viernes, 15 de mayo de 2020

AVH

Agencia para el despojo 
del patrimonio público
Carlos Mendoza Pottellá

La situación de carraplana e impotencia que vive el país, y los llamados de atención, incluidos los propios, que plantean la búsqueda de alternativas de desarrollo nacional en las cuales se asuma la realidad de que la renta petrolera ya no existirá en sus proporciones históricas y que esa industria dejó hace tiempo de ser “palanca”,
(“La Venezuela petrolera que conocimos en los últimos cien años se acabó”

http://www.ecopoliticavenezuela.org/2020/04/16/entrevista-con-carlos-mendoza-pottella-la-venezuela-petrolera-que-conocimos-en-los-ultimos-100-anos-se-acabo/)

han conducido, entre otras reflexiones, a que prolifere la noción, deducción automática, según la cual, si el petróleo ya no va a producir una renta extraordinaria y, por tanto, no seguirá siendo el ente generador fundamental de la sangre financiera que necesita nuestra economía, y teniendo en cuenta, además, las menguantes expectativas de uso del petróleo como fuente energética, bien vale la pena monetizar, por cualquier medio, los recursos de los cuales aún disponemos, así sea desprendiéndonos de un patrimonio que, de todas maneras no nos va a servir de mucho en el largo plazo.


Asumiendo mi parte de responsabilidad en la génesis de esa interpretación torcida, me corresponde aclarar que, en mi opinión, independientemente de la merma de su significación como único soporte de la economía nacional, los hidrocarburos todavía en el subsuelo y la industria levantada y pagada con creces que se erige sobre ellos, continuarán siendo un activo muy valioso para la Nación eterna y no puede esta generación cargar con la culpa de haber propiciado su liquidación acelerada, espoleada por la codicia privada en tiempos de catástrofe y ruina, cuando los principios y valores solidarios, de responsabilidad social, se quieren presentar como un lujo suicida.


Volviendo al tema, mucho de desesperadas pancadas de ahogado hay en los planes, tanto oficiosos supuestamente "filtrados", como en los novedosos proyectos de hidrocarburos que cursan en la Asamblea Nacional, aunque éstos esten adobados, además con la euforia y salivación pavloviana que desatan las perspectivas de un negocio en baratillo. Los mismo me brindan la oportunidad de continuar desmontando las bases antinacionales de las reiteradas búsquedas del Santo Grial neoliberal Harvard-Rice-CEDICE.


En efecto, en trabajos anteriores me he referido a las brillantes oportunidades que las trágicas circunstancias que viven nuestra economía y su industria petrolera ofrecen a los más avispados aprovechadores de los males generales.


En los mismos intenté hacer evidentes los propósitos de privatizar el patrimonio público, los cuales se esconden tras las modernísimas propuestas generadas desde los centros de pensamiento neoliberal norteamericano, voceadas desde hace décadas por sus sucursales nativas, y materializada en programas de gobiernos y proyectos de Ley que prometen resolver el desastre actual de nuestra industria por la vía de la amputación.


“Agencia Venezolana de Hidrocarburos marca A.C.M.E.” y “La oportunidad la pintan calva”, “Venezuela en la tercera década: Cerco y aniquilación”, fueron algunos de esos títulos, a los cuales me permito referir al lector, porque mi actual argumentación se fundamenta en los hechos analizados en ellos. 

https://petroleovenezolano.blogspot.com/2019/05/la-oportunidad-la-pintan-calva-para-la.html#.XrhavqhKjIA

https://petroleovenezolano.blogspot.com/2019/07/el-cartero-siempre-llama-dos-veces.html#.XrhcLKhKjIA

https://petroleovenezolano.blogspot.com/2019/11/agencia-venezolana-de-hidrocarburos.html#.XrhezKhKjIA (En este trabajo se encuentran, en avance, argumentos que ahora vuelvo a esgrimir, con nuevos elementos, contra esta arremetida privatizadora)

https://petroleovenezolano.blogspot.com/2020/02/petroleo-venezolano-en-la-tercera-decada.html#.Xr2AKmhKjIAhttps://www.aporrea.org/energia/a286838.html

Todos estos, y otros trabajos sobre el mismo tema, se encuentran también en:

https://www.aporrea.org/autores/mendoza.potella

Ahora, en momentos en los cuales la tragedia se agudiza, cuando incluso se “filtran” del propio sector oficial versiones contemporizadoras con la desestatización y el abandono de capacidades de control y fiscalización, cursa en la Comisión Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional, una versión recién afeitada, bien vestida y adornada de proclamas de reconocimiento del orden constitucional vigente, del adefesio jurídico introducido el año pasado por el Partido Voluntad Popular.


Ese proyecto inicial, pleno de desconocimiento jurídico y técnico hubo de ser rechazado por la propia Comisión, pese a la evidente simpatía que sus propósitos generaban entre sus miembros.


Sin embargo, y según recientes declaraciones de su proponente inicial, el Diputado Luis Stefanelli, el mismo ha sido reintroducido con mejoras y ahora serán dos los proyectos de Ley de desnacionalización en curso en dicha Comisión.

“El texto presentado por Luis Stefanelli a la comisión de energía de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, se produce después de que la estatal Petróleos de Venezuela propusiera su propia reestructuración y de que otro legislador opositor sometiera a consideración parlamentaria otra propuesta de reforma más modesta:

La propuesta de Stefanelli es similar a un proyecto presentado por los aliados de Guaidó a los ejecutivos petroleros durante una conferencia de la industria en Houston el año pasado y plantea reducir las regalías, permitiendo a las empresas privadas operar sus propios campos, en lugar de solo hacerlo en empresas conjuntas con PDVSA.”


Al antiguo proyecto Stefanelli, que ahora reintroduce, dediqué el año pasado el artículo “Ley Orgánica para la regulación del comercio de esclavos en Venezuela”.


https://petroleovenezolano.blogspot.com/2019/07/ley-organica-para-la-regulacion-del.html#.XrhbfqhKjIA

Tal era para mí el nivel de retroceso institucional que se promovía y se sigue promoviendo.

Ahora, en la “versión diferente”, el proyecto de otro sector político de la Asamblea Nacional proclama, en un intento de lavarse las manos, su reconocimiento al carácter inalienable de los yacimientos de hidrocarburos:


“Artículo 3. Los yacimientos de hidrocarburos existentes en el territorio nacional, cualquiera sea su naturaleza, incluidos aquellos que se encuentran bajo el lecho del mar territorial, en la plataforma continental, en la zona económica exclusiva y dentro de las fronteras nacionales, pertenecen a la República y son bienes del dominio público, por lo tanto inalienables e imprescriptibles.”

Pero simultáneamente, y en todo su articulado, omite mencionar la reserva al Estado que establece la Constitución Nacional vigente, tal como lo recoge la actual Ley de Hidrocarburos:



“Artículo 9Las actividades relativas a la exploración en busca de yacimientos de los hidrocarburos comprendidos en esta Ley, a la extracción de ellos en estado natural, a su recolección, transporte y almacenamiento iniciales, se denominan actividades primarias a los efectos de esta Ley. De conformidad con lo previsto en el artículo 302 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, las actividades primarias indicadas, así como las relativas a las obras que su manejo requiera, quedan reservadas al Estado en los términos establecidos en esta Ley.”
Ya esta omisión hace inconstitucional y por ello absolutamente nulo el proyecto en cuestión.

Pero si revisamos el cuerpo de esta propuesta de Ley, podremos percibir que ella está encaminada a la pulverización minuciosa de todo el ordenamiento jurídico nacional en materia de hidrocarburos, construido arduamente durante más de 100 años, al punto se hacernos retroceder a tiempos anteriores a la Ley de Minas promulgada por Cipriano Casto en 1904. Sin mencionar los retrocesos respecto a todas las leyes de Hidrocarburos desde 1920 hasta el presente.


Como ejemplo de abreboca, tenemos una vuelta al régimen concesionario que concluyó en 1976, con una nueva figura de contratos que duran 35 años prorrogables 10, vale decir 5 años más que la duración establecida para las concesiones en 1943.
Claro, todo se hace en nombre de la modernización, en nombre de la adaptación a los nuevos tiempos de una legislación añeja, caduca. Con esa percepción de la historia como estampitas viejas del pasado, se lleva en los cachos a todos los instrumentos legales y constitucionales laboriosa y arduamente conquistados durante todo el Siglo XX para sostener la soberanía nacional sobre los recursos mineros. Soberanía que también le huele muy vieja a estos modernos proyectistas, porque está fundada en la legislación absolutista española del Siglo XV, transferida por Simón Bolívar en 1829 a aquélla República de Colombia que para entonces integrábamos.


A este proyecto no dudamos en calificarlo de desnacionalizador, porque se escuda en una simple “desestatización”, pero con efectos liquidadores del patrimonio nacional inalienable al que se refiere en su tercer artículo.


Todos sus otros artículos, apartes, vericuetos y considerandos, conforman un conjunto de medidas para desmontar los instrumentos de la política petrolera nacional, leyes, reglamentos e instituciones, comenzando por el Ministerio “del ramo” convertido en mudo testigo santificador, con funciones protocolares y la propia PDVSA, a la cual se reduce al papel de una operadora más, que tendrá que participar en las licitaciones que disponga el nuevo ente supremo, una esperpéntica Agencia Venezolana de Hidrocarburos autónoma, descentralizada y con poderes inusitados para negociar con los inversionistas extranjeros niveles de regalías, impuestos y condiciones contractuales, con mínima injerencia de los poderes públicos nacionales.


