Entre piratas y expertos en jalar mecates
Carlos Mendoza Pottellá
Don Rómulo
Gallegos caracterizó en su Doña Bárbara al
“Bachiller Mujiquita”, un personaje
que hacía gala de su rastacuerismo ante los poderosos.
Era un
intelectual, bachiller, al servicio de Ño Pernalete, el militar Jefe Civil del
pueblo, ante quien se posternaba cada día. Ese nombre pasó a formar parte del léxico
venezolano de las décadas de los 30 a los 70 para denominar a los adulantes.
Leoncio
Martínez, Leo, lo popularizó como personaje de caricaturas en “Fantoches”, lo
cual le valió varios encierros. Guillermo González lo interpretó en la
miniserie de TV “Doña Barbara” de 1974.
Hoy lo recordamos algunos sobrevivientes de esas épocas.
A pesar
de lo que dice la sabiduría popular de que “a palabras necias, oídos sordos”,
he decidido responder por esta vía a un moderno mujiquita intrigante que se escuda
tras la defensa de la exclusividad
científica y la omnisciencia ingenieril para enfrentar a la piratería de
algunos economistas entrometidos, como el suscrito.
Sus artículos
en Aporrea están siempre dirigidos como chismes a Clark Maduro, Superbigote,
en un ejercicio de suprema adulación.
En la
última de esas advertencias de los peligros que acechan al destinatario de sus
mensajes, me alude directamente, por mi inveterado atrevimiento de opinar sobre
recursos y reservas petroleras, siendo un economista que nunca ha visto un
perfil de sísmica tridimensional.
“SUPERBIGOTE, lo que verás, en este
escrito, son mis comentarios, de lo que creo, en el artículo escrito por
Mendoza Potellá (MP), son falsedades, medias verdades y reconcomios publicado
en Aporrea: https://www.aporrea.org/energia/a313255.html”.
El
enlace que sigue es el propio chisme, del cual extraigo otros párrafos:
https://www.aporrea.org/energia/a313497.html
“MP donde bota la bola como “geólogo”
es cuando dice “… los depósitos de la Formación La Luna en todo el norte de la
América del Sur desde Ecuador hasta el norte del Brasil…” El “geólogo” MP no
sabe, y no tiene porqué, que en la tierra se puede tener formaciones geológicas
con litologías muy parecidas, con misma edad geológica aproximada, incluso con
el mismo nombre, pero depositadas en cuencas sedimentarias diferentes y esto
último es lo que la hace diferente y no decir que es la misma Formación.. Pero
el “geólogo” MP dice, alegremente, que la Formación La Luna, ubicada,
mayormente en el estado Zulia, se extiende desde Ecuador hasta Brasil. De
repente, la Sociedad Venezolana de Geólogos le otorga un “Honoris Causa” por su
descubrimiento.”
Por cierto,
y antes de responder a lo anterior, voy a citar también un párrafo donde
reconoce, sin querer, lo dicho por mí en torno a la “certificación” de reservas
probadas en 2005:
Lo que si le debe quedar claro a Ud,
amigo lector, lo que hizo, la empresa Ryder Scott, que se contrató para el
Proyecto Magna Reserva, fue reportar, mayormente, los Recursos Contingentes de
La Faja y, en menor grado, las reservas probadas. Fue después, el MPPP
institución competente la que estimó las reservas probadas que se reportaron en
sucesivos eventos hasta llegar a los 313 mil millones que señala MP. Nada
ilegal.
¡Exactamente
lo dicho por mí!
Tal y como queda registrado en un cuadro que he
presentado reiteradamente en los últimos
5 años:
221.218 millones de barriles de “revisiones” a punta de lápiz, sumados pudorosamente en el transcurso de 5 años, entre 2006 y 2010.
Una
“decisión soberana”, política, tomada ejecutivamente por el Ministerio, de “estimar”
un 20 por ciento de factor de recobro en la Faja, para llegar a los mismos
260.000 millones que venían siendo voceados desde 1980 por los impulsores del
“escenario Faja” y el abandono de los “pocitos” de las áreas convencionales,
tipo Boscán.
