PDVSA “Ad Hoc”: Volviendo a las viejas mañas
Carlos Mendoza Pottellá
20 de Junio, 2020
Cuando
está por terminar el primer semestre del año en curso la situación venezolana
no puede ser peor: semiparalizada por la pandemia y acentuado el cerco que desde
2017 mantiene sobre nuestra Nación el Estado más poderoso del planeta, su
industria petrolera ha llegado a niveles críticos impensables, con una
capacidad operativa que viene colapsando desde hace más de siete años y que hoy,
a duras penas, sólo puede sostener su producción en volúmenes inferiores a los
alcanzados siete décadas atrás.
El desconcierto generalizado ante ese trágico presente, y el aún más oscuro futuro que augura la falta de perspectivas claras de superación de estas circunstancias, ha permitido el florecimiento de recetas simplemente reactivas, incoherentes, desesperadas e improvisadas, muchas de ellas cargadas de las buenas intenciones que pavimentan el camino del infierno y otras - contradictorias con el discurso político que pregonan- con por las malas de aprovechar el sálvese quien pueda.
Frente a ese incierto panorama se levantan otras propuestas que sí son coherentes y que provienen de sectores socioeconómicos con intereses particulares y específicos muy claros, que están fundamentadas en estudios realizados desde hace décadas en los think tanks del pensamiento neoliberal nacional e internacional.
En
particular, y en artículos anteriores, me he referido a las novedosas
propuestas de Ley de Hidrocarburos que cursan en la Comisión de Energía y
Petróleo de la Asamblea Nacional, destacando en ellos los planes privatizadores
que las mismas incorporan en sus cláusulas.
En
esos trabajos denuncio los intentos de
imponer el desconocimiento absoluto de toda nuestra tradición legal y
constitucional, al punto de transferir figuras características de la
legislación anglosajona, la denominada “common law”, la cual se fundamenta en
la casuística de la jurisprudencia y es absolutamente ajena a la tradición
legal de la mayoría de los países del mundo.
Sobre
el primero de estos proyectos, escribí, el 17 de julio del año pasado, lo
siguiente:
Los términos de este
anteproyecto desconocen todos los aportes de Gumersindo Torres, en tiempos de
Gómez, de Néstor Luis Pérez Luzardo en tiempos de López Contreras, de Manuel
Egaña en tiempos de Medina Angarita, para no hablar de Juan Pablo Pérez
Alfonzo, demoníaco estatista que hasta se atrevió a proponer y constituir una
compañía petrolera auténticamente nacional, la CVP, de cortos 15 años de mal
ejemplo, porque fue desmantelada en 1976 para fundirla con las “culturas
corporativas” herederas de las concesionarias Mobil y Gulf, en Corpoven, munida
de sus respectivos convenios de asistencia técnica y comercialización, y así borrar, de paso, todo vestigio de la
anterior administración petrolera, autóctona y alineada con los intereses de
esa “Nación que somos todos”.
Ahora, ante el
evidente desastre operativo y gerencial que es la actual administración
petrolera estatal, cundida de incapacidad, corrupción y abierta delincuencia;
enfrentada a la inviabilidad de megaplanes fantasiosos y de resultados
ruinosos, cercada, además, por las agresivas sanciones políticamente motivadas
y aplicadas por el Estado más poderoso del planeta, llegó la hora de cobrar
para los privatizadores ancestrales, de restituir todos los negocios que
garantizan el aprovechamiento privado de un bien colectivo.
Ley Orgánica para la
regulación del comercio de esclavos en Venezuela” https://petroleovenezolano.blogspot.com/2019/07/ley-organica-para-la-regulacion-del.html#.Xu1KkGhKjM4
El
título en cuestión, intencionalmente
provocativo, refleja también mi opinión
sobre la magnitud del retroceso institucional que representan este y los
subsiguientes proyectos introducidos en esa Comisión legislativa hasta el día
de hoy.