Las innovaciones antinacionales de este nuevo proyecto son incontables, “una visión competitiva, moderna, audaz y sobre todo desprejuiciada”. ¡Sobre todo desprejuiciada! Considerando que la soberanía y la defensa del patrimonio nacional son meros prejuicios.

Su sola enumeración, adornada, como ya referí, de infinitos cantos de sirena, es suficiente para darnos una idea de sus propósitos:

“Una innovación importante... es la remoción de cualquier limitante legal para ejercer las actividades de Exploración y Producción de hidrocarburos, mediante la eliminación de la participación obligatoria del Estado en dichas actividades. De igual forma, las actividades aguas abajo, incluyendo el transporte, refinación y comercialización de hidrocarburos, puede ser realizadas indistintamente tanto por empresas estatales como privadas”.
Una ratificación, por si hacía falta de la eliminación de la reserva al Estado de las actividades primarias en materia de hidrocarburos y, por tanto, de su inconstitucionalidad.
Desde luego, para poder hacer esto hay que derogar, además de la actual Constitución, la Ley de Hidrocarburos vigente y todos los demás instrumentos legales y reglamentarios que obstaculicen tales propósitos,
Veamos pues, en detalle, algunos de los términos fundamentales de este moderno Frankestein:
El instrumento central de este proyecto, el bulldozer que recogerá todos los escombros de la institucionalidad venezolana en materia de hidrocarburos, previamente derogada y desmantelada, es la Agencia Venezolana de Hidrocarburos, institución similar a la que ye se ha logrado establecer en Colombia, México y Brasil y sobre cuyo dudoso desempeño en el vecino país me referí en un trabajo anterior, al comentar la ruinosa inversión hecha por Ecopetrol, bajo el paraguas de su “Agencia” y completamente perdida hoy, por 1.500 millones de dólares del patrimonio nacional colombiano en Oxy, la Occidental Petroleum Corp., con el propósito de “experimentar” en la Cuenca Pérmica norteamericana el proceso de fracturación hidráulica (fracking), expresamente prohibido en ese país por su máxima instancia judicial:


https://petroleovenezolano.blogspot.com/2019/09/ecopetrol-fracking-y-mitocracia.html#.XrjI3ahKjIA

Concebida como un ente autónomo, adscrito formalmente al Ministerio “del ramo”, nuestra AVH contará con un directorio propio de cinco miembros, dentro de los cuales estarán el Ministro “del ramo” y el de Planificación, cuyo Presidente será uno de los tres “miembros independientes” (¿independientes de quién?, comenta un jurista amigo), que serán designados por el Presidente de la República, tal como reza el artículo 56 del Proyecto:

“Los Directores independientes serán designados por un plazo de cinco años. Los Directores Independientes podrán ser designados por un período adicional de igual duración. Su reelección depende sólo del Ejecutivo Nacional.”
El su Artículo 58, que establece las restricciones encaminadas a “…eliminar cualquier conflicto de interés… de forma que promueva la libre y justa competencia en el sector de hidrocarburos”, incluye entre esas disposiciones, que…

“El Ministro(a) con competencia del ramo hidrocarburos o su delegado (a) y el Ministro(a) con competencia en materia de Planificación o su delegado(a) no podrán ocupar el cargo de Presidente de la Agencia Venezolana de Hidrocarburos ni el de Presidente o miembro del Directorio de Petróleos de Venezula S.A. (PDVSA), sus filiales o cualquier otra empresa del Estado.
¡En nombre de la libre y justa competencia! Válgame Dios. 

En el más monopólico de los mercados del mundo, y en momentos en los cuales contemplamos a Donald Trump convirtiéndose de repente en una especie Secretario General Extraordinario de la OPEP para obligar a otros países a recortar su producción petrolera en resguardo del libre mercado texano y amenazando a Arabia Saudita con despojarla de su escudo misilístico si no cumple con sus exigencias, cuando todos los grandes Estados pugnan por imponer sus intereses particulares, la Asamblea Nacional promueve la minimización del papel del Estado-Nación venezolano en la administración de sus recursos de hidrocarburos.
Como en otras incidencias de este “Contrato”, aquí se bloquea expresamente cualquier intervención o fisgoneo de otras instancias públicas, en los negocios de la AVH con sus “asignatarios”.

Se trata de forjar una aristocracia petrolera para-estatal, lo más autónoma posible de los poderes públicos, privilegiando la estabilidad, la competitividad y el estrechamiento de los vínculos subalternos con los socios privados, principalmente extranjeros.

Como se puede observar en sus disposiciones, el “Ministro del Ramo” será un miembro raso y prescindible del Directorio, con un voto entre 5, de ese ente autónomo adscrito a su Ministerio, pero que toma decisiones por mayoría de 3 con la única presencia obligatoria de su Presidente-independiente, sobre temas que hasta ahora han sido materia de interés público y competencia ministerial, razones por las cuales deben ser objeto de supervisión por los poderes públicos y sus órganos de control y fiscalización política y administrativa.
Una joya post-moderna propia de estos nuevos legisladores expertos en la Common Law, pero desconocedores de la estructura ancestral de nuestra juridicidad. (Como ya se sabe, lo ancestral es una naftalínica rémora)
Esta Agencia, tendrá las atribuciones de “regular, supervisar y administrar todas las operaciones de hidrocarburos que se realicen en el país, independientemente que estas sean ejecutadas por empresas del Estado o privadas…”
Y se le dotará de “poderes para agilizar los procesos de selección y adjudicación de Contratos de Exploración y Producción de hidrocarburos”
En 21 apartados del Articulo 53 del Proyecto de marras están esparcidas todas las atribuciones de las cuales será dotada ésta, Súper Agencia Autónoma:

Comienza ritualmente con “apoyar” al Ministerio competente en la formulación de la política gubernamental en materia de hidrocarburos y continúa con las disposiciones que fundamentan su poder omnímodo.


Veámoslo en una enumeración propia no exhaustiva:
- Elaborar términos y condiciones para adjudicar el derecho a realizar las actividades que rige esta Ley.- Celebrar Contratos de Exploración y Producción, a través de adjudicaciones directas y procesos competitivos, incluyendo el de oferta permanente- Consolidar y divulgar la información sobre reservas de hidrocarburos- Otorgar autorizaciones para la realización de actividades de refinación, comercialización, transporte y distribución.- Otorgar –redundando, por si se olvida algo- autorizaciones para realizar actividades regidas por esta Ley, analizar propuestas de los solicitantes y evaluar capacidades técnicas y financieras.- Inspeccionar y supervisar las actividades reguladas- Fiscalizar calcular y recaudar las regalías y ventajas especiales- Promover y supervisar el desarrollo de las actividades de transporte, almacenamiento, distribución y comercialización de hidrocarburos.- Establecer criterios para los cálculos de las tarifas de transporte de los oleoductos y poliductos y establecer los valores en caso de haber acuerdo entre las partes- Sustanciar y decidir procedimientos sancionatorios.- Dictar normas técnicas- Dictar su reglamento interno.- Crear y administrar la taquilla única que permita la gestión centralizada de todos los trámites administrativos- Realizar los estudios y análisis de los mercados- Proponer al Ejecutivo exoneraciones fiscales temporales para, la atracción de las inversiones.- Crear, coordinar, mantener y administrar el Banco Nacional de Información de Hidrocarburos.
Es decir, todas las atribuciones ejecutivas del actual Ministerio de Petróleo más otras que le delega, dispendiosamente, la propia Asamblea Nacional.

Para que la AVH pueda asumir estos poderes se programa una escabechina original, la “Ronda Cero”, donde el Ministerio de Petróleo o Hidrocarburos es despojado de todas sus atribuciones ejecutivas, de fiscalización y control, amén del control de toda la información geológica y de cualquier otro orden técnico que acumule sobre los yacimientos venezolanos y, por su parte, PDVSA renuncia a la mayoría de los campos bajo su control y es convertida en una operadora más.

“Bajo el nuevo arreglo institucional se llevará a cabo la ‘Ronda Cero’ por parte de la Agencia Venezolana de Hidrocarburos. La ‘Ronda Cero’ busca reordenar las actividades de exploración y producción de hidrocarburos al traspasar los activos hidrocarburíferos, incluyendo áreas, campos, bienes y facilidades relacionadas con las mencionadas actividades, entre otros, del Ministerio del ramo de los hidrocarburos y aquellos que Petróleos de Venezuela S.A. y sus Filiales no se reserven para sí misma, a la Agencia Venezolana de Hidrocarburos para su control, supervisión y administración.”
Textualmente, a partir de esa “Ronda” de caída y mesa limpia, el Ministerio “del ramo” será convertido en un ente vacío con meras atribuciones protocolares, de representación diplomática y un premio de consolación, el control de mercado interno de los hidrocarburos:

“… el Ministerio con competencia en el ramo de los hidrocarburos ejercerá:
a) La representación de la República ante los organismos internacionales.b) La titularidad en representación del estado (sic) como accionista Petróleos de Venezuela S.A. o el ente que ejerza sus funciones.c) La formulación de las políticas petroleras del estado (sic)d) La función de planificación a que se refiere este artículo con el apoyo técnico de la Agencia Venezolana de Hidrocarburos y en concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo.e) Regulación, fiscalización y administración del mercado interno de productos derivados de los hidrocarburos.
PDVSA, por su parte, se convertirá en una operadora más, sujeta a las disposiciones de la AVH, como se desprende del texto citado y del proceso de asignación y contratación de actividades de exploración y producción.
En cuanto al proceso de desarrollo de la industria de los hidrocarburos en Venezuela, este proyecto establece en su artículo 13 lo siguiente:

“Las actividades de Exploración y Producción serán realizadas mediante Contratos de Exploración de Hidrocarburos líquidos y gaseosos, asociados y no asociados. A tales fines, se podrán celebrar contratos de licencia, de producción o utilidad compartida, de servicios, de asociación y cualquier otra modalidad contractual que permita el mejor aprovechamiento de los hidrocarburos y el máximo beneficio al Estado…
Las modalidades inherentes a dichos Contratos son facultativas de la Agencia Venezolana de Hidrocarburos…”
Esos contratos, elaborados por la AVH de consuno con los futuros “asignatarios”, deberán será aprobados por la Asamblea Nacional, quien tendrá 30 días para emitir su veredicto y, de no hacerlo en ese lapso, el contrato será aprobado por el Ejecutivo en Consejo de Ministros.