Esa
operación política tuvo algo que ver con los 500 y tantos millones de dólares
que se le pagaron a Ryder Scott para determinar unos recursos contingentes cuya
magnitud ya había sido establecida con anterioridad (2003) por el US Geological
Service, tal como reseñé en el
artículo que me refuta Mujiquita y cuyas cifras reproduzco aquí de nuevo con
sus referencias de entonces:
Unidad de evaluación de la Faja del Orinoco. Análisis de resultados
Total de recursos petroleros recuperables no descubiertos
Petróleo (BBO) |
Gas (TCFG) |
||||||
F95 |
F50 |
F5 |
Media |
F95 |
F50 |
F5 |
Media |
380 |
512 |
652 |
513 |
53 |
122 |
262 |
135 |
Regional distribution of
estimated technically recoverable
heavy oil and natural bitumen in billions of barrels (BBO).
|
||||
Región |
Heavy oil |
Natural bitumen |
||
Recovery |
Technically |
Recovery |
Technically |
|
|
||||
North America |
|
35.3 |
0.32 |
530.9 |
South America |
0.13 |
265.7 |
0.09 |
0.1 |
W. Hemisphere |
0.13 |
301.0 |
0.32 |
531.0 |
África |
0.18 |
7.2 |
0.10 |
43.0 |
Europe |
0.15 |
4.9 |
0.14 |
0.2 |
Middle East |
0.12 |
78.2 |
0.10 |
0.0 |
Asia |
0.14 |
29.6 |
0.16 |
42.8 |
Russia |
0.13 |
13.4 |
0.13 |
33.7** |
E. Hemisphere |
0.13 |
133.3 |
0.13 |
119.7 |
World |
|
434.3 |
|
650.7 |
The largest extra-heavy oil
accumulation is the Venezuelan Orinoco heavy-oil belt, which contains 90
percent of the world’s extra-heavy oil when measured on an in-place basis. (9)
[8] US Geological Survey, An Estimate of Recoverable Heavy Oil
Resources of the Orinoco Oil Belt, Venezuela /
https://pubs.usgs.gov/fs/2009/3028/pdf/FS09-3028.pdf
[9] Strategic Petroleum Resources, By
Richard F. Meyer and Emil D. Attanasi / U.S. Geological Survey, Fact Sheet
70-03, August 2003 - Online Version 1.0
U.S. Geological Survey
Vale decir,
unos recursos técnicamente recuperables, a partir de los cuales se podrían
determinar reservas probadas, pero después de un detenido estudio técnico
económico, político, financiero y de mercado.
Cosas que,
por cierto, y sin querer hacer un retruque de exclusividad profesional a la
manera de nuestro Mujiquita moderno, van más allá de las competencias de geólogos
e ingenieros petroleros, aunque estén fundamentados en sus datos y hallazgos.
Como MP, tampoco, es ingeniero de
yacimientos y todo lo que pasa en ese mundo le es ajeno, no sabe que el campo
Kern River, de la Chevron, en California, Estados Unidos, el cual produce un
petróleo pesado ha llegado en la actualidad a un factor de recobro cercano al
90 por ciento. De manera que, si nosotros, en Venezuela, investigáramos que
hizo Chevron en ese campo y con las adaptaciones a los campos de petróleo de La
Faja, Yo estoy seguro que un 20 por ciento de recuperación en La Faja se está
quedando corto.
Una
seguridad que le surge de su condición de geólogo e ingeniero petrolero “con más de treinta años en la cadena de
valor de la industria”, pero que pretende hacer olvidar a los desprevenidos
lectores lo que él sabe de sobra y mejor que yo: Que los factores de recobro
dependen de muchas características de cada crudo, entre ellas, sus gravedades específicas, tipos de
yacimiento, contenidos de gas y agua etc. Que no se pueden extrapolar los posibles
rendimientos de campos de petróleos de 30 o más grados a los de crudos
extrapesados de 3 a 7 grados.
Pero que
también dependen del tipo de tecnología que deba aplicarse en cada caso y,
nuevamente, para su molestia, de las
variables económicas, costos, precios, oferta, demanda y perspectivas del
mercado a mediano y largo plazo que esas diferencias físicas comportan.
Por lo
demás, no voy a entrar a discutir si soy un tránsfuga ex embajador y asesor del
BCV, beneficiario de pensiones y sueldos y que por ello estoy incapacitado
moralmente para opinar sobre las políticas públicas petroleras.