Según
la opinión que he sustentado, se trata de desmontar la soberanía nacional sobre
sus recursos. Con la excusa de “desestatizar”, se promueve una
desnacionalización. Se minimizan para Venezuela las atribuciones que
caracterizan a todos los Estados-Nación en el mundo de hoy, cuando los más
poderosos de ellos pretenden imponer sus condiciones a todos los demás,
convirtiendo a nuestro país en tierra de nadie, una “no man’s land” en el
lenguaje bélico que aplicarían.
Sólo
con un retroceso de esas magnitudes es posible fundamentar la creación de un
“ente regulador”, -concepto bastante plástico y maleable, como lo muestran los
proyectos en cuestión- autónomo e independiente de los poderes públicos
nacionales, que asumiría potestades omnímodas, por encima de esos poderes, a
los cuales corresponde, histórica, legal
y constitucionalmente la administración, gestión y control, de todos los
recursos, naturales y de cualquier clase, de la República.
En
el empeño de difundir mis argumentos he citado permanentemente las referencias
a los sitios en los cuales he publicado esos alegatos.
Y
no será distinto en esta oportunidad, porque es la única manera que encuentro,
no por vanidad sino por compromiso de conciencia, de no dejar morir esos
argumentos, expresados en notas periodísticas que, por su propia naturaleza
efímera, tienen una limitada exposición ante los posibles lectores de esos portales electrónicos.
Considero
que se trata de un debate en el que
debemos participar todos, sin distingos,
para poder decidir conscientemente, con el más amplio e los consensos
posibles, nuestro destino como Nación soberana
“Ley
Orgánica para la regulación del comercio
de esclavos en Venezuela” (Loc.
Cit.)
“El
Cartero siempre llama dos veces”
https://petroleovenezolano.blogspot.com/2019/07/el-cartero-siempre-llama-dos-veces.html#.Xu1T02hKjM4
“Agencia
Venezolana de Hidrocarburos Marca A.C.M.E.” https://petroleovenezolano.blogspot.com/2019/11/agencia-venezolana-de-hidrocarburos.html#.Xu1Vf2hKjM4
“Vuelan
los Rebullones” https://petroleovenezolano.blogspot.com/2020/02/vuelan-los-rebullones.html
“Petróleo
Venezolano en la Tercera Década, Cerco y Aniquilación” https://petroleovenezolano.blogspot.com/2020/02/petroleo-venezolano-en-la-tercera-decada.html#.Xu1a5mhKjM4
“Cambalache
Petrolero” https://petroleovenezolano.blogspot.com/2020/03/cambalache-petrolero-la-nueva-apertura.html#.Xu1XAGhKjM4
“AVH:
Agencia para el despojo del patrimonio
público” https://petroleovenezolano.blogspot.com/2020/05/avh.html
Es
pertinente mencionar que debo agradecer al portal aporrea.org.,
que ha publicado y reunido mis trabajos
en un perfil: https://www.aporrea.org/autores/mendoza.potella
Igual
mención debo hacer sobre el portal de la emisora güireña Costa del Sol FM, https://www.costadelsolfm.org/.
También
con la misma intención de difusión argumental, desde entrega anterior inicié la
utilización del recurso directo a los textos de años pasados, para tratar de demostrar
que las posiciones que estoy criticando ahora han tenido sus orígenes en
prácticas ancestrales.
En
esta oportunidad lo voy a repetir con un texto sobre la interpretación laxa que
hacía la gerencia petrolera aperturista de los años 90 sobre los costos en la
industria.
Práctica
que ahora reitera la nueva “PDVSA Ad Hoc”, al promocionar sus proyectos de
restauración de esa “apertura”, con la oferta a los futuros inversionistas
extranjeros, además de condiciones “competitivas” en cuanto a la mínima
intervención estatal en los negocios, crudos de la Faja con costos de producción
inferiores a 10 dólares el barril, en un ejercicio de ofertas ilusorias a la
manera de Narnia. Y valga la cita:
“Los
supuestos de ese `Plan País Petrolero´ son
tan auspiciosos, según Szabo, puesto que
Venezuela no logrará
nunca sacar del subsuelo todo el petróleo que tiene en reservas. Pero se puede
aprovechar una buena parte de ello, tomando en cuenta que el costo de
producción de un barril no pasará de los 10 dólares. “Es un costo muy
competitivo”, asegura.