Desde luego, esta es la agilidad requerida para cerrar el paso a los redomados estatistas que opongan objeciones. Juzgue usted mismo:

“Artículo 20. La Asamblea Nacional, deberá aprobar mediante Acuerdo los Términos y Condiciones del proceso de selección respectivo así propuestos por la Agencia Venezolana de Hidrocarburos. El Modelo de Contrato del proceso de selección respectivo… también deberá ser aprobado por la Asamblea Nacional.El Acuerdo… deberá contener la aprobación expresa de la Asamblea Nacional a la Agencia Venezolana de Hidrocarburos para celebrar los contratos…"
Y entonces aparece el Parágrafo único que pone cerco a las deliberaciones de la Asamblea Nacional. Muy sintomático, por cierto, que sea ese mismo organismo el que proponga semejante emasculación de sus facultades:
Se establece un plazo máximo de treinta (30) días hábiles a partir del momento de ser recibido oficialmente por la Asamblea Nacional los recaudos correspondientes para que emita su decisión, a partir del cual en caso de no haber respuesta queda facultado el ejecutivo Nacional para proceder a tramitar su aprobación en Consejo de Ministros.
En los usos legales, una “no respuesta” en el lapso establecido se denomina “silencio administrativo” y es interpretado generalmente como una negativa de la solicitud. Ello debería ser así, sobre todo teniendo en cuenta la condición de Poder Público deliberante y soberano de la Asamblea Nacional.
Por el contrario, en este proyecto se asume que, en el caso de estos sacrosantos contratos, el silencio administrativo no puede ser negativo, porque ofende la majestad de la AVH. Esta es una de tantas evidencias de la inversión de valores que se materializa en este proyecto.
Para rematar la faena, el Artículo 21 establece la posibilidad de modificar los contratos sin aprobación de otra instancia ejecutiva o legislativa:

“Cualquier modificación al Contrato de Exploración y Producción acordada entre la Asignataria y la Agencia Venezolana de Hidrocarburos se regirá por los términos establecidos en el contrato.”
La Agencia, “desprejuiciada” autora de los términos del contrato, conoce los vericluetos para su soberana modificación “competitiva” a posteriori.
Pero estas figuras contractuales, que puede ser modificada a voluntad por la AVH en acuerdo con los asignatarios y sin intervención de los poderes públicos nacionales configuran un retroceso en los derechos soberanos de la Nación, incuso respecto al antiguo régimen concesionario.
Las concesiones eran, precisamente, otorgadas por el Estado, con unas condiciones definidas por él y no negociadas con cada concesionario.
Sus condiciones podían, y de hecho lo fueron, modificadas por decisiones soberanas del Estado. Tal como sucedió en varias oportunidades al proclamar modificaciones parciales, por ejemplo, del régimen tributario aplicable, incrementando los niveles del Impuesto sobre la Renta y las Regalías, al percibir, en cada oportunidad en que ello sucedió, la desproporción real en favor de las concesionarias que producían las constantes manipulaciones de costos y precios que ellas generaban con su control absoluto del mercado petrolero. Esas modificaciones no pudieron ser nunca apeladas ante ningún tribunal internacional. Sólo les quedaba una opción, promover golpes de Estado, tal como hicieron en 1948 e intentaron en otras.
En las siguientes 18 cláusulas del artículo 24 se establecen otras condiciones de los contratos de exploración y producción dignas de comentar. La primera de ellas es la innovación a que hacíamos referencia antes:

“La duración del contrato no podrá exceder treinta y cinco (35) años, prorrogable por un lapso no mayor de diez (10) años.
Aunque apelar a la tradición legal es un sinónimo de decrepitud argumental, debo señalar que en ninguna época de nuestra historia petrolera se había asignado una concesión o contrato por más de 40 años.
Cuarenta años éstos que fueron el resultado de una criticada extensión otorgada por el Gobierno de Isaías Medina Angarita en medio de una ardua negociación con las grandes corporaciones concesionarias y la mediación del Departamento de Estado norteamericano, en plena Segunda Guerra Mundial, donde aquéllas reconocieron la soberanía impositiva del Estado venezolano y se avinieron al pago de Impuesto Sobre la Renta, que no existía, a cambio de esta graciosa extensión de sus concesiones al borde de la caducidad.
Pero estos nuevos 45 años son la expresión más clara de la voluntad entreguista, de las garantías de “estabilidad” que se ofrecen al “asignatario”, amén de la rentabilidad y competitividad aseguradas por las otras cláusulas.
Aquí cabe señalar una grave omisión: La referida al destino de los activos utilizados para ejercer el contrato en cuestión, al cabo de esos graciosos 45 años.
En la Ley de Hidrocarburos de 1943 y siguientes, antes de la reversión, anticipada existió una cláusula que disponía que al cabo de los 40 años, la concesión revertiría.
En 1973, la Ley sobre Bienes Afectos a Reversión estableció lo que revertiría: todos los activos adquiridos por la concesionaria para el ejercicio de esa condición.
En la Ley de Hidrocarburos vigente, en su Artículo 34, numeral 3, literal a) queda establecido que

Las tierras y obras permanentes, incluyendo las instalaciones, accesorios y equipos que formen parte integrante de ellas, cualesquiera otros bienes adquiridos con destino a la realización de dichas actividades, sea cual fuere su naturaleza o título de adquisición, deberán ser conservados en buen estado para ser entregados en propiedad a la República, libre de gravámenes y sin indemnización alguna, al extinguirse por cualquier causa los derechos otorgados, de manera que se garantice la posibilidad de continuar las actividades, si fuere el caso, o su cesación con el menor daño económico y ambiental.
En este proyecto no hay nada, ni siquiera sugerido, sobre la materia. ¿Qué pasará dentro de 45 años? ¿El contrato termina y cada quien recoge sus bártulos?

La respuesta de los proyectistas parece ser la de J.M. Keynes: “En el largo plazo todos estaremos muertos”. Es decir, la irresponsabilidad sobre la consecuencia de sus actos, tan criticada por Pérez Alfonzo: “El que venga atrás que arree”.
La cuarta condición que debe contener el contrato es una muestra extrema de la dejación de soberanía y atribuciones constitucionales en las que incurriría la Asamblea Nacional al aprobar este proyecto:

“La participación del Estado en la producción o utilidad del contrato (cuando aplique), la fórmula para la determinación de la regalía, según la modalidad del contrato, y cualquier otra ventaja especial a ser recibida por el Estado conforme a lo determinado en los términos y condiciones del procedimiento competitivo o adjudicación directa, según sea el caso.”
En otras palabras: La participación del Estado en la explotación de los hidrocarburos no será establecida legalmente, será algo pactado contractualmente por la AVH con el “asignatario”, la fórmula para la determinación de la regalía será establecida en cada contrato y es considerada aquí como una más dentro de las “ventajas especiales” recibidas por el Estado. Más voluntad competitiva imposible.
El décimo artículo es una joya de inconstitucionalidad y mala redacción:


“Cláusula de arbitraje si así fuere convenida en el contrato a suscribir en el entendido que cualquier controversia que surja de los contratos o en relación a los mismos será resuelta definitivamente mediante arbitraje –incluyendo el arbitraje internacional- conforme a lo acordado por las partes en el respectivo contrato, todo ello dejando a salvo los Tratados aplicables.
Los “asignatarios” extranjeros tienen la potestad de acudir al arbitraje internacional por “cualquier controversia” violando el Artículo 151 de la Constitución Nacional vigente que reza:
“En los contratos de interés público, si no fuere improcedente de acuerdo con la naturaleza de los mismos, se considerará incorporada, aun cuando no estuviere expresa una cláusula según la cual las dudas y controversias que puedan suscitarse sobre dichos contratos y que no llegaren a ser resueltas amigablemente por las partes contratantes, serán decididas por los tribunales competentes de la República, de conformidad con sus leyes, sin que por ningún motivo ni causa puedan dar origen a reclamaciones extranjeras”

Esta explícita disposición, denominada Cláusula Calvo en honor al jurista argentino Carlos Calvo, a quien se atribuye la formulación original, está contenida en todas las constituciones nacionales venezolanas desde 1893, en tiempos de Joaquín Crespo, y con modificaciones, hasta la actual de 1999, que transcribimos.
La cláusula Calvo fue incorporada en las cartas magnas de los países de América Latina, justamente en tiempo en los que las acechanzas anglo-norteamericanas amenazaban su soberanía. En particular ella fue elemento central durante al bloqueo aplicado a México en 1938, a raíz de la nacionalización del petróleo proclamada por Lázaro Cárdenas.
En la Ley de Hidrocarburos vigente, en el ya citado artículo 34, numeral 3, pero esta vez en el literal b) y con el matiz de admitir el arbitraje en los casos permitidos por la ley, se expresa de la siguiente manera:

"Las dudas y controversias de cualquier naturaleza que puedan suscitarse con motivo de la realización de actividades y que no puedan ser resueltas amigablemente por las partes, incluido el arbitraje en los casos permitidos por la ley que rige la materia, serán decididas por los Tribunales competentes de la República, de conformidad con sus leyes, sin que por ningún motivo ni causa puedan dar origen a reclamaciones extranjeras."
Nuevamente, conocemos los argumentos contrarios: una antigualla de los tiempos de la pre-globalización. Quienes la sostienen no se han enterado que el Muro de Berlín ya no existe. Pero lo cierto del caso, reiteramos, es que esta disposición hace nulo, por si faltara otra causal de inconstitucionalidad, al proyecto in comento.
Con lo anterior sería suficiente para cesar la argumentación, pero veamos otros detalles gruesos:
En su artículo 29, el proyecto establece el derecho del Estado a percibir una regalía disminuida respecto al porcentaje dispuesto en la vigente Ley, y la coloca en un 16,67%, pudiendo ser reducida hasta un 5%, respondiendo a “la maximización del beneficio para la nación l(SIC), así como para mantener la competitividad necesaria para atraer inversiones”.