Esa es su
opinión de Torquemada, inquisidor y supremo guardián de la pureza política
revolucionaria, de la cual ha hecho gala desde 2017, refutando mis primeros
artículos en Aporrea sobre “Recursos,
Reservas y Fatansías”. Un estilo policial que en su momento me hizo
recordar el cuento del espía ruso establecido en Margarita durante la Guerra
Fría, de idéntico apellido.
https://www.aporrea.org/actualidad/a254181.html
Al mejor
estilo del soplón, deslizó su sospecha sobre mis veladas intenciones
antipatrióticas y sugirió investigar a esos “nosotros”, conspiradores en nombre
de quienes yo hablaba. Aguzaba su
perspicacia, malinterpretando el uso por mi parte de esa inconveniente, pretenciosa
y pedante fórmula mayestática reservada a los reyes y a los papas. Por ello, y tal como prometí entonces, no la volví a usar.
Temeroso además, porque uno nunca sabe las consecuencias de esas lógicas
paranoicas.
https://www.aporrea.org/energia/a253927.html
https://www.aporrea.org/energia/a254088.html
https://www.aporrea.org/economia/a254433.html
Por ahora,
sólo quiero referirme a mi actual osadía y piratería al mencionar un tema
geológico, cuando me referí a la Formación
La Luna sin saber de qué estaba hablando.
Para ello,
cumplo con mostrar el oscuro origen de mi atrevimiento pirata:
Formación La Luna: La
cuna del petróleo
Tomas Villamil
Vice
Presidente Adjunto de Exploración - ECOPETROL
Tomado de Carta Petrolera, Julio-Agosto/2000.
Colombia guarda una gran riqueza en La
Luna. Y no es precisamente en el cielo nocturno, sino, por el contrario, a
kilómetros de profundidad en la tierra. Es una formación, catalogada como una
de las mejores rocas generadores de petróleo en el mundo. El experto en este
tema, el geólogo Tomás Villamil, vicepresidente Adjunto de Exploración de
Ecopetrol, quien le ha dedicado buena parte de sus estudios de Ph. D. y posdoctorado,
explica por qué:
La
Formación La Luna es un paquete de rocas ampliamente distribuido en el norte de
Suramérica, cuyo origen -hace más de ochenta millones de años- definió el mundo
energético actual, la economía de los países que encabezan el mapa suramericano
y la propia existencia de Ecopetrol.
Pero ¿qué
es la Formación La Luna? ¿Cuál es su distribución? ¿Su riqueza? ¿Por qué se
formó? ¿Cómo era el planeta en ese tiempo? ¿Cómo era Suramérica cuando se
depositó? ¿Cómo era el mar que la cubría? ¿Qué permitió el depósito de La
Luna?, y ¿cuáles eran las condiciones químicas y físicas del mar de La Luna?
Las respuestas a cada una de estas preguntas son tema de amplio debate, de
muchos artículos escritos y de extensa investigación en universidades de todo
el mundo.
Hace
aproximadamente 94 millones de años se inició el depósito de la Formación La
Luna, en un proceso que duró 14 millones de años. Las características
fundamentales de esta unidad de rocas son su color negro o gris muy oscuro, su
tamaño de grano muy fino y su abundante contenido de fósiles.
Esta
formación es de importancia crucial en la geología del petróleo del norte de
Suramérica, pues representa una de las mayores generadoras de hidrocarburo en
el planeta. La cantidad de barriles de crudo in situ probados que provienen de
La Luna, excede los (2’000.000’000.000) dos millones de millones de barriles,
cuyo factor de recobro varía entre 10 y 40%, dependiendo de muchos factores.
Esta cifra,
como referencia, es 30% superior al petróleo in situ de Arabia Saudita, donde
hay unos 1´700.000´000.000 barriles in situ y unos (261.000’000.000) 261 mil
millones de barriles recuperables (el recobro es mayor en Arabia Saudita,
debido a los excelentes reservorios). La mayor acumulación de petróleo
in situ del mundo -1,5 trillones de barriles- está en Venezuela oriental y fue
generado por la Formación La Luna.
La
presencia de la Formación La Luna en esta parte de Suramérica es, sin duda, el
factor determinante que hace que países como Ecuador, Colombia, Venezuela y
Trinidad estén en el mapa petrolero mundial.
