inferir que  PDVSA y el Gobierno mantienen un permanente contacto y negociación con esas empresas, sobre todo, en un ambiente de cambiantes condiciones para su relación comercial. 

Por tales razones, para la periodista de Bloomberg no es nada descabellado colegir que, dadas las presiones a que está sometido el gobierno, con la soga al cuello, como ya mencioné, esté intentando  un último recurso para salvarse y esté explorando opciones extremas como la privatización total de las asociaciones petroleras. De allí a darlo como un hecho inminente no hay sino un paso.

Y así, sin citar fuentes, dada la confidencialidad debida, Bloomberg presenta su “tubazo”:

“Venezuela analiza privatizar petróleo ante desplome económico”
 Ante el colapso económico y rígidas sanciones, el gobierno socialista del presidente venezolano Nicolás Maduro propuso otorgar participaciones mayoritarias y el control de su industria petrolera a las grandes corporaciones internacionales, una medida que terminaría con décadas de monopolio estatal.
Representantes de Maduro han mantenido conversaciones con la rusa Rosneft PJSC, Repsol SA de España y Eni SpA de Italia. La idea es permitirles hacerse cargo de las propiedades petroleras controladas por el gobierno y reestructurar parte de la deuda de la compañía estatal, Petróleos de Venezuela SA, a cambio de activos, según personas con conocimiento del tema. (subrayado mío) [6]
Como se observa en lo subrayado, no se trata ni siquiera de fuentes oficiosas, sino de personas “con conocimiento del tema”.

El estilo de fabricación de un “tubazo” cubierto de “investigación periodística” es característico de una de las firmantes del reporte, como me consta personalmente, por la solicitud que esa misma profesional me hiciera, de informarle, dada mi condición de Asesor del BCV, sobre cómo y quiénes estaban sacando el oro de las bóvedas del Banco, tal como se rumoraba insistentemente  en twitterlandia durante la “contingencia eléctrica” de abril del año pasado.

Mi desconocimiento de tales “operaciones” me valió el calificativo de “cómplice encubridor”. ¡El posible “tubazo” bien valía la pena el enojoso intento!

Lo cierto del caso es que, ahora sí, la “matriz de opinión” privatizadora quedó establecida, y en los siguientes días, hasta hoy, sigue siendo tema de renovadas discusiones e intercambio de diagnósticos críticos, propuestas salvadoras, acusaciones y negaciones, entre “estatistas” y “aperturistas”.

No es pues una coincidencia que, dos días después del tubazo, saliera a la luz un refrito académico de la opción opuesta: lo que deberá hacer la “nueva administración” para recuperar la industria petrolera, con el concurso de las “majors” petroleras occidentales y el FMI.





Se trata de una reposición, al mejor estilo de Hollywood, de los eternos planteamientos modernizadores citados en la nota 4 de este trabajo. 

Siempre con pretensiones de antiestatismo, pero efectivamente desnacionalizadores, acreditadas en esta oportunidad por  universidades americanas e investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo y… ¡que casualidad! profusas citas de la corresponsal de Bloomberg en Caracas.
El renacimiento del sector petrolero de Venezuela será la piedra angular de su recuperación económica cuando la transición política tenga lugar. Y dada la destrucción de la petrolera estatal venezolana, las empresas privadas extranjeras serán sin duda la clave para la reanimación de la industria petrolera.
Este informe, basado en entrevistas con representantes de importantes empresas petroleras internacionales, busca comprender mejor el desafío que perciben las compañías petroleras extranjeras y las condiciones que serían necesarias para atraer la inversión privada a Venezuela bajo un nuevo gobierno.[7]

La propuesta es sustanciosa: aumentar en 10 años la producción petrolera venezolana en 2 millones 600 mil barriles diarios, con una inversión de 90 mil millones de dólares en gastos de capital y 122 mil millones en gastos de operación, que incluyen la perforación de 13.400 pozos adicionales.

¡Nada que envidiar a los Planes de la Patria de 2005, 2012, 2014 para alcanzar 7 millones de barriles diarios en 2021 y menos al más moderado de la Agenda de Inversiones de PDVSA en 2018, para alcanzar 5 millones de bd en 2025!







La pequeña diferencia es que, ante la evidente incapacidad nativa, estos proyectos serán ejecutados por las grandes corporaciones extranjeras occidentales, generosamente remuneradas, según sus propios proyectos y presupuestos de costos y gastos, con los recursos que obtenga la Nación de los también generosos rescates del Fondo Monetario Internacional, a cuya ineludible honra quedará atado el país durante varias décadas.

Además del levantamiento de las sanciones norteamericanas, asegurado porque se trataría de un nuevo gobierno,  las condiciones expresadas por los voceros de las “western majors” consultadas comportan una limpieza previa total de riesgos, que deberán ser asumidos por ese gobierno: un favorable régimen fiscal, estabilidad política, solución de cuellos de botella infraestructurales, disposición de adecuado capital humano, resolución de problemas de seguridad,  remoción previa de peligros y riesgos ambientales, etc.