La ley vigente establece la regalía en un 30%, con la posibilidad de rebajarla hasta un 20%.

Entendiendo que rebajar la regalía sirva para atraer inversiones privadas y que puede ser materia de consideración, dadas las pésimas condiciones actuales de la industria, es justo preguntar cómo una rebaja puede maximizar el beneficio para la Nación, (con N mayúscula, por cierto)
En su segundo apartado, este Artículo otorga a la AVH la potestad de ejercer los ajustes variables en los contratos que ya comentamos, cuando así lo considere conveniente y basados en cualquier fórmula que ella determine. Plena soberanía AVH.

Habiendo presentado mis consideraciones sobre los aspectos más resaltantes, a mi manera de ver, de este proyecto de Ley, sin considerar aspectos tales como la apertura total de las actividades de refinación, distribución comercialización, y el establecimiento regalías de 1% para la explotación de los hidrocarburos gasíferas, debo concluir afirmando que, el nivel de daños estructurales y permanentes a la Nación que su aprobación comportaría, amén de su abierta inconstitucionalidad, ameritan el rechazo más contundente.
Debo aclarar, finalmente, que la relación de consideraciones negativas sobre el proyecto en cuestión han sido expuestas con la conciencia de que las hago desde una posición de no especialista en materia legal, dejando a salvo mejores y más circunstanciados enfoques del problema, que sinceramente espero que aparezcan
Independientemente de ideologías y parcialidades políticas, por la sola condición de venezolanos, la responsabilidad es de todos.
En nombre de la presente y futuras generaciones, tenemos la obligación de preservar la integridad de una herencia ancestral, inalienable patrimonio nacional, cuyo valor futuro no puede ser tasado arbitrariamente por la ambición desmedida de grupos de guapos y apoyados que promueven el reparto ya, de esa propiedad pública, entre los ciudadanos “vivos” del presente.

CMP/15/5/20204






domingo, 19 de abril de 2020

Entrevista de Emiliano Tovar Mantovani

Carlos Mendoza Pottellá: La Venezuela petrolera que conocimos en los últimos 100 años se acabó


http://www.ecopoliticavenezuela.org/2020/04/16/entrevista-con-carlos-mendoza-pottella-la-venezuela-petrolera-que-conocimos-en-los-ultimos-100-anos-se-acabo/