Muchos
nombres y una sola formación
La Formación
La Luna es una unidad de rocas ampliamente distribuida que localmente recibe
diferentes nombres y esto genera confusión en su entendimiento regional. La
Luna se extiende desde la parte central de Ecuador, donde es llamada Formación
Chonta. Está ampliamente distribuida en Colombia y es denominada Villeta,
Chipaque, Gachetá, La Luna, San Rafael y más. Se extiende hacia el occidente de
Venezuela, donde se llama La Luna al norte del piedemonte sur de los Andes de
Mérida y denominada Navay en las cuencas de Barinas-Apure y Guanare. En el
oriente de Venezuela se halla ampliamente distribuida y es conocida como
Formación Querecual. La Luna también se encuentra presente en Trinidad; allí
recibe el nombre de Naparima Hill; en Guyana, Suriname, y llega hasta el norte
de Brasil, pero no genera mucho petróleo, porque no está enterrada a la
suficiente profundidad.
La Luna
tiene equivalentes muy similares en regiones diferentes de América del Sur. En
Estados Unidos, rocas similares y de la misma edad son conocidas como Greenhorn
y Bridge Creek. En Marruecos, Argelia y Túnez tiene equivalentes y se llega a
extender hasta Alemania. La distribución regional de ésta en Suramérica y de
rocas similares en el mundo nos permite proponer un origen único y de muy
amplia distribución, posiblemente global, para todas estas rocas.
Su origen:
La Luna se
depositó en su apogeo, durante el Cretácico superior, hace unos 92 millones de
años. En esta época, la Tierra era diferente a la de hoy en día. África y
Suramérica estaban muy cercanos, Norteamérica se hallaba separada completamente
de Suramérica por un océano de cientos de kilómetros de ancho y gran parte de
Centroamérica no existía o no estaba en su posición actual.
La mayor
parte de Colombia, Venezuela, Ecuador y Trinidad estaban cubiertas por un
extenso mar y las cadenas montañosas de hoy no existían. Las cordilleras
central y occidental de Colombia se encontraban sumergidas bajo el mar de La
Luna, principalmente porque su relieve topográfico era muy bajo y porque el
nivel del mar se hallaba unos 200 a 300 metros más alto que el de hoy.
El océano
Pacífico de hace 92 millones de años era enorme; ocupaba mucha más área que hoy
en día. La distancia entre Bogotá y Sydney, cruzando el Pacífico, era unos
3.500 kilómetros superior a la actual.
Colombia,
durante la época de depósito de La Luna, estaba cubierta en su mayor parte por
un mar relativamente somero, que tenía características especiales. Este mar se
extendía desde la parte central de la cuenca de los Llanos, hacia el occidente,
hasta llegar a océanos relativamente profundos cerca de lo que hoy es el Valle
del Cauca. Hacia el norte, este mar somero se extendía hasta regiones costa
afuera de la región Caribe y más al norte de la península de la Guajira. Este
extenso mar determinó la distribución amplia de la Formación La Luna.
Características:
El mar
somero que permitió el depósito de la Formación La Luna tenía características
que no se hallan en los océanos de hoy. El mar contenía muy poco oxígeno
disuelto, era muy tranquilo y circulaba verticalmente, en contraste con la
circulación horizontal del mar actual.
El clima en
la época de depósito de La Luna era mucho más cálido que el de hoy; no había
hielo en los polos y la evaporación representaba la mayor causa de la
circulación de aguas profundas. Actualmente, la circulación oceánica profunda
está dominada por aguas frías y densas que vienen de la formación de hielo en
las regiones polares. Estas aguas frías y densas viajan hacia la región
ecuatorial, donde se encuentran con masas de agua provenientes de otras
regiones frías. Durante el depósito de La Luna, las aguas densas eran generadas
por evaporación ecuatorial y creación de aguas más saladas y, por consiguiente,
más densas y más cálidas.
Ahí está la
clave: aguas más cálidas contienen por naturaleza menos oxígeno y este hecho
hace que la materia orgánica que se acumula en el fondo marino no sea oxidada
de manera rápida y eficaz, como lo es en los mares actuales. Esa materia
orgánica preservada por enterramiento, debido a sedimentos marinos, y no
descompuesta por oxidación, es la que al ser calentada y expuesta a presión,
genera los hidrocarburos. Las condiciones paleoceanográficas referidas fueron
las responsables de la acumulación de la Formación La Luna y de su calidad como
roca generadora de hidrocarburos.
Una de las
preguntas más simples y fundamentales para el entendimiento de la Formación La
Luna, su distribución, características generales, riqueza y paleo- clima (clima
del pasado, hace unos 92 millones de años) es: ¿Qué causó la elevación del
nivel del mar en esa época? La respuesta es muy compleja y difícil de explicar;
sin embargo, intentaré hacerlo de manera simple.