Las decisiones de inversión en Venezuela de estas corporaciones estarían condicionadas también por las circunstancias externas, tales como la consideración de las perspectivas  de alta competitividad  que se avizoran en la oferta global, las restricciones que afrontaría un petróleo de alto contenido de carbono, el nuevo balance del mercado petrolero alcanzado después que las sanciones norteamericanas fueron impuestas...   

Los autores concluyen que el régimen fiscal establecido por un nuevo gobierno tendrá que ser más flexible y reducir el precio de equilibrio del petróleo extraído en el país, para compensar la cantidad de costos y riesgos que no existen en otras regiones productoras. Un nuevo gobierno tendrá que enviar señales de que allí habrá estabilidad política y una certidumbre regulatoria de largo plazo.

Como se puede observar, para imponer condiciones al país si cuentan en estos proyectos las limitadas expectativas de la demanda petrolera mundial y la plétora de oferta actual y de nuevas localizaciones de crudos livianos en Noruega, Guyana y Brasil, para no citar las recurrentes expansiones de los yacimientos sauditas y kuwaitíes en la reabierta Zona Neutral, de Irak e Irán cuando se consolide la “pax americana” y el “pasajero” boom norteamericano de las lutitas (shale oil) que ha convertido a ese país en el mayor productor mundial.

Las demás precondiciones de inversión que se mencionan en el documento citado como consenso de las corporaciones consultadas son contundentes, e incorporan un cambio radical de la cultura política venezolana, que alcance hasta  la modificación del ordenamiento legal y constitucional histórico, el cual establece la propiedad de la Nación sobre sus recursos minerales de cualquier tipo:

Venezuela tiene una larga historia de nacionalismo de los recursos y expropiaciones en el sector petrolero. Esta ideología podría seguir siendo popular en sectores de la población, incluso después de una transición política.

La afirmación de que los recursos naturales de Venezuela son propiedad del pueblo y que el Estado debe ejercer un alto grado de control sobre ellos, es uno de los pilares del chavismo y sirvió de justificación para la expropiación de algunos proyectos de compañías petroleras extranjeras bajo el presidente Hugo Chávez.

Para no dejar nada al azar, y al arbitrio de la tradicional irresponsabilidad planificadora de los gerentes petroleros nativos...


...advierten:

Los autores también consideran que hay numerosos retos para recuperar el sector petrolero venezolano, y que  tomará meses, e incluso años para que un monto sustancial de inversiones fluya hacia el mismo, razón por la cual, manejar las expectativas de la población y encontrar fuentes alternativas de ingresos pueden ser la clave.

El mensaje a los venezolanos en general es claro: Señores, los que proclaman que somos Salvador con su arpa los están engañando, ¡pónganse a trabajar en otras cosas y dejen de estar contando con una renta que ya no existe para ustedes, sino para alimentar nuestros negocios!

Con todo eso en consideración, asegurados  los rendimientos óptimos de su inversión, a ninguno de los proyectistas importa la tasa interna de retorno neta negativa para el país en toda la vida útil del proyecto, y mucho menos, los activos varados después de esta década, que seguirán el destino, ya presente, de los que constituyeron la  capacidad instalada de 1 millón 400 mil barriles diarios de la Faja del Orinoco, la cual está siendo utilizada actualmente, a lo sumo en un 20 por ciento, sin perspectivas de remontar esa cuesta.

Total…, la chatarra puede ser procesada para producir acero nuevo, budares y ollas mondongueras de aluminio.

Pero tranquilos, ¡que es jugando!.

Venezuela vencerá todos esos obstáculos y augurios agoreros. Su industria petrolera, con una gerencia moderna,  sin tiquismiquis socialistoides y patrioteros capturará todo el crecimiento de la demanda petrolera mundial de aquí al 2030, tal como se ha propuesto varias veces y ha sido saboteada por fuerzas oscuras, como las de ciertos pronosticadores coludidos contra la Patria:


Después de eso, transición energética de por medio, el que venga atrás que arree. Pérez Alfonzo dixit.
CMP - 05/02/2020




[1] http://www.lacasablanca.com/america-first-energy En su versión original -aquí modificada- publicada por la Página de la Casa Blanca el primer día de la administración Trump, se mencionaban específicamente a Irán, Venezuela y Rusia como “rogue states” que serían combatidos directamente.
[4] González Cruz, Diego, PROPUESTAS PARA VENEZUELA, CÓMO RESCATAR A LA INDUSTRIA PETROLERA NACIONAL, http://petroleumag.com/wp-content/uploads/2018/08/cedice_petroleo.pdf.  Comentadas por mí en:  Mendoza P., Carlos, “Agencia  Venezolana  de Hidrocarburos ... Marca A.C.M.E.” https://petroleovenezolano.blogspot.com/2019/11/agencia-venezolana-de-hidrocarburos.html
[6]   https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-01-27/venezuela-analiza-privatizar-petr-leo-ante-desplome-econ-mico-k5wvx14l  Fabiola Zerpa, Lucia Kassai y Ben Bartenstein
January 27, 2020, 4:08 PM GMT-4
 Lisa Viscidi & Nate Graham, REVIVING VENEZUELA'S OIL SECTOR, The Role of Western Majors. © 2020, Inter-American Dialogue.