En el marco de una profunda discusión que se ha estado llevando a cabo en distintos sectores del país sobre el estado actual de la industria petrolera venezolana, los rumores e indicadores de una posible privatización de la misma, y la admisión oficial de la rentabilidad nula de la producción petrolera del país, planteamos esta conversación entre el economista y experto petrolero Carlos Mendoza Potella y el investigador del OEP Emiliano Teran Mantovani sobre las causas estructurales e históricas que han provocado esta grave crisis de producción petrolera en Venezuela, los aspectos sociopolíticos involucrados en la misma y cuáles son las posibilidades de pensar en una Venezuela postpetrolera.   
Emiliano Teran Mantovani entrevista  para el Observatorio de Ecología Política de Venezuela a Carlos Mendoza Pottellá
El colapso de la industria petrolera: sus antecedentes
Emiliano Terán Mantovani (ETM)¿Cómo la industria petrolera llegó hasta acá?
Carlos Mendoza Potella (CMP): Ese es un mal ancestral desde la nacionalización petrolera, que fue una nacionalización impuesta por las compañías que iban a ser nacionalizadas, y diseñaron un modelo de gestión que garantizara que sus intereses serían respetados, y que su participación en el negocio petrolero venezolano seguiría. Eso determinó incluso de esas circunstancias, de que cada una de las antiguas concesionarias fundara ella misma antes del decreto nacionalizador definitivo a su operadora que la iba a sustituir. De esa manera insertaron en la industria petrolera nacionalizada a sus antiguos gerentes, que se comenzaron a convertir en una casta gerencial, precisamente basada en su experiencia, en su larga trayectoria como gerentes de las trasnacionales, olvidando la diferencia de intereses entre una corporación que tenía que estar vinculada al interés nacional y una compañía fundamentada en los intereses de su casa matriz. Esto dio inicio a una dicotomía, y comenzó a funcionar en el seno de la industria petrolera “estatizada” un ente generador de políticas anti-estatales. Eso se comenzó a manifestar prácticamente desde el principio con presupuestos inflados, compras exageradas, planificaciones de proyectos inviables. En 1980 se planteó el primer mega proyecto de la Faja, que Francisco Mieres denominó como el mega disparate de PDVSA. Una inversión de 100 mil millones de dólares desde el 80 al 2000, basada en que los precios del petróleo venían subiendo exponencialmente, de un histórico de 2$ a 34$ en un lapso de diez años y las expectativas eran que en el año 2000 el precio iba a estar en 50$.
Entre esas expectativas se hacían rentables ya entonces las acumulaciones que se sabía que existían en la Faja del Orinoco y por eso se inició un gigantesco plan de perforaciones, se hicieron gastos gigantescos entre el año ’78 y el ’83, que luego fueron pasados directamente a pérdidas de Lagoven, Meneven y Corpoven, porque los precios del petróleo que venían en escalada de 2$ a 34$, cayeron de repente de 34$ a 29$  y no dejaron de caer hasta el año ’99 que llegaron hasta 7$ por barril.
En esas condiciones, esa inversión inicial que se hizo entre el año ’78 y ’83 murió, quedó allí, y pasó a pérdidas simplemente y se acabó varios centenares de pozos que fueron perforados. Surgió, como una montaña que pare un ratón, la orimulsión; una cosa muy pequeña ahí, que luego desapareció, pero el mega proyecto productivo que íbamos a producir entre 4 a 7 millones de barriles de petróleo diarios en el año 2000 murió ahí. En los años noventa renace de nuevo esa expectativa.
Esta sería entonces la primera cuestión: el mega disparate de PDVSA. Luego viene entonces la Apertura Petrolera, que fue simplemente el replanteamiento de que a partir del año ’94, en particular por Bernard Mommer, Ramón Espinaza, asesores de Giusti, que en ese momento plantearon que íbamos a producir 4 millones de barriles diarios en el 2000. Y se comenzaron esos planes de expansión, que también murieron. Los precios en el año ’99 estaban en 5$. Viene el acuerdo en el marco de la OPEP, incluso estimulado por los propios productores internos norteamericanos y por el Secretario de Energía estadounidense Bill Richardson, y hay un conjunto de reuniones entre Noruega, México, Arabia Saudita, que rodean a Venezuela y la convencen. Lo cierto del caso es que se producen unos acuerdos que recortan la producción y comienza la escalada de los precios.
El Presidente Chávez se encuentra con esa realidad, que potencia con la convocatoria de la cumbre de la OPEP, y los precios comienzan a subir de nuevo y terminan en el 2003-2004 en 40$.
ETM: Los detractores dirían sin embargo que la empresa petrolera se mantenía con un alto nivel de eficiencia y funcionaba, mientras que ahora está hecha pedazos. ¿Cómo llegamos hasta aquí?
CMP: No se puede decir que hay un alto nivel de eficiencia, cuando se realizan inversiones que no van a dar ningún resultado, cuando pasas a pérdida montos que ya no importaba, porque había un margen muy amplio que permitía que no se notara que estaba comenzando ya en ese momento un proceso de desmoronamiento. Es decir, cuando algo se comienza a desmoronar desde las alturas elevadas de más de 3 millones de barriles diarios – Venezuela producía en 1970  3.700.000 barriles diarios de petróleo, lo que no fue un logro de la meritocracia, sino de las compañías petroleras que hasta ahí puede comenzar a pensarse que está la génesis de la debacle actual. Entre 1960 y 1970, en respuesta a la política de no más concesiones de Pérez Alfonso, sabiendo que ellas se tenían que ir en el ’83, ellas arrancaron un proceso de súper-explotación, violando las normas técnicas y provocando el agotamiento acelerado de los yacimientos, y llegando a producir en el año ’71, 3.7 millones de barriles diarios, que Pérez Alfonso dijo en ese momento “Este es el pico que no volveremos a alcanzar y nos van a agarrar en la bajaita”. Y así sucedió. Del año ’71 al ’86 la producción petrolera venezolana cayó de 3 millones a 1.6 – 2 millones, estando en el medio la nacionalización, porque las compañías veían que venía una declinación y ellas no estaban dispuestas a hacer las inversiones para contenerla, porque no había mercado en ese momento, no había perspectiva rentable de hacer una nueva inversión porque se tenían que ir en el año ’83. Ellas no iban a hacer inversiones que iban a comenzar a ser rentables a finales de los setenta o en los ochenta, teniendo que irse del país en el ’83.
«Fuimos hipnotizados por la fiebre del oro»
La ruta del colapso en el proceso bolivariano
ETM: ¿Qué ocurrió entonces entre el primer Chávez que anunciaba entre el 99 y 2000 que la producción debía mantenerse congelada o hasta reducirse y luego de repente aparece el expansionismo petrolero de la Venezuela Potencia Energetica Mundial?
CMP: Al llegar la Cumbre OPEP, los precios subieron, alcanzando los 40$ y renacieron entonces los sueños expansivos. Los mismos gestores de la apertura petrolera, desde el punto de vista de las asesorías, en particular Bernard Mommer es el nuevo proponente en la era chavista de la expansión.
ETM: ¿No le parece que era suicida, con los análisis previos que habían hecho uds en las décadas anteriores, y previendo las consecuencias que tendría, que ud mismo ha señalado que el colapso habría iniciado en los 70, lo que implicaría que ya estaba mermando la producción petrolera, con lo que en el 2000 estaría la misma Venezuela petrolera pero más débil, más golpeada, y con todo el efecto de la enfermedad holandesa?
CMP: No sería la enfermedad holandesa, sería la industria misma, la que estaba ya en declive. Era suicida para Venezuela, pero no para las trasnacionales
ETM: La llegada del proceso bolivariano no suponía un modelo fundamentalmente nacionalista?
CMP: Pero fueron convencidos que el nacionalismo significaba aprovechar los altos precios para expandirse y para conquistar mercados. Fuimos hipnotizados por la fiebre del oro, bajo la noción que comenzaba a colarse de que teníamos las reservas petroleras más grandes del mundo, olvidando que eran crudos extra pesados que no son reservas como tal, porque no son rentablemente explotables en este momento, sino recursos que algún día podrían ser recuperables si el precio llega a 150 o a 180$ hoy en día, lo que significa que no son reservas económicamente explotables.
ETM: Se siente cierta impotencia, porque se advirtió por mucho tiempo, se explicó las consecuencias terribles para un país con tanta dependencia del petróleo como Venezuela, muy poco diversificada, lo que haría del bombazo de caída un golpe muy duro, entonces ¿qué piensa Ud que pasó? El Chávez candidato y el Chávez de los primeros años revelaba que se estudió la cuestión petrolera, se ve que lo había leído, y citaba uno y otro autor.
CMP: Pero fue convencido por la labia e ilusionismo, en particular de Bernard Mommer, y en eso la complicidad de Rafael Ramírez no es extraña, quien lo puso de viceministro y se alió con él, siendo que el padre de Ramírez fue uno de los primeros denunciantes de algunos de esos proyectos destructivos para la nación, como la internacionalización. Ramírez en cambio se lanzó por el camino de Mommer y en el 2005 comenzaron los mega proyectos, los disparates, la “siembra de pajaritos preñados” que anunciaban que íbamos a producir en el 2012, 5 millones de barriles de petróleo diarios. En el 2012 estábamos produciendo menos que en el 2005. Luego se anunciaba que en el 2015 o 2016 íbamos a producir 5 millones de barriles de petróleo diarios, y luego en el 2015 se anunciaba que en el 2019 íbamos a producir 7 millones de barriles de petróleo diarios. No hay una curva de aprendizaje de los golpes. Recurrentemente, fracasa un plan y lo comenzamos de nuevo. En algunos de mis artículos disponibles en el portal Aporrea puedes ver los gráficos que muestran cómo un plan no alcanzaba la producción anunciada y volvían a comenzarlo.
ETM: ¿Y por qué se le puso tanto porcentaje de la inversión entonces a la Faja del Orinoco y no a lo que ud había mencionado de la importancia de la recuperación secundaria de los pozos tradicionales?
CMP: Porque la recuperación secundaria de los pozos tradicionales podría ofrecer cuando más una estabilización de la producción en un nivel de entre 1.2 millones hasta 1.8 millones, o incluso forzándolo hasta 2 millones de barriles de petróleo diarios, lo que sería una meta ridícula para quien pretende producir 7 millones de barriles de petróleo diarios de la mayor acumulación de petróleo del mundo. Porque sí es cierto que es la mayor acumulación de petróleo individual en el mundo, pero no es explotable.
ETM: ¿Y qué piensa ud que querían ellos si llegaban realmente a alcanzar esa meta de 6 millones de barriles? Habiendo esa gran producción y esa renta copiosa, aunque a menor precio ¿Qué iban a hacer con esa acumulación de renta?
CMP: No sé realmente qué pensaban hacer ellos, porque lo que eso significaría es que seríamos importadores de todo, toda la vida. Jamás desarrollaríamos la agricultura, porque lo que decía Alberto Adriani en 1930, o sea lo que pasó entre el 20 y el 30, se reprodujo. Sí, llegaron inversiones, se hicieron gastos infraestructurales, se construyeron carreteras, vías, entre otras obras, pero ¿se produjo o se logró gestionar una capacidad productiva interna propia? No. Todo se fue en sedas y viajes a París. En aquel momento pues. Y en especulación inmobiliaria caraqueña. Eso no fue a la agricultura o a la ganadería, sino al basto. ¿Por qué? Eso lo estudiaron Peltzer y Maggiore en los años 40, y luego descubrieron nuestros economistas en los años 70 como la enfermedad holandesa. El tipo de cambio interno tiene una capacidad de compra externa mucho mayor y eso hace que nuestros factores de producción interno sean muy costosos. Entonces un automóvil, un Ford o un Chevrolet, producido en Venezuela es mucho más costoso que el mismo vehículo producido en EEUU. Para resolver eso hubo que imponer una tasa a las importaciones de automóviles de 2,5 ad valorem. O sea, si compras un carro en Miami y lo quieres traer a Venezuela tienes que pagar 2,5 veces su valor en los EEUU para que entre en Venezuela. Fue la única manera en que General Motors y Ford se pudieran instalar en Venezuela. Porque un automóvil fabricado en Venezuela costaba tres veces lo que costaba en EEUU. Y eso se podía hacer porque el petróleo le daba a Venezuela con qué comprar eso. Esa es la descripción llana de la maldición de los recursos, de la llamada enfermedad holandesa, porque es un proceso que le ocurrió a Holanda en los años 70 cuando descubrieron gas natural en las costas y esos ingresos se metieron a la colonia holandesa y destruyeron la capacidad, por ejemplo, de sus trasnacionales electrónicas. Holanda era una potencia, por ejemplo con la Phillips y otras compañías de radios, eran los inventores del cassette, y esa capacidad murió. La Phillips desapareció. Se la comieron encima Sony, Sanjio, y demás empresas norteamericanas electrónicas que vinieron después. Los economistas al estudiar ese caso acuñaron el término de enfermedad holandesa.
Pero resulta que Venezuela padece la enfermedad holandesa, antes de que esta fuese holandesa, desde 1920.
«Ninguno de los bandos políticos critica los fundamentos de los modelos expansivos monoproductores»
ETM: ¿Podemos llamarla entonces la enfermedad venezolana?
CMP: El periodista Jorge Olavarria, hablando con Pérez Alfonso, decía que no se trataba solamente de la enfermedad holandesa, o la enfermedad venezolana en este caso, sino que es la enfermedad que sufrieron España y Portugal cuando llegaron al siglo XX como países desarrollados, entonces podemos decir que es una enfermedad Potosí. Es la enfermedad del oro y la plata de América que sufren España y Portugal que reciben esos recursos, mientras otros países se desarrollan, como Francia, Holanda, Flandes, o Inglaterra; España y Portugal se dedican por su parte a comprar las mercaderías y las sedas, y los equipos que se producen en sus vecinos, pues tenían todo el oro y la plata de América toda para ellos.
ETM: El viejo rentismo. Pero uno piensa que esta enfermedad venezolana tiene una expresión cultural, porque en este momento el gobierno termina reproduciendo un viejo patrón, pero la propuesta de la otra acera, la de la oposición, era la propuesta gemela. Porque se peleaban por proyectos de país, pero el proyecto era muy parecido: subir la producción en la Faja del Orinoco, llegar a 6 millones de barriles de petróleo diarios. Capriles lo propuso, Leopoldo lo propuso, ahora Guaidó también. Hay un consenso.
CMP: La discusión entre el gobierno y la oposición es: “yo soy más capaz que tú de llevar la producción a 5 millones de barriles de petróleo diarios.” Ninguno de los dos critica los fundamentos de los modelos expansivos monoproductores.
ETM: Como país, parecemos estar encerrados no sólo en una estructura económica, sino también en un imaginario intelectual que no ha permitido ofrecer al país algo diferente a esto. Porque si asumiéramos la idea de que una izquierda radical, o una izquierda fuerte, asumió las riendas del país desde el año 99, en realidad su propuesta estructural no se diferenció de las anteriores y replicó un montón de cosas. Entonces, ¿Qué pasó ahí? ¿Cómo puede ser que aquí el pensamiento crítico sea también parte de este consenso? Que no haya una posibilidad de salida.
CMP: No. El pensamiento crítico siempre existió, pero siempre fue minoritario y siempre fue tratado como una cosa de locos. “¿Tú eres loco? ¿Cómo es eso que tú no quieres que haya un aumento del sueldo mínimo?”, por ejemplo, cuando Carlos Andrés Pérez, que se advirtió. ¿Qué pasó entonces? El último presupuesto de Caldera, en 1974-75 fue de 11mil millones de bolívares, el primer presupuesto de CAP fue de 44mil. Cuatro veces más. El sueldo mínimo pasó de 605 a 1300 bolívares mensuales. ¿Qué pasó inmediatamente? Todos los precios se cuadruplicaron y el sueldo mínimo nuevo, multiplicado, no cubría los costos. Es una dinámica que parece un torbellino.
ETM: ¿No le parece que China hizo algo similar a lo que hiciera los EEUU en su momento? China también contribuyó con esa lógica rentista al plantearle este esquema bilateral basado en los préstamos, fondos o créditos a cambio de petróleo. ¿No termina siendo, en un esquema un poco diferente, un elemento que ayuda a anclar a la Venezuela bolivariana en esta misma lógica rentista?
CMP: No había pensado en esa implicación del proceso. China lo que hace es garantizar una nueva ruta al petróleo venezolano, sabiendo precisamente que venía el proceso conflictivo con los EEUU. En un estudio realizado por una tesista a quien tutoreo, ella refleja cómo vienen cayendo las exportaciones de petróleo a los EEUU y subiendo las exportaciones a la India y a China, siendo mayor la cantidad a la primera.
ETM: Y nuestras importaciones de productos chinos crecen también. Así como ud bien decía, a cambio de esos 6 millones de barriles de petróleo aquí lo que vamos a convertirnos es en unos grandes importadores. En ese esquema de intercambios, terminamos siendo unos grandes importadores de productos chinos también. Había algunos elementos que se terminan replicando en el caso de China.
CMP: Mientras dispongas de unas riquezas que te propone, y eso lo que decía Adriani, una masa de dinero, que no tiene contraprestación en la capacidad productiva interna, eso se convierte automáticamente en capacidad de compra externa. Ta’ barato dame dos. Capacidad de compra externa total. Para darte el ejemplo que se daba ya en esos años, el pabellón nacional, la comida típica, las caraotas, entre 1960 y 1983, todas venían de China, de Suráfrica. Era demasiado costoso sembrar caraotas en Venezuela. Aquí se comenzó a sembrar caraotas después del llamado viernes negro en el 83. Cuando se comenzó a pensar que las caraotas sembradas aquí eran más baratas, porque el tipo de cambio pasó de 4,30 a 7,50 y eso encareció demasiado el precio de la caraota. Pero si tú piensas en un país que en 1900, el tipo de cambio, que no existía como tal, pero digamos que el tipo de cambio teórico que había era de 3,09, que luego, por unas manipulaciones que se hicieron precisamente para contener eso, llegó a 3,33, lo que se mantuvo durante todos esos años, hasta los 80, cuando pasó a 4,30, y luego en un solo año llegó a 7,50 en el 83 con el viernes negro venezolano. Mientras en Brasil se pasaba de reais a cruceiro, a cruzado, y comenzaba de 1 a 1, a 1 a 10.000; en Perú se pasaba de sol, peseta, inti; en Argentina de peso, peseta, austral; y todos los países, todos, cambiaban de moneda cada 10 o 15 años, después de una inflación que los llevaba a eso, Venezuela disfrutó de 100 años de estabilidad monetaria. Estabilidad monetaria y sobre-capacidad de compra externa, esa es la enfermedad holandesa, que no es un vicio adjudicable a algún tipo de conducta viciosa de los venezolanos, es en cambio un proceso en el que piensas “¿me voy a poner a fabricar telas, cuando puedo comprar miles de toneladas de telas?” y sin embargo, se hizo, se intentó.  Porque lo que dijo Adriani a quien cito mucho porque lo que dijo fue realmente determinante y se convirtió en la consigna posterior de Uslar Pietri de ‘sembrar el petróleo’, y esa se convirtió en una especie de ideología de todos los gobiernos y todos lo intentaron, pero resulta que lo que hicieron fue inventar lo que los mexicanos llamaron en los años 70, la maquila. Porque nosotros lo que hacíamos era, hacer los procesos finales de una industria que comenzaba en el exterior. La Ford Motor Company de Venezuela hacía las sillas, los cojines, los vidrios, los paneles, cuando comenzamos a tener siderúrgicas, y más nada. Pero el motor, todo el equipamiento electrónico, todo eso seguía siendo de General Motor de Detroit. Igual que una maquila mexicana. Se intentó muchas veces producir cosas aquí. La Corporación Venezolana de Fomento, Provenezuela. Pero lo que se hizo fue trasladar procesos. Kellogs de Venezuela, Avena Quaker de Venezuela, Avena Robinson de Venezuela. El arroz, totalmente importado. Venezuela tiene posibilidad de ser exportador de arroz masivo, al igual que de harina, y maíz que tampoco tenemos posibilidades de producción exportadora respecto a la Corn Belt de Centroamérica que supera por mucho a la venezolana. Pero en arroz, tenemos capacidad de competencia con cualquiera. Pero esas son decisiones que no se han tomado porque es muy costoso y es más fácil el otro camino. Hay no hay un problema ideológico, no se trata de ser revolucionario, marxista o pro-capitalista, sino que el problema es un chorro de dinero que no hay una manera productiva de utilizarlo internamente que no sea aprovechando su capacidad de compra externa. Ante la idea de limitar la producción petrolera, eso no lo acepta nadie.
ETM: Pero, con Pérez Alfonzo se tomó como política en un período
CMP: No se tomó como política.
ETM: ¿Las nuevas inversiones no se detuvieron?