Comenzando
hace unos noventa millones de años, se aumentó la velocidad de generación de
corteza oceánica en el mundo (la corteza oceánica se genera en cadenas
montañosas submarinas llamadas dorsales oceánicas y se consume por debajo de
continentes a lo largo de márgenes de subducción, la masa de la corteza
oceánica se preserva a través del tiempo porque lo que emerge por un lado, se
consume por otro). Esta aceleración de la generación de corteza se enfocó en
tres lugares de los océanos: uno cerca de Borneo, otro alargado al este de
India y el más grande y de mayor impacto en lo que ahora es el mar Caribe.
La corteza
oceánica mantiene su masa, pero no su volumen. La corteza nueva y caliente
tiene menor densidad (mayor volumen) que la corteza vieja y fría y esta
diferencia de volumen causada por aceleración de la creación de corteza
desplaza agua marina hacia arriba y hacia los lados. En resumen, el fondo
rocoso del presente mar Caribe, en su historia, fue el responsable directo de
la deposición de la Formación La Luna y del cambio reconocido mundialmente
asociado con esta subida del nivel del mar global.
El mar de esos
tiempos
La Luna
contiene abundantes fósiles, la gran mayoría de estas especies no existen hoy
en día. Estos fósiles nos permiten reconstruir la vida en el mar de La Luna
hace 92 millones de años.
En tierras
aledañas al mar de La Luna habitaban dinosaurios, reptiles, mamíferos y aves.
Sin embargo, estas comunidades no dejaron registro en regiones del norte de
Suramérica. En el mar de La Luna habitaban reptiles marinos, peces, amonitas
que, en general, estaban adaptados a vivir en aguas pobres en oxígeno. Los
reptiles marinos no tenían problema con contenidos bajos de oxígeno en el agua
porque respiraban aire, pero los demás animales que habitaban este mar estaban
especializados para sobrevivir en condiciones de poco oxígeno.
En el mar
de esos tiempos, también habitaban microorganismos y gran parte de ellos eran
devorados por otros organismos más grandes y caían al fondo como materia fecal
diminuta; estas acumulaciones de microorganismos (que también murieron y
cayeron al fondo como eventos de mortalidad en masa) fueron los que aportaron
gran parte de la materia orgánica que da el color negro a estas rocas y que, en
últimas, generaron la gran mayoría de los hidrocarburos encontrados en el norte
de Suramérica.
En general,
puede decirse que el mar de la Formación La Luna era de color muy oscuro a
negro, ya que su fondo era completamente negro y había mucho material orgánico
en casi toda la columna de agua; era también poco agitado y por su ambiente
reductor (bajo en oxígeno y rico en H2S) debía oler muy mal.
Era, en
resumen, un mar relativamente somero, de unos 200 metros de profundidad
promedio, muy oscuro, que olía parecido a lo que huele el río Bogotá hoy, que
estaba habitado por animales adaptados a ese tipo de condiciones. Químicamente
el agua de este mar y sus sedimentos eran ricos en elementos de fácil
disolución en aguas de bajo oxígeno; por lo tanto, la señal química de la
Formación La Luna es bastante diferente a la de las rocas que están arriba, más
jóvenes, y debajo, más antiguas.
El mar de
esa época era cálido, más cálido que el de hoy, circulaba más lentamente, y era
algo más salado. Las condiciones del mar de La Luna son difíciles de imaginar,
especialmente porque hoy no existe nada igual ni parecido, aun teniendo en
cuenta algunas comparaciones que se han hecho con el Mar Negro.
Espero que
el lector pueda hacer desde ahora la observación de las rocas negras que se ven
por las carreteras Bogotá-Villeta, Bogotá-Mesitas, y las carreteras que en
general van de la cordillera Oriental al valle del Magdalena, con una mirada
diferente. Hay que recordar que estas rocas, cuyo origen primario fue una
subida del nivel del mar global y que se formaron en un mar poco agradable, son
la causa de la función social de nuestra Empresa.
Tomado
de Carta Petrolera, Julio-Agosto/2000
Mi
conclusión es que diversas escuelas de geólogos pueden o no estar de acuerdo
con el Doctor Tomás Villamil, sin que por eso ninguna de ellas pueda ser acusada
de pirata.
Es una
discusión acerca de lo sucedido desde hace más de noventa millones de años, y
sobre la cual yo no tengo ni los instrumentos cognitivos, ni la autoridad para
dirimir quién tiene la razón.