“Cambalache
Petrolero”
(Loc. Cit.).
Al
revisar como jugaban con los costos en los años 90 estos mismos gerentes resurrectos,
no resistí la tentación de transcribir mi comentario de entonces:
Los costos en la industria petrolera venezolana:
Al gusto del consumidor*
Carlos Mendoza Pottellá, 1995.
Cuando
se intenta un análisis de los costos en la industria petrolera venezolana con
la información disponible en las publicaciones oficiales, lo primero que se
constata es que no hay un criterio uniforme para su registro y que se realizan
presentaciones al gusto del consumidor.
Hay
costos de producción que demuestran que tenemos una industria petrolera muy
eficiente y capaz de competir con cualquiera por los bajos niveles relativos de
este indicador. Este es el caso de la información registrada en el PODE 1994,
según el cual, para este último año tales costos (1.347 mm USD) son inferiores
a los 1.382 mm USD de 1984. Si tomamos en cuenta que la producción se ha
elevado de manera considerable en esta década, al pasar de 660 millones de
barriles en 1984 a 903 millones en 1994, la disminución es mayor aún en
términos unitarios, al pasar de 2,09 dólares el barril a 1,50 USD/b en ese
mismo lapso. La sola mención de estos ínfimos niveles de costos, equiparables a
los vigentes en el Medio Oriente, revela la irrealidad de tales cifras.
En
la misma fuente (PODE 1994) los costos operativos totales, que incluyen el
resto de las actividades de la industria a nivel nacional, mantienen una
impresionante horizontalidad al pasar, en diez años, de 2.540 millones de
dólares en 1984 a 2.685 en 1994.
A
la hora de declarar impuestos, sin embargo, los costos operativos muestran un
comportamiento diametralmente opuesto y es así como en las declaraciones a la
Oficina Nacional de Presupuesto (Ocepre) para fines presupuestarios –e
impositivos, desde luego– los costos se duplican con holgura en siete años, al
pasar de 3.165 millones de dólares en 1987 a 6.592 millones en 1994. Esta
última cifra de la Ocepre supera a la registrada por el Ministerio de Energía y
Minas (MEM) para el mismo rubro en casi 4.000 millones de dólares. Sería
interesante encontrar las razones de esta diferencia. ¿De qué naturaleza son
estos costos operativos que pueden registrarse con cifras tan dispares?
Las
cosas se complican, o tal vez se aclaran, cuando revisamos las cifras aportadas
por el Informe Anual de Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa), las cuales se
refieren al conjunto de las actividades de la casa matriz. Entre 1987 y 1989,
podemos observar que, aunque ligeramente superiores, son cifras comparables a
las declaradas a Ocepre, dando un salto descomunal a partir de 1990 por la
inclusión de los costos incurridos en las actividades de internacionalización.
Y es así como se llegan a registrar, para 1994,
costos operativos de 14.676 millones de dólares, doce mil millones más que lo
registrado por el PODE para las actividades petroleras internas y ocho mil
millones más que lo declarado a Ocepre para el conjunto de los costos
–petroleros y no petroleros– incurridos a nivel nacional.
La
última de estas diferencias es, sin embargo, inferior a lo que debería ser, por
lo que se sabe sobre los costos operativos incurridos en la
internacionalización: entre 12 y 13 mil millones de dólares. ¿O es que en
verdad las cifras de costos declaradas a Ocepre están infladas y la diferencia
que hay que considerar es la que se produce al comparar las cifras de Pdvsa con
las del MEM?
En
fin, tomadas tal cual como son presentadas, estas magnitudes solo sirven para
realizar inferencias, interpolaciones y suposiciones sobre las cuales no
tenemos ninguna seguridad, por cuanto no se informa de los criterios con los
cuales la única fuente de tales informaciones, que es Pdvsa, las elabora y
suministra.
*
Publicado en 1995. Reproducido en
Mendoza P. Carlos, Nacionalismo Petrolero en Cuatro Décadas, Págs.
256-257. BCV. Colección Venezuela y su Petróleo, Caracas 2017
CMP/20/6/2020
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