CMP: Ninguna inversión fue detenida. El Fondo de inversiones para Venezuela que se creó con el espíritu que luego tomaron los noruegos y que ahorita forma uno de los fondos más ricos del mundo. ¿Quién puso el nombre de Efecto Venezuela? ¿Pérez Alfonzo? No. Los noruegos para justificar la creación del fondo de inversiones para las nuevas generaciones. Pérez Alfonzo tomó esa idea, incluso leyendo simultáneamente los materiales noruegos, y obligó recién instalado Carlos Andrés Pérez a que se constituyera el Fondo de Inversiones para Venezuela en 1975 y en pocos años, se lo chuparon. Se convirtió en un fondo de ‘medio’ detención, que luego inmediatamente fue cuestionado ampliamente. Yo era militante del MAS, para ponerte un ejemplo, y ante la idea de construir un fondo de inversiones para el país, fui cuestionado por un dirigente del MAS sobre si yo apoyaba la propuesta de Pérez Alfonso, “en un país, con tanta necesidad, ¿cómo vamos a construir un fondo, para ahorrar?” Nadie entendió eso. Nadie lo entendía. Y con razón, tal vez. Porque Noruega lo podía hacer, porque Noruega era un país desarrollado y estaba protegiendo su industria interna. Lo que hacía Noruega era impedir que un masivo ingreso de capacidad de compra externa encareciera la mano de obra, es decir, que no le ocurriera lo de Holanda, y entonces su industria pesquera, naviera, forestal y microelectrónica (Nokia) se iba a ver afectada. Por eso decidieron que a Noruega sólo iba a entrar el 4% del ingreso petrolero, mientras el 96% se destinó a un fondo que podría usarse para comprar acciones, por ejemplo, de la Mercedes Benz, o de otro tipo de compañías, depósitos de fondos, que permitiera multiplicar esa inversión para las generaciones futuras, cuando se agote el petróleo. Resulta que ahora descubrieron un nuevo yacimiento que va a hacer más lejana la posibilidad de que aquí se recupere la inversión en petróleo extra pesado.
«Ante la idea de limitar la producción petrolera, eso no lo acepta nadie»
Los rasgos de la crisis de los últimos años
ETM: ¿Cuándo a su juicio comienza el colapso actual y dónde está hoy la industria petrolera en Venezuela?
CMP: A parte de los elementos causales que comienzan en 2005, el colapso actual comienza en 2013-2014 y precisamente por la frustración de esos proyectos y la cantidad de ingresos que se desviaron a esos proyectos y que no se convirtieron en capacidad productiva efectiva y las consecuencias de la evolución del mercado petrolero internacional, la caída de los precios, la crisis internacional de 2008, luego las evoluciones a partir de 2014 de las decisiones de bajar la producción, las idas y venidas del mercado petrolero, hasta que comenzó la caída de los precios después de 100$ y que luego ha sido remontada por la emergencia de producción en otros países y la aceleración del agotamiento de nuestra capacidad convencional de producción, y la imposibilidad de arrancar con los proyectos y mega proyectos que se seguían proponiendo de producir 5 o 6 millones de barriles de petróleo diarios. Eso determinó, entre otras cosas, como causa eficiente, para mí, también el hecho de que gigantescas cantidades de inversiones que se hicieron en la Faja del Orinoco, por ejemplo, una capacidad de producción de 1,4 millones de barriles de petróleos diarios, está varada. Se están produciendo 300 mil o menos barriles diarios. Eso es una carga financiera sin ninguna compensación, total y absolutamente negativa, y el mantenimiento de esos costos, el tener una producción cada vez más pesada, el tener que destinar nuestra producción liviana para mezclar con extra pesados y producir un producto mucho menos rentable, el tener que mejorarlos incluso, o la imposibilidad de mejorarlos que ha convertido a esos cuatro mejoradores prácticamente en elefantes blancos, mejoradores que están convertidos en mezcladoras. Que toda la tecnología que se metió allí para “upgrading” (mejoramiento), para disminuir su gravedad específica y aumentar sus grados API, que es la razón de ser de los “mejoradores”, ahora son simplemente plantas mezcladoras de crudo pesado de alto costo con crudo extra pesado de cero valor comercial, para conseguir un crudo de 16 grados de mediocre rendimiento. Entonces esas circunstancias, y además a partir de 2017 las sanciones, que son realmente una puntilla y que determinan hoy la crisis total de la industria petrolera.
Además de eso la industria está sometida a esta cuestión política, el desbarajuste económico, y las circunstancias políticas y económicas que han determinado la masiva migración de venezolanos, también afecta, porque en esa masiva emigración está una masiva emigración de capacidad productiva interna, de capacidad realmente de manejo eficiente de la industria petrolera, independientemente de posiciones políticas, eso tiene un efecto directo sobre la industria petrolera venezolana. Y lo dice la propia industria, los dirigentes actuales, que admiten la falta de talento humano en la industria. Hay una situación conflictiva durísima en la que la está la industria para producir. Los trabajadores por ejemplo no van a los campos, porque los asaltan en el camino. La guardia nacional no vigila los campos, porque temen que los asalten y les quiten los fusiles. Hay un control de las mafias, por ejemplo en la zona de oriente, en Anzoátegui y Monagas, en esos campos desolados. Porque por ejemplo en los campos de occidente hay una mayor concentración, y la población está mezclada, pero en los campos de oriente por ejemplo, un campo petrolero está allí y no hay nada en kilómetros a la distancia, entonces es muy factible que a una comisión de 4 guardias nacionales que estén allí les lleguen unos tipos.
Y a nivel de infraestructura y las instalaciones, están totalmente deterioradas. Nuestras refinerías están produciendo ahorita al 15%. Tres de ellas están paradas, El Palito y Puerto La Cruz, parcialmente paradas Cardón y Amuay.
ETM: Pero si a EEUU le interesa el petróleo venezolano, su principal interés histórico desde hace 100 años, no parece convenirle tal nivel de colapso. A nadie parecería convenirle, porque el gobierno es afectado económicamente por los ingresos, la oposición también, porque si agarra el coroto ahora lo haría con una industria colapsada, a los EEUU si se quisiera meter en un paquete con Irán por allá, necesitaría suplirse de petróleo acá.
CMP: Eso es lo que ha cambiado, que no lo necesita ya. EEUU se está convirtiendo en un exportador neto.
ETM: ¿Entonces por qué tanto interés en Venezuela?
CMP: Porque Venezuela es importante a largo plazo. Precisamente las posibilidades que tienen de aplicarle la tenaza a Venezuela es que este momento no la necesitan, pero sí la necesitan. Ellos no pueden dejar por detrás al 90% del petróleo extra pesado del mundo, que es lo que existe en Venezuela. Eso posiblemente no sea rentable hoy, ni dentro de 10 años, pero vamos a ver qué pasa luego. Además está el asunto geopolítico, “ese es mi patio trasero” y está la competencia con otras potencias internacionales. China tiene un planteamiento geoestratégico, Venezuela está en el 4to lugar de prioridad estratégica en ese esquema chino, detrás de Corea, Birmania y Vietnam. Antes Venezuela era el primer país de interés para China en América Latina, ahora pasa más allá a ser el 4to en el mundo, y eso lo sabe EEUU, y hay una competencia también con China. En esa competencia global nosotros estamos medio picados. Los rusos también tienen sus intereses aquí y no se diga los europeos que están aquí. Allí yo cito lo que dice Repsol del campo 1X, que ellos están metidos ahí y no están aceptando ninguna sanción norteamericana. El campo Perla 1X significa 6 años de suministro de gas para España.
ETM: Cardón 4
CMP: Sí, en Cardón 4, el bloque se llama Perla 1X, y ahí en Cardón 4 ellos tienen intereses. Esa es la primera identificación, eso indica que el bloque completo puede tener mucho más. Entonces hay muchos intereses en ese sentido.
Ahorita, en este momento, Venezuela está totalmente contra el suelo y aunque ellos desde luego tratan la cosa sin afectar sus propios intereses, no disparándose en el pie, y es lo que han hecho con Chevron, hay un interés táctico político de acabar con este gobierno, pero en el interés geoestratégico Venezuela sigue siendo una prioridad, entonces a empresas como Chevron, Halliburton, entre otras, se les otorga una licencia.
ETM: Esa paradoja se ocultó detrás de un discurso antimperialista, inclusive con Chávez, porque esa paradoja estaba tanto del lado estadounidense como del lado venezolano, en el sentido de decir, está esta confrontación en los discursos, pero aguas arriba hay una tormentosa, pero hay una relación. Por ejemplo con Chevron siempre se tuvo una relación.
CMP: Chevron para algunos críticos de la PDVSA reciente decían que Alí Moshiri, un gran jefe de Chevron, que dejó de ser el Gerente Ejecutivo (CEO) recientemente, decían que Moshiri era miembro de la junta directiva de PDVSA, porque entraba y salía de las sesiones de la junta directiva cuando le daba la gana. Dicho por testigos presenciales hace un año. Hay sectores norteamericanos que tienen una íntima relación con la PDVSA actual misma, y la quieren seguir manteniendo, aunque no haya todavía cambio de gobierno. Ellos están poniendo su pica en Flandes con el nuevo gobierno, pero “un momentico, tampoco es que vamos a dejar esto al garete”. No van a desmontar infraestructura y llevarse los equipos para esperar a que se produzca la transición para entonces sí volver.
«La faja no es factible, y ya lo está aceptando todo el mundo»
¿Alternativas?ETM: Hemos estado marcados por una bipolaridad; una corriente claramente liberalizadora, de un neoliberalismo muy vinculado a los EEUU y a los sectores de las derechas más conservadoras latinoamericanas. Y del otro lado, en la otra acera, tenemos al gobierno actual que está claramente, ya casi sin tapujos, también en proceso de flexibilización, políticas de liberación, y en algunas cosas pareciese mostrando más apertura a acciones de privatización –eso es algo que está en discusión-. Estamos en una encrucijada como país, pero además como planeta, en la que a pesar de que podemos decir desde una visión pragmatista que hay que sacar más petróleo, pero tenemos ahora una situación ineludible en relación con el cambio climático, con una serie de medidas que nos ponen en una encrucijada muy difícil de resolver, pero que no podemos ya decir que es para el futuro porque estamos ya como en el hueco del futuro. Ya los incendios de Australia y la Amazonía mostraron que los ecosistemas llegaron como a lo que llaman en ecología los umbrales ecológicos. Eso ya no se puede obviar. Entonces,  ¿cómo y por dónde nos pensamos una alternativa a esto? Se está hablando hoy en día de transición y recuperación, ¿cierto? La pregunta es ¿cómo sería esa recuperación? ¿De cuánto sería esa recuperación? Si estamos hablando de una recuperación de la producción que supone aumentarla, ¿a cuánto sería? ¿A partir de cuáles pozos? ¿Y aumentarla para qué?  ¿Y cuál es la inversión que se necesita y qué supone esa inversión para los venezolanos? ¿Con qué saco vamos a cargar para esa inversión?
CMP: Yo creo que estamos llegando a un llegadero que no es ideológico. Primero, los contendientes geopolíticos internacionales ninguno es de izquierda, ni socialista, ni nada por el estilo. Son confrontaciones de poder político, y normalmente todos son capitalistas. Aquí no hay un poder socialista, ni nada por el estilo. Lo que cada país puede hacer es tratar de democratizar o socializar sus relaciones productivas internas dentro de un esquema de inserción dentro de un mundo capitalista definitivamente. Entonces tú puedes tratar de morigerar tu propio capitalismo, tratar de contenerlo, pero no lo puedes liquidar en las condiciones actuales. Ese es un planteamiento súper pesimista para un socialista. Pero hay que asumirlo. Creo que hay que asumirlo y dejarse de demagogia y estar proponiendo escenarios que no van a suceder.
ETM: ¿Como cuáles por ejemplo?CMP:
“Vamos a montar una Venezuela socialista independiente, y vamos a montar una Latinoamérica o una Suramérica socialista enfrentada al capitalismo mundial”. No creo que eso tenga factibilidad en el corto ni en el mediano plazo. No sé qué pueda pasar en el largo plazo. En el largo plazo todos estaremos muertos, decía Keynes. Yo creo que en materia petrolera, la pregunta que tú me estás haciendo, la recuperación tiene que ser la estabilización y la búsqueda de un proceso de crecimiento acorde con las condiciones del mercado que ya son negativas para nosotros. Tenemos que reconocer los cambios que se han producido en el mercado mundial después que se nos aplicaron las sanciones, que nosotros no tenemos abierto el mundo para volver a los 3 millones de barriles, ni siquiera a los 2,5 millones de barriles que se han planteado, que el crecimiento de la demanda petrolera mundial ha venido cayendo, no la demanda sino el crecimiento de la demanda, y entonces para el año que viene se estaban estimado 1,3 millones de crecimiento de todo el mundo y ahora se estiman 1,1 millones y ahora con estos problemas de China tal vez sean menos de 1 millón, el crecimiento de la demanda del año 2021. De aquí a que nos acerquemos al año 2030 las expectativas son que la tasa de crecimiento sea cada día menor, la tasa, los volúmenes mismos. Nos estamos acercando a un techo.
«Nosotros no tenemos abierto el mundo para volver a los 3 millones de barriles»
ETM: ¿Y esa sería una tendencia irreversible?
CMP: Irreversible, por razones climáticas, e irreversible por razones económicas y geológicas.
ETM: ¿Y esa estabilidad cómo nos afecta a nosotros?
CMP: Nuestra producción es extra pesada y la competencia es de crudos livianos. En EEUU, teóricamente el shale está perdiendo impulso, los esquistos, las lutitas como debe decirse, sigue creciendo, pero cada vez menos, y se estima que hacia 2030 llegue a la planicie y comience a caer.
ETM: 2030 es ahoraCMP: Ahora, en nueve, casi diez años, no es ahora. Eso significa que esos 12 a 13 millones de barriles diarios van a estar siendo producidos, no van a llegar a 14 tal vez, pero van a estar siendo producidos 13 millones. Y Noruega, Guyana, Brasil, y Uganda que aún no ha comenzado, y la reapertura de la zona neutral entre Kuwait y Arabia Saudita que estaba cerrada por los conflictos entre ellos, y acaban de acordar reactivarla. Todas esas cosas van a incorporarse a la oferta de crudos livianos. Una oferta que se va a encontrar con una demanda limitada, y con una demanda que ya está siendo decidida que va a disminuir incluso por decisiones gubernamentales en algunos países.
ETM: Y el petróleo está siendo más contestado que nunca. Nunca había habido socialmente un cuestionamiento tan grande como en la actualidad al petróleo, cada vez la sociedad de los combustibles fósiles tiene más oposición. Eso tiene que tener un impacto a nivel de la aceptación social y de las presiones para una política de dejar el petróleo bajo el suelo.
CMP: En economía a veces la aceptación social no cuenta mucho, pero sí pesa a largo plazo y cuando ves que no es simplemente social, sino que es la salud de toda la humanidad la que está en juego, independientemente de tu condición social, de repente se convierte en una ola colectiva de todo el mundo, no necesitas ser socialista, o pobre para inferir que vas a ser afectado por algo que afecta a toda la humanidad sin distingo de clase. La existencia misma de la humanidad es la que está en juego.
ETM: Cuando ud habla de estabilización, ¿a qué se refiere esa idea? Si este es un país que está buscando la estabilización y recuperación de la empresa petrolera, que por lo que se ve, ¿estaría fundamentalmente basada en los crudos no convencionales de la Faja?
CMP: No, los crudos no convencionales de la Faja no tienen ninguna posibilidad económicamente fáctica. Aquí hay que arrancar de nuevo, y precisamente por eso es que está limitada nuestra capacidad
ETM: ¿Eso lo dice ud como recomendación? ¿O ud piensa que los sectores dominantes también piensan que la Faja no va?
CMP: No es un problema de pensamiento. Es un problema de factibilidad económica. No va. No son factibles, y ya lo está aceptando todo el mundo.ETM: Entonces ¿La estabilización sería en torno a cuántos barriles? ¿2 millones?
CMP: No lo sé
ETM: Ud ha ofrecido unas cifras en las cuales explica que en promedio el tiempo de vida de los pozos convencionales en campos maduros es de 60 a 70 años. Si la Faja está descartada como expansión, eso supone entonces que es inevitable que esta recuperación tendría que venir con un plan de transición de la Venezuela post-petrolera, o no
CMP: Pero la duración de un pozo no es la duración de un yacimiento. La duración de un campo puede ser esa, pero si tú perforas más y estimulas más, o sea, recuperación secundaria ampliada, inyección de vapor, inyección de agua, nueva perforación, y cosas por el estilo, eso puede extender la vida de un yacimiento. O sea que todavía tienen un margen, los viejos campos. Y el petróleo convencional, es decir, sus costos no van a alcanzar nunca la Faja por viejos que sean. Los costos de la Faja no son los costos de extracción, son los costos de mejoramiento y puesta en condiciones comerciales. Esos costos difícilmente puedan ser remontados a los precios actuales. Entonces son los campos convencionales, incluso la exploración en las adyacencias, la extensión de esos campos convencionales, que pueden aumentar la capacidad de extracción de campos convencionales declinantes, es decir, ahí hay posibilidades que solamente un ingeniero petrolero te lo puede decir y un geólogo, en que hay zonas donde hay campos que se abandonaron, de expansión, de desarrollo, y esas posibilidades todavía están ahí presentes, y es crudo liviano lo que se va a sacar. Para ponerte un ejemplo, en uno de mis trabajos está publicada una estadística de 13 campos del Zulia, uno descubierto en 1914, otro en 1925, otro en 1935, otro en 1945, otro en 1950, es decir que el más joven tiene casi 70 a 80 años, y los más viejos ya casi 100 años. Esos 13 campos juntos representan más reservas recuperables que las de Argentina, que las sumadas de Colombia, Ecuador, Perú, y así por el estilo, yo había incluido a Brasil, pero Brasil ha encontrado nuevas reservas, pero esas reservas están siendo producidas a una tasa mínima actualmente, y eso puede ser aumentado y puede tener una duración de 20 a 30 años a partir de ahora. Son viejos campos agotados. Existe tecnológicamente la posibilidad de reanimación y de depletación máxima, que es el anglicismo que usan, sacarle la mayor posibilidad, para llegar a 30-40% de extracción, porque nunca vas a llegar a 100%, y muy pocas veces llegas a 60-70%, aunque se ha llegado en algunos campos, no precisamente en los venezolanos.
ETM: ¿Los chinos van a renunciar a esas inversiones que pusieron en la Faja?
CMP: No
ETM: ¿Se mantiene entonces?
CMP: Claro. Las inversiones en la Faja se mantienen. Lo que sí no van a hacer son los nuevos mejoradores que necesitan la capacidad de producción de 1,4 millones diarios que hay allí. Producción quiere decir extracción, pero para convertirlo en producto vendible hay que mejorarlo o mezclarlo, eso no hay posibilidad vía costos de ponerlo en competencia.
ETM: ¿Ud cree que en estas discusiones de salida de la crisis se está pensando en una Venezuela postpetrolera?
CMP: Todo el mundo está pensando en la recuperación.
ETM: ¿Para ud hay posibilidad de que en esta debacle se pueda pensar y abrir una discusión y un camino de una Venezuela postpetrolera? Volvamos a Uslar Pietri; si aquí hay 30 millones de hectáreas de tierra cultivables, de las cuales están provechadas tan pocas, ¿por qué no pensar en asumir una propuesta que también sea agrícola y no sea tanto petrolera? ¿Por qué no abrirse y pensarse esta posibilidad?
CMP: Que hay que hacerlo. Es decir, todo el mundo se da cuenta que Venezuela no puede seguir siendo apalancada por el petróleo. El petróleo puede ser una industria convencional durante mil años en Venezuela.Yo creo que todo el mundo ha hablado, pero nadie lo cree últimamente. Todo el mundo sabe que eso es así, y que eso debe ser así, todo el mundo te lo dice, aquí nadie te lo niega, “¿hasta cuándo vamos a ser rentistas?” es que ya no somos rentistas, aquí no hay renta, el negocio petrolero es un negocio como el de un chichero, con 20 a 30% de beneficio, pero ese 500% del que se apropiaba, el 400%, las compañías petroleras y te dejaba el 100% a ti, y era gigantesco para ti, ya no existe. Entonces ellos te lo están diciendo. “Nosotros vamos a invertir y vamos a obtener beneficios, pero si uds no tienen otros medios de generación de ingresos, no vamos a poder.”
ETM: ¿La Venezuela petrolera que conocimos en los últimos 100 años se acabó?
CMP: Se acabó.
ETM: ¿Ud piensa que es inevitable renunciar a toda ambición de nacionalismo petrolero actual? ¿Por dónde estaría la vía para que no nos arrodillen los próximos 50 años en un proceso de inversión masiva que no va a venir de acá?
CMP: El gobierno, el país, todos estamos puestos contra la pared, y estamos ahí y nos están amenazando. Tendremos que negociar. Seguramente tendremos que negociar y habrá que renunciar a algunas cosas. Pero sin renunciar a la voluntad nacional de controlar eso, y vamos a ver cómo regateamos el reparto de ingresos, de beneficios, entre un participante, qué le vamos a ofrecer, qué estímulos, pero manteniendo nuestra soberanía, nuestra dignidad. Es distinto. Yo he insistido en la necesidad de repensar las condiciones de negociación para no asumir una actitud entreguista desde el inicio. Hay que negociar, así estés contra el piso, contra la pared, aplastado, tendremos que negociar obligados, pero manteniendo la dignidad. Yo creo que el nacionalismo no se configura en la cantidad de concesiones que tú des, sino en la voluntad de defender el patrimonio nacional, de los nacionales, y de defenderlo incluso hasta de las expectativas propias de gastarlo inmediatamente.
ETM: ¿Y con quién cree que contamos para eso? ¿Qué grupos ud piensa que son los que puedan apostar por una visión nacionalista y que no terminen de entregar esto?
CMP: Es una pregunta bien difícil. Bastante difícil. Porque hay un nivel de inconsciencia generalizada. Y un nivel de sueño, todavía. De que “no somos nosotros, son ellos los culpables”, entonces cada quien le echa la culpa al otro. “Uds no pudieron, nosotros sí vamos a poder”.
ETM: Y no le parece con toda esta lógica tan pragmática, tan difícil de abordar la problemática ambiental, que pareciera la que está en la cola de las prioridades?
CMP: Pero es un problema de la humanidad.