Otro geólogo,
venezolano por cierto, me responde después de haber leído una versión anterior
de esta réplica:
Mujiquita, (M), olvida
un principio elemental de la estratigrafía que se llama: CORRELACION, el cual
permite correlacionar los estratos de acuerdo a edad, litología, entre otras
características, dónde la cuenca pudiera ser parte de la correlación
Los estratos que tienen
características de roca madre de petróleo, en el Cretácico Tardío o Superior,
de acuerdo a sus características de edad, litología, contenido de carbono
orgánico, entre otras, son denominados con
frecuencia, cómo "tipo La Luna" al menos en la colonia de Venezuela,
pues la Formación La Luna es una referencia en cuanto a sus excelentes
características cómo roca madre
También habría que
mencionar los conocimientos de Estratigrafía por Secuencias, definido en general
en base a subidas y bajadas del nivel del mar, que es un estudio para las
cuencas y que permite definir Sistemas
Encadenados de Secuencias, que a su vez permiten, correlacionar cuencas, de ser
el caso
Es perfectamente válido
correlacionar, lo permiten los estudios estratígraficos, en los que se basa la
definición de los estratos de roca
Entiendo
los distintos puntos de vista, sin ser geólogo, después de haber tenido
profesores de esa materia desde 1971, en las clases magistrales de Juan Pablo
Pérez Alfonzo, previas a la fundación del Postgrado en Economía y
Administración de Hidrocarburos en 1974, como alumno a partir de 1975 y hasta mi
jubilación en el 2000, después de 28 años de servicio como asistente de
investigación, profesor y Coordinador durante los 14 últimos.
(Prensa Petrolera se publicó desde 1971 hasta 1978 y recogió todos los materiales y conferencias que, en 1976, constituyeron el libro “Hundiéndonos en el Excremento del Diablo”, de Juan Pablo Pérez Alfonzo)
Tiempo
suficiente para que se me pegaran, así fuera por ósmosis, algunos conocimientos
de gente como Aníbal Martínez, Francisco Gutiérrez (primer Jefe de la Oficina
de la Faja del MMH), Gustavo Coronel, Juan Jones Parra, Ricardo Corrie, Carlos
Alcántara y Orlando Méndez, a cuyas
clases asistí como oyente, alumno, contertulio, y fanático del tema.
Debo
explicar, finalmente, que la “mezcolanza” de abogados, economistas, geólogos,
ingenieros, contadores, médicos, estadísticos, sociólogos, geógrafos, antropólogos,
historiadores, que han cursado ese postgrado en el transcurso de estos 48 años (ver registros en FACES UCV) es el resultado de la voluntad del Profesor
Francisco Mieres y la inspiración en el ejemplo de Juan Pablo Pérez Alfonzo, de
hacer un postgrado multidisciplinario, precisamente para evitar el
encasillamiento tecnocrático en las
parcelas exclusivamente técnicas del tema.
Por eso,
los ingenieros cursaron economía y política petrolera, marco legal de los
hidrocarburos, análisis de estados financieros petroleros y los abogados y
economistas cursábamos tres cursos técnicos, sobre exploración, producción,
refinación y petroquímica. Uno de mis últimos exámenes como alumno fue,
precisamente, la interpretación de un perfil electrónico, tema sobre el cual nos
transmitió sus rudimentos, durante todos
estos años, el Geólogo Orlando Méndez quien sigue siendo profesor allí.
Y una
materia básica, aparte de tener que pasar un examen previo de suficiencia en
ingles, era precisamente inglés petrolero, cuyo carácter indispensable
explicaba el Profesor Mieres con humor negro, entre otras cosas: “para que no queden patidifusos cuando algún
pretencioso especialista les eche en cara que ustedes ni siquiera saben lo que
es “enhanced recovery”. (Pronunciado en inglés con acento cumanés)
Verbigracia:
Como MP, tampoco, es ingeniero de
yacimientos y todo lo que pasa en ese mundo le es ajeno, no sabe que el campo
Kern River, de la Chevron, en California, Estados Unidos, el cual produce un
petróleo pesado ha llegado en la actualidad a un factor de recobro cercano al
90 por ciento. (Mujiquita, loc. cit.)
¡Quién
diría que 48 años después un pedante le daría la razón al Profesor Mieres!
ALGUNAS
REFERENCIAS
https://www.aporrea.orgautores/mendoza.potella
https://petroleovenezolano.blogspot.com/
Carlos
Mendoza Pottellá
29
de Junio de 2